Flimsy Moment

No te puedo soltar

Una vez, en una de nuestras sesiones, él mencionó que existen quienes se aferran a su enfermedad.

Hoy, en la soledad de mi habitación y con la aflicción haciendo mella en mi, me doy cuenta de que soy una de ellas.

Puedo sanar, pero temo hacerlo.

Me aferro a mi depresión. Temo enfrentar, frente al espejo, a una versión mía que no sea la que me ha acompañado durante todos estos años. Extrañaría el profundo vacío de mis ojos, y la palidez de mi piel.

Extrañaría el sentir.

La tristeza ha sido mi más fiel compañera, y odiaría el tener que perderla. ¿Cómo decirle adiós a mi más íntima amiga? Fue la única que permaneció a mi lado cuando la noche se asomaba y, con ella, todos los demonios que la acompañaban.

¿Qué quedaría de mí, sin ella?

Estar triste es lo único que sé, con certeza, que hago bien.

No sé qué sería de mí sin mi depresión porque, sin ella, tal vez no vuelva a sentirme así de nuevo.

Tal vez no vuelva a sentir.