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Sonreí, hice lo que debía hacer, al final del día, volvió a esperarme, y me llevó a casa.

— A-Akira – lo miré esperando que continue – yo quería...

— ¿Sí? – nos detuvimos mirándonos, o al menos mirándolo un poco, ya que estaba sonrojado - ¿qué sucede?

— Yo quería – noté que apretó sus puños y alzó su mirada, mirándome fijamente – yo quería..., yo quiero...

— Tómalo con calma – traté de ayudarlo, pero creo que eso sólo empeoró ya que su rostro se puso algo rojo.

— Yo quiero decirte... - empezaba a preocuparme, ¿hasta que nivel puede una persona ponerse roja? - ¿Si quieres salir conmigo? – desconectó, lo tomé rápidamente antes de que cayera al piso, aun inconsciente sonreí.

— Me encantaría – lo llevé a casa, y lo dejé en el sofá, mi hermana sólo veía la situación – es muy lindo, ¿no lo crees?

— Si a ti te hace feliz, supongo que esta bien, aunque..., ¿quién es?

— Ya te lo había dicho, es dos años mayor que tú, es conocido como uno de los tres grandes.

— Es muy fuerte entonces.

— Si, algo así, ya sabes, nosotras superamos ese poder, debemos seguir entrenando y purificando corazones.

— ¡Sí! – notamos que empezaba a despertar – creo que escuché un rumor de él en la UA.

— ¿Un rumor? – la miré con atención.

— No estoy segura, investigaré por ti.

— No hace falta, céntrate en los estudios – me acerque para mirarlo mejor - ¿cómo te sientes?

— ¡Lo siento! – apenas se levantó y me dio una reverencia – n-no fue mi i-intensión de-desmayarme.

— Calma, calma, no hay problema, supongo que fue ¿lindo? – traté de animarlo, pero eso ocasionó que se pegara a la pared.

— ¡Ya lo recuerdo! – la voz de mi hermano atrajo nuestra atención – uno de los tres grandes tiene pareja, ese era el rumor que se esparció.

— E-espera, ¿qué rumor? – lo vi y su rostro se mostró algo sonrojado – yo no soy...

— No sé si eres tú, pero hay dos chicos más, pero estas aquí con mi hermana, asique supongo que uno de los otros dos tiene pareja.

— Y-yo, creo que debo irme – lo miré algo extrañanada, asiqué lo acompañé a la puerta – lamento haberme desmayado.

— No hay problema, por cierto, lo me dijiste...

— Y-yo, quería saber – su voz empezaba a sonar algo normal - ¿quisieras salir conmigo?

— Me encantaría – le di una sonrisa y el me la correspondió – estaremos viéndonos en la UA.

— S-si..., descansa – lo vi irse lentamente, asique volví a entrar.

Decir que me gustaba, era poco, ese chico tímido empezaba a encantarme, los días pasaron con normalidad, claro que había golpeado a los chicos de segundo año, apenas iba por los de segundo, y eran más grupos.

En esos días, hubo un par de fines de semana donde salí con Tamaki, no lo había visto en la UA, y si lo hacía, no era mucho tiempo.

— Adoro estos lugares, ¿cómo lo supiste? – estábamos en una especie de museo, pero podíamos tomar té.

— So-solo fue coincidencia – reí un poco y se me quedó viendo.

— ¿Qué?

— Me gusta tu risa – una ola de calor envolvió mis mejillas y había hecho que Tamaki se pegue a la mesa – L-lo siento, yo no quise...

— Está bien, gracias.

Tomé de su brazo, no sin antes preguntarle si no le incomodaba, claro que aceptó de inmediato, era un chico muy dulce, la pasamos por aquí, por allá, corriendo, descansando, riendo, recordando, uno que otro alago, pero estaba bien.

— Bien, creo que aquí nos separamos – nos despedíamos a un lado de una cafetería, estaba cerca de la UA – me la pasé muy bien, gracias.

— También me la pasé bien – sonreí un poco y me acerqué y le di un beso en su mejilla.

— Debo irme, me toca patrullaje nocturno – empecé a irme, pero sentí que sujetó mi brazo - ¿Sí?

— Yo... - lo vi algo indeciso, pero el sólo me miró con una mirada determinada, iba a continuar, pero una llamada a su celular lo detuvo, cuando lo miró su mirada cambió – debo irme, cuídate.

— Igual tu – nos despedimos, supe que dentro de poco los de primer año tendrían su examen para las licencias, asiqué me tomé la libertad de almorzar con mi hermana un día antes.

— ¿Cómo eran tus licencias? – esa pregunta llamó la atención de sus compañeros.

— Fueron complejas, ser de la UA, era difícil, por eso, me alegraba de haber pasado inadvertida en el festival deportivo, porque, todos nos veían y conocían nuestros dones, pero nosotros nunca vimos los suyos, era una desventaja, cuídense entre ustedes.

— Ya veo, entrenaremos más, somos capaces de superar muchos obstáculos, no somos como la clase A, pero estamos más preparados.

— Admito que la clase A tiene una convivencia única, tienen más experiencia que ustedes, pero en cuanto a lo que se refiere clases y lo demás, van por mejor camino, entrenen más duro.

Claro que cuando iba de salida me topé con los tres grandes, la chica se acercó muy emocionada, al igual que el rubio y Tamaki seguía siendo una ternura aun con su timidez, pero no todo era de color rosa, el detective me había enviado un mensaje, debía ir ayudar.

— ¡Hola! – los saludé por un momento – ne, ne, ¿es cierto que darás una charla a los de primero?

— ¿Tamaki te lo dijo? – lo cierto era que muy pocos lo sabían, asique ante su afirmación lo supe – sí, lo estoy haciendo con todos, sólo me faltan los de primer año, asique, será en un buen momento donde tengan sus licencias.

— Ya veo, ¿te quedarás? ¿a dónde vas?

— Iré a la oficina policial, me necesitan para un caso, y debo seguir escuchando conversaciones en mi local, a veces dicen cosas muy interesantes.

— ¿De verdad? ¿qué sucedió? ¿qué clase de conversaciones? ¿has pasado mucho tiempo con Tamaki? ¿vives con tu hermana?

— Calma pequeña – reí un poco – todo a su tiempo, debo irme, la próxima vez hablaremos con más calma.

Me despedí y salí con prisa, cuando llegué, miré a unos tipos, seguidores de Stain, aun había alguno de ellos, pero, no fue tan difícil, seguí mi camino viendo la zona.

Al día siguiente por la tarde, miré un mensaje de mi hermana, había aprobado, estaba orgullosa de ella, sin duda alguna.

Asique, iría en unos días más, claro que el director Nezu me llamó, y asistí, cuando estuve en el gimnasio, observé que Mirio les daba una paliza a los chicos, igual que trato de hacerlo conmigo, observé que un chico peliverde había adivinado su golpe, sería un buen héroe, mientras daba su discurso, se ponía la ropa y se disculpaba, ya me encontraba hablando con Aizawa.

Cobarde Infiel - Tamaki AmajikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora