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Esa noche, hablamos, reimos, lloramos, pero más que todo, nos consolamos, la dejé en la UA, mientras visitaba a mi hermana.

— No quería decírtelo porque te veías feliz – mi hermana me consolaba, al igual que alguno de sus compañeros.

— Jamás creí que pasaría algo como esto – las lagrimas de mis ojos no paraban de salir.

— Akira-sempai – miré a la chica, Kendo – debería dejar de venir a la UA, primero está usted y su corazón, debe poner en orden sus pensamientos.

— ¿Y si aceptas la vacante de Best Jeanist?

— No quiero dejarte sola.

— Esa es una ofensa muy grande – miré al rubio de ojos grises, Monoma rompía momentos – nosotros la cuidaremos, la clase B es una familia.

— Al menos tienes a tus amigos – la abracé una vez más – debo irme, te escribiré si sucede algo malo.

— Si.

Habían pasado varios días, me la pasé persiguiendo delincuentes por la ciudad, pero incluso el detective notó mi cambio de humor, asiqué me dio algunos días libre.

— ¿Podemos hablar? – miré a Tamaki ingresar – lo siento, creo que si soy un cobarde.

— Lo eres – admití.

— Quería decírtelo, pero, tenía miedo de que te fueras, cuando mencionaste la vacante yo...

— Ahora con más razón me iré – observé como a través de la ventana del local llegaba un señora – este lugar ya no me pertenece, y tú tampoco.

— Akira, de verdad lo siento.

— Tamaki, estoy enamorada de ti – el me miró atentamente – pero, acepté la vacante de Best Jeanist, me iré, lo haré en unos días.

— ¿Te irás? ¿a dónde? ¿por cuánto tiempo?

— Me iré por una misión a otro país, tal vez cuando regrese, si lo hago, miré a mi hermana graduándose, o tal vez casada, e incluso puede y hasta sus hijos sean mayores, no lose.

— Yo..., ¡iré contigo! – esa respuesta me había sorprendido.

— No, Tamaki, no puedes hacerlo.

— Pero yo...

— ¿Qué hay de Nejire? – el sólo guardó silencio – ella estará aquí.

Apenas salí de ahí, caminé a ver a Best Jeanist, estaba mejor de salud, y sólo necesitaba el sello.

Los días empezaban a ver más grises y lluvioso, sentía mi corazón romperse, pero, no quería imaginar el como se siente Nejire, ella debe de haber sufrido más.

Me despedí de mi hermana, me despedí de los chicos, me despedí de los profesores, de la UA, del director Nezu, de la policía, me despedí de todos, y ya en el aeropuerto, Nejire había venido conmigo.

— Ten cuidado – la abracé por última vez – espero y cuando vuelva, sigas con Ryukyu.

— Lo haré, también cuídate – ambas miramos la entrada por ella un Tamaki agitado venia en nuestra dirección – deberás hablar con el cuándo me vaya.

— Ya hablamos, supongo que nuestros caminos nunca estarán juntos.

— Tampoco creo que el nuestro – se fue, dejándonos a solas – espero seas un buen héroe.

— Akira... - suspiró fuerte, para mirarme – también estoy enamorado de ti, y esperare por ti lo que tenga que esperar.

— No lo hagas, habrá mejores personas y en caso de que lo hagas, ¿qué pasa si no vuelvo?

Cobarde Infiel - Tamaki AmajikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora