CAPÍTULO 2

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Solamente nos veíamos en los pasillos, cuando supuestamente me chocaba contra su hombro sin querer, y nos mirábamos. En realidad no lo hacía sin querer, y lo sabéis, pero tendía que mantener la misma curiosidad que había entre nosotros. Puede sonar raro, pero no quería perderla, quería seguir manteniéndola con los pensamientos hacia mi. Y así pasó el día y llegó el siguiente, el sábado. Bueno, era sábado, y aún quedaba mucho para las siete, por lo que me desperté como a las once o así. Me puse a desayunar lo que me dejaron mis padres en el frigorífico, ellos se fueron Dubai este fin de semana. Bueno... Y ahora os preguntareis, ¿a Dubai?. Si bueno, también era el típico niño rico, que no gozaba de una inmensa riqueza, pero que aún así algo tenía. Mi padre es arquitecto, y mi madre psicóloga. Sin embargo ellos no me dejarían nunca casarme o tener una relación con cualquiera, ya que siguen teniendo unos gustos un tanto anticuados. Así se pasó la tarde, hasta que a las cuatro o por allí, me empecé a preparar, este pelo cuesta lo suyo. Fui a recoger a la chica "misteriosa", que por cierto, estaba bellísima. Llevaba un vestido blando, con una diadema del mismo color.

-Y... Bueno, ¿no pensarás decirme tu nombre?.- dije yo.

-No, aún no.- dijo ella riéndose.

-Te estarás preguntando a donde te llevo, ¿no es así?.- pregunté.

-En realidad no.

-¿No?.- pregunté nuevamente confuso.

-No, puedo imaginarme como sois los chicos como tu Daniel. Primero nos lleváis a un sitio carísimo, luego a ver juegos artificiales, después nos pedís el número, de lo cual sigue un beso, y luego que, ¿a la cama?.

Solté una pequeña sonrisa mientras seguía conduciendo, esta chica era más inteligente de lo que jamás pensé. Pero si, podéis reíros vosotros también ahora, ya que ese justo era mi plan. Esta chica es diferente, ¿y se piensa que soy un creído? Aunque os podéis reír otra vez más, ya que es justo lo que soy. Así que no, esta vez haría algo diferente. Por lo que di media vuelta en otra dirección.

-¿De que te ríes? Dudo que haya dicho algo gracioso.- me dijo ella.

Me callé y preferí no seguir hablando hasta que llegásemos. Pero cuando lo hicimos, la que prefirió seguir callada fue ella.

-En realidad mi plan no era todo lo que dijiste anteriormente.- dije entre risa y risa.

-Y... ¿A qué viene tanta risa?.

-Sabiendo que estas a punto de caerte por el precipicio...- volví a reírme.

-Ja ja ja, cuanta gracia ¿no?, veremos si seguirás igual cuando el que esté a punto de caerse seas tu. Eso si, tengo que reconocer que esta no es nada igual a lo que tenía en mente. Daniel esto es... Es precioso.- decía ella mirando al vacío.

La había llevado al mirador de la ciudad. Ella también dijo algo de... ¿Comida sofisticada?. Para nada, me alejé de ella para poder realizar una llamada... Al tele pizza. Si, creo que habéis oído perfectamente. Entre tanto saqué una manta que tenía en el choche y la coloqué en el suelo.

-¿Por qué todo el mundo te ve así?.- me preguntó confusa.

-Así como.- respondí yo.

-Así tan... Creído. Sabes, yo no creo que tu seas realmente así, hay algo en ti diferente. Y vaya.... Si que hay que serlo para pedir pizza, me encanta.

La noche fue entre conversación y conversación, nos conocimos más, o también pienso que ella es diferente. La llevé a casa, y en las escaleras le dije:

-¿Sabes una cosa? En realidad en los dos papelitos que tenía en la mano ponía que si.

-¿Sabes una cosa? Ya lo sabía. ¿Quién sería tan tonto como para poner que no.- dijo ella riéndose.

Ella estaba un escalón más arriba que yo. Nos miramos fijamente y le puse las manos en el cuello, la acerqué a mi para besarla. Pero en vez de eso solo le susurré:

-No se lo que tienes, pero siento que me faltará una vida entera para descubrirlo.

-No se que tengo, solo se que mi nombre es Bella.- dijo ella susurrándome, y luego se empezó a reír.- Oh, pero no "Bella" de "Isabella", si no "Bella" de "Anabella".

Se despidió y entró en casa. Esa fue nuestra primera cita que jamás olvidaré. Cuando dije que me faltará un vida entera para descubrirlo (lo que tiene de especial), realmente era en serio, y me di cuenta de ello cuando todo cambió, pero aún así siempre a mi lado ella quedó. Llegó un día en el que todo, absolutamente todo cambió. Pero bueno, ese día para vosotros aún no llegó, ya que antes que nada os contaré como pasó y siguió.

Siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora