iv

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Quisiera que nuestros labios
tuvieran un encuentro.
A lo mejor también podríamos
invitar a nuestras lenguas
a danzar entre ellas.
Y tal vez tus manos quieran
jugar con algo, podría ofrecerles
mis caderas si ese es el caso.
Puede que quiera un poco de
calidez mientras la noche avanza,
la luna brillará más que encantada
por nuestra velada y la intimidad
nos abrazará con vehemencia,
sin intención de dejarnos ir.
Tal vez podamos repetirlo
hasta el hartazgo,
puede que te enamores
del sabor de mis labios
o que te vuelvas adicto
a la suavidad de mi piel,
quién sabe,
podrías enamorarte
perdida y completamente de mí.
Y quizás, sólo quizás... Así no me dejarías ir.

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