Reflejo

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Me paro frente al espejo y veo...

Algunas veces solo distingo pequeñas manchas oscuras, que parecen moverse sin un rumbo fijo (al igual que yo)

En otras, alguno que otro destello de luz, como una pequeña estrella; tan fugaz, que a duras penas mis ojos captan la senda que esta deja al pasar.

Pero, generalmente, no veo nada...

Y eso me aterra, porque no sé en qué momento comencé a perderme.

¿En qué momento me derrumbé a tal extremo de no poder encontrar mis propias piezas y reconstruirme?

¿En qué momento mis escombros se volvieron solo polvo?

¿En qué momento me alejé tanto de mi misma, que al volver ya no fuí capaz de calzar mis propios zapatos?

Me quedaban grandes...

¿En qué momento dejé de ser yo?

A veces creo que puse frente a mi una valla demasiado alta, con metas que me eran imposibles de alcanzar, y solo lo noté al intentarlo y fallar.

¿Lo que decían era verdad? Tal vez ese no era mi destino. La persona que me propuse ser, en realidad, estaba fuera de mis alcances.

Idealicé algo que jamás podría tener.

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