❛ Choi Beomgyu y Choi Yeonjun son como el agua y el aceite. Yeonjun es alguien suelto y despreocupado mientras que Beomgyu es el epítome de una persona inflexible y terca que respeta sus propias reglas.
¿Qué sucede cuando un ingeniero y un artista c...
Beomgyu podría jurar que el cerebro se le desgastaría de tanto pensar en estupideces, y que en algún momento se quedaría sin aliento por suspirar tantas veces.
—¿Por qué le dije que lo consideraría...? —Se cuestionó el chico a si mismo, recostado sobre la mesa de su banco.
Encendió su celular y buscó entre sus contactos el nombre de cómo tenía a Yeonjun agregado, dejarle saber que rechazaba su oferta era la mejor opción que tenía ahora mismo. O eso pensaría el antiguo Beomgyu, en el momento en el que escribió la palabra "rechazo" se detuvo y borró el mensaje completo, apagando su teléfono de nuevo y cayendo rendido sobre su escritorio de nueva cuenta, suspirando por milésima vez.
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—¿Cuándo vas a terminar la prueba...?
—¿Eh? Ni siquiera he comenzado aún —Las palabras de Yeji cortaron el flujo de pensamientos del mayor.
—Eso no. Me refiero a la prueba de resistencia de Choi Yeonjun —Rodó los ojos con fingida molestia, recordando la propuesta que le había hecho a Beomgyu la noche anterior. —Es difícil hacer cosas que normalmente no haría.
—¿De que estás hablando, Choistupido? Si no tienes nada que hacer, ayúdame con esto —Demandó Yeji, lanzándole unos papeles, sus deberes.
—De repente me dió mucha hambre —Se excusó el pelinegro, dándole los papeles de vuelta. —Voy a desayunar con Huening.
—Vete si no vas a ayudar.
Yeonjun marcó el número de su pequeño amigo, siendo ignorado como era de costumbre desde hacía ya unos días. En eso, el mayor divisó la cabellera rubia de el chico, vociferando su nombre.
—¡Huening, ven aquí! —Pidió Yeonjun, haciendo una seña con la mano que indicaba que se acercara.
El menor no pudo hacer más que rascarse la nuca y suspirar. No podría salir de ese problema, y mucho menos escapar ahora que había sido visto por Yeonjun.
...
—Nuestro pequeño Huening no ha respondido mis mensajes —Canturreó el mayor, moviendo la lámpara de su celular en círculos justo en frente de la cara de HueningKai como si lo estuviese hipnotizando. —¿No estabas respondiendo a propósito? ¿Cómo pudiste?
El menor se mantuvo callado e inconscientemente empezó a hacer pucheros. —¿Qué? ¿Por qué estás haciendo pucheros? ¿No me vas a dar una razón? —Interrogó el mayor, cesando el intento de hipnotización.
—Creo que a la persona que le gusta en realidad le gustas tú —Se metió Yeji, aún trabajando en su tarea.
—¡Oye! —Exclamó el rubio, levantándose de su asiento rápidamente.
—¿Qué? ¿Piensas seguir evitando a Yeonjun para siempre?
—¿De qué hablas, quién? —Frunció el ceño un momento. —No puede ser. ¿Ryujin? —Preguntó el pelinegro, apuntando la luz hacia Huening una vez más.
