CAPÍTULO 4

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Todos piensan que no soy capaz de amar, tengo mis fantasmas del pasado, yo también tengo la misma opinión, sin embargo, creo que me estoy enamorando. En el instituto había una chica llamada Jade. Era una de las populares que no me dejaba vivir en paz. Estaba obsesionada conmigo, y eso me volvía realmente loco. Siempre me veía por el pasillo, y tenía que parar a saludarme y a decirme no se que.

-¿Qué tal estas hoy Daniel?.- me preguntó con la típica cara pervertida.

-Bien, ahora no tengo tiempo para ti, sabes que nunca lo tuve.- respondí yo.

-Daniel quiero decirte que sabes que no durarás nada con esa, si te aburres ya sabes donde encontrarme.

Me fui, no soportaba encontrarme cerca de su presencia. A la vuelta de la esquina me encontré con Bella. Estaba contra la pared, y me acerqué para besarla, pero me apartó.

-¿Que te pasa?.- pregunté con intriga.

-Esa chica no te dejará en paz ni hoy ni mañana. Además, nadie cree que tu de verdad estés conmigo, que me puedas amar Daniel. Terminamos.- me dijo con lágrimas en los ojos.

Estaba furioso, di un golpe en la pared y me fui corriendo hacia el coche. Empecé a conducir y a conducir, esto no podía estar pasando, pero pasaba realmente. Llegué al mirador donde la llevé por primera vez, el diario lo seguía teniendo yo, y con más frases que la última vez. Esta vez escribí algo totalmente distinto.

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"Eres la historia que siempre me gusta contar."

"Si luchas puedes perder si no luchas estás perdido." PD: quiero que sepas que lucharé por ti.

"De las millones de personas que hay en el mundo... yo solo me figé en tí..."

"Tal vez no lloro, pero me duele.. tal vez no lo digo, pero lo pienso... tal vez no lo demuestro pero me importas..."

"Amor te conoci por casualidad, te salude por simple educación, te bese por atracción pero jamas pense que tus besos serian mi mayor adicción TE AMO."

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Fui a su casa y le pedí a su madre que le dejara el diario encima de la mesa.
Encima del diario había una nota en la que ponía:
"No solo en las buenas, también los momentos difíciles se recuerdan. No llores, todo volverá a ser como antes, te lo prometo."

Me fui a casa, deje que esto transcurriera por hoy, que las cosas de algún modo u otro se calmasen, pero al día siguiente no iba a estar tranquilo.
Al día siguiente en la cafetería estaba sentada en la misma mesa de la ventana, sola, y tan guapa como siempre. Me levanté encima de la mesa, y la cogí de la mano.

-¿Ven esta chica? Es preciosa, y tenéis razón, no soy capaz de quererla, soy capaz de amarla.- dije yo orgulloso.

Sin embargo me soltó la mano y salió corriendo. No quería perderla. Nosotros puede que lo hayamos arreglado o puede que no, pero para saberlo tienes que seguir leyendo. Aún así llegó el día en el que todo, absolutamente todo, pero para vosotros ese día aún no llegó, ya que antes os contaré como paso y siguió.

Siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora