morpheus - TaeGi

Tres

Capítulo tres

Que a YoonGi le gustaba TaeHyung no era un secreto para nadie... bueno, casi nadie, el mismo Kim no parecía estar enterado de eso.

Tampoco que esos pequeños actos de afecto que le regalaba al mayor únicamente, le hacían colapsar.

Oh, como ahora que estaban en la zona verde de la facultad, sentados bajo la sombra de un árbol frondoso y con el azabache acariciando sus cabellos mientras él tenía la cabeza en su regazo.

YoonGi se permitió cerrar los ojos, escuchar aquella suave melodía que TaeHyung empezó a tararear de forma distraída y que se escuchaba como la canción de cuna más preciosa que alguna vez pudo oír. Recuerda la manera en que conoció a ese pequeño, sin tomar en cuenta su altura y contextura, chico azabache de bonita sonrisa y rostro celestial.

Primer día en esa enorme universidad, primer día del primer semestre, únicamente conocía a HoSeok por ser un amigo de infancia, que, para su lastima o fortuna, también le interesó la psicología como carrera. Fantástico, pero HoSeok ni siquiera llegó el primer día porque : — "Tengo una resaca horrible, ¿Quieres que luzca fatal mi primer día? Considerame, Hyung"

¿Quién era YoonGi para negarse? En realidad, jamás pudo negarse a algo.

Entonces estuvo vagando por ahí, simulando que los carteles informativos en los pasillos eran de su interés para que nadie se diera cuenta de que, evidentemente, estaba perdido y con unas ganas inmensas de devolverse a casa y llorar como el buen desubicado asocial que era. Eso, hasta que alguien tocó su hombro.

Si, resultó ser TaeHyung.

TaeHyung y su estúpida y bonita sonrisa.

— Disculpe, ¿Puede ayudarme a encontrar mi aula? Soy nuevo por aqui y estoy perdido — YoonGi recuerda el leve sonrojo en las mejillas del menor, también recuerda el haberse sonrojado hasta las orejas y negar tantas veces con la cabeza que TaeHyung tuvo que detenerle preocupado y darle aire con una libreta que llevaba.

El pánico a conocer personas... y el que te hablen... bien, solo con que estén a menos de un metro.

¿Qué más recuerda? ¡Yah!, recuerda casi a la perfección como el tacto en su mejilla le adormeció y tranquilizó de manera casi aterradora. No lloro, no tartamudeo más y... ¡Hey! Consiguió un nuevo amigo. De ahí en adelante TaeHyung siempre iba con él - resultaron tener la misma clase - y bueno, él no se quejaba en lo absoluto.

Siendo casi la única persona que estaba con el - HoSeok, el... existía - fue cuestión de tiempo que le empezara a gustar.

— ¿En qué piensas, Hyung?

Negó con suavidad y le sonrió abriendo poco a poco sus ojos.

— Nada en particular, solo en que quiero llegar y dormir toda la tarde hasta mañana — suspiro — a veces quiero dejar la carrera.

TaeHyung le sonrió comprensivo y pasó a acariciar sus mejillas.

— Hyung, te gusta, por eso decidiste estudiar.

— Si, si, lo dice el mejor de la clase — hizo un mohín sacándole una risa al azabache — ¡Es enserio! Ni siquiera tienes que esforzarte, lo sabes todo, incluso, puedes no dormir por días y siempre lucirás increíble, pasa truco.

TaeHyung volvió a reír de nuevo mientras que YoonGi fruncía el ceño completamente indignado. El mayor se sentó y le dio un golpecito en el hombro para que dejara de reírse.

No funciono, hasta que :

— ¿Es usted Min YoonGi?

La risa cesó y el menor se tensó.

Ambos alzaron la vista al muchacho pelinegro y de ojos enormes que les hablaba. YoonGi se cohíbe en su sitio, simplemente asintiendo con lentitud.

El muchacho sonrió haciendo que sus dientes frontales resaltaron y su sonrisa de conejo se diera a notar.

— ¡Fantástico! Un gusto Hyung, soy Jeon JeongGuk, JungKook, si gusta llamarme así — volvió a sonreír — me han hablado mucho de usted y realmente tenía curiosidad de conocerlo.

Un momento, ¿Alguien está hablando de Min YoonGi? El rubio abrió los ojos sorprendido y boqueo, las palabras atorandose en su garganta, ¡Él no hablaba con nadie! ¿Cómo sería eso posible?

Oh, seguro son cosas malas, su cabeza se hizo un lío y su respiración se volvió irregular.

— ¿Está bien...?

— Lárgate maldito engendro.

YoonGi miró sorprendido como TaeHyung se levantaba y se ubicaba delante de él dándole un empujón al otro pelinegro... ¡Había sido grosero! En otro momento le hubiera regañado, pero ahora estaba ocupado en controlar su respiración y el inminente ataque de ansiedad si es que quería seguir viviendo.

— Vamos TaeHyungie, solo quiero divertirme un rato, ¡¿Porque tu si puedes?! Es que no me parece justo, engreído.

Lo siguiente que vio YoonGi, fue como TaeHyung golpea con fuerza la mandíbula del chico haciendo que se cayera al suelo. Y entonces él fue tomado en brazos por el mismo pelinegro que salía a correr a su auto.

Aunque quisiera, no podía protestar.

Mientras TaeHyung corría, pensaba en tres cosas:

¿Desde cuando TaeHyung tiene tanta fuerza que parece tan liviano como una pluma?

¿Cuando se calmaría su respiración? Ya le empezaba a doler la cabeza también.

Y... ¿Era su imaginacion o cuando el chico de cabellos negros se levanto, sus ojos brillaron en un fuerte carmin?

Si, seguro era su imaginación. Ah, todo era tan extraño últimamente.

Escucho como la puerta delantera del auto fue abierta y, segundos después, él fue dejado ahí. Miró a TaeHyung y como este tenía el ceño fruncido, preocupado, molesto.

— ¿T-Tae?

El menor abrió las puertas de atrás y sacó una maleta, de ella sacó un tarrito pequeño, uno de gotas. Volvió a él después de eso. El rubio recuerda el como TaeHyung le había insistido en dejarle cargar una maletita con sus medicinas por cualquier emergencia que pudiera presentarse.

— Abre la boca, Hyung.

YoonGi no rechisto, su pecho dolía y la cabeza le iba a estallar, sus manos... bueno, odiaba todo. Cuando abrió la boca, diez gotas de líquido fueron dejadas allí. Cerró los ojos por un momento mientras que el amargo sabor pasaba.

TaeHyung acarició su mejilla y después de besar su frente con dulzura, susurro un : — Ten dulces sueños, Hyung.

YoonGi cayó completamente dormido.