𝙇'𝙤𝙚𝙞𝙡𝙡𝙚𝙩

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El clavel

SeungCheol se alejó de la beta sin observar su rostro siquiera, lo que más le importaba era huir a como diera lugar. Corrió a través de las cuadras, directo a su departamento, soltando un suspiro pesado cuando azotó la puerta de su departamento. Observó el reloj en su pared, marcando las 5:23 a.m. caminó a su habitación y unos segundos después, se hundió en la suavidad de sus sábanas. 

¿En qué momento se había quedado dormido? Ojalá no tanto como para haber descuidado la seguridad del omega a altas horas de la madrugada. 

Su alarma lo despertó a las 8:30 a.m., sintiéndose lo suficientemente refrescado como para continuar su día. Un día en el que visitar aquella florería y saludar al omega bonito, era parte de su plan.

 Un día en el que visitar aquella florería y saludar al omega bonito, era parte de su plan

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JeongHan no estaba seguro de que hacer o cómo reaccionar. No creía volver a ver a SeungCheol en un largo tiempo, aunque odiaba admitir que aquello era lo último que quería.. El universo estaba siendo demasiado amable con él últimamente, ¿que querrá a cambio?

El omega se acercó a la puerta anteriormente abierta, acortando distancia entre SeungCheol y él.

JeongHan observaba al pelinegro anonadado. El alfa lucía increíblemente apuesto con su vestimenta de color negro. El color le quedaba espectacular. La camisa, pantalón y corbata negros lo hacían lucir bastante atractivo. Mucho más que antes, a decir verdad. Y observando a detalle su reloj, estaba casi seguro que costaba más que su casa. ¿Qué tan rico era Choi SeungCheol, el alfa frente a él? 

—¡JeongHan, hola! –Habló el mayor moviendo una de sus manos frente a su rostro, intentando sacarlo de su ensoñación.

El omega parpadeó rápidamente un par de veces antes de recuperar la compostura y armarse de valor para hablar con el alfa. 

—SeungCheol... ¿Qué te trae por aquí? –Sonaba nervioso, inhaló profundamente antes de responder. Contrólate, JeongHan, suenas ridículo– ¿En qué te puedo ayudar?

—Ah, la verdad es que el día de ayer quería comprar un obsequio para alguien especial... Pero no tuve oportunidad. Así que volví hoy –SeungCheol le brindó una leve y cálida sonrisa mientras observaba los arreglos y macetas en el lugar.

JeongHan observó las bastante visibles ojeras del alfa, pero manteniéndose a raya y evitando incomodarlo, no hizo pregunta alguna. Después sonrió amablemente y se dirigió al mostrador para sacar el catálogo e inventario del local.

—¿Qué es lo que buscabas? –Preguntó JeongHan, hojeando las páginas.

—Pensé en un arreglo, algo no tan grande y que pueda gustarle a una mujer.

—Oh, entiendo... –Cierto, ¿en qué pensaba JeongHan? Con ese rostro, seguramente tenía a mil omegas y betas o inclusive alfas detrás de él. Lo decepcionó un poco, bueno, digamos poco.

SeungCheol, al percatarse de sus palabras, carraspeó sonoramente y aclaró titubeante —Ah, son... para mi madre.

JeongHan alzó la mirada y abrió notablemente sus ojos. El alfa frente a él, no le debía explicación alguna sobre lo que hiciera de su vida, pero lo hizo. ¿Qué significaba aquello? No, debía dejar de pensar las cosas en demasía.

—Oh, bien. Creo que tengo el arreglo perfecto para ti –El omega habló, caminando cerca del mostrador, buscando el papel y flores necesarias.

SeungCheol esperó pacientemente al observar a JeongHan ir y venir por todo el lugar, cargando un montículo de flores en sus brazos, el alfa dedujo que aquel bonito omega lucía aún más hermoso de lo normal.

El alfa quería seguir observando cada detalle del chico frente a él, pero no debía hacerlo, podría incomodar a JeongHan, no lo sabía. Y quizás, no lo hizo. O bueno, sí... puede que un poco.

SeungCheol amaba a demasía la pasión que JeongHan demostraba en su trabajo, cuidaba que las flores no se lastimaran, era delicado en cada movimiento, sonreía y divisaba un destello de brillo en sus orbes cafés, sabía que el omega amaba lo que hacía.

Un timbre lo hizo despertar de su ensoñación. Era un mensaje de Soonyoung, su amigo, quien le rogaba que llegara a la casa de sus padres, llevaba cinco minutos en la fiesta y se sentía aburrido.

SeungCheol rió por la nula paciencia de Soonyoung y contestó a su mensaje, algo que el omega notó y por un mínimo instante deseó haber sido él quien creara esa linda sonrisa.

JeongHan carraspeó un poco, regresando al alfa al presente, observando el impresionante arreglo sobre el mostrador.

—¡Woooah! ¿En serio lo hiciste tú?

—¿Por quién me tomas, hyung? –JeongHan rió, observando al alfa totalmente impresionado.

Aquello desconcertó un poco a SeungCheol.

—¿Y a qué vienen los honorarios? 

—Ah... Recordé que no sé tú edad-...

SeungCheol lo interrumpió rápidamente.

—ShH, SHh. No puede ser... ¡¿luzco anciano?! –Preguntó el alfa aterrado, tocando su rostro con ambas manos.

—Evidente-...

—¡No! ¡No continúes! ¡Rompes mi corazón! –El mayor fingió sentirse dolido, sacando una carcajada del omega.

Para este punto, SeungCheol rogaba a los cielos jamás dejar de escuchar la hermosa y contagiosa risa del omega bonito.

—¡Hey, déjame terminar! –Carraspeó sonoramente, acercando su mano a los labios ajenos en una seña para guardar silencio– Evidentemente, no tienes más de 19 años. ¡Y no, SeungCheol, no luces anciano!

—¿19 años? ¿Intentas coquetearme? ¡Tengo 20!

Olvidando lo que había dicho, JeongHan preguntó animadamente —¿Naciste en el '95? ¿En serio? ¡Yo igual!

SeungCheol bufó tiernamente por lo lindo que lucía JeongHan.

—Bien, ¡entonces no vuelvas a llamarme con honoríficos de nuevo, JeongHannie!

¿Me creerían si les cuento que el corazón de JeongHan estaba a punto de explotar de amor?

Porque he de decirles que el lugar estaba lleno de ambos olores. Una mezcla del olor fuerte de SeungCheol y dulce de JeongHan. Petricor y madera mezclándose con lavanda y cerezas.

—Okey, ¡no lo haré!

Ambos sonrieron y el alfa sujetó el arreglo blanco en sus brazos, aún impresionado por el trabajo de JeongHan. Leyó el recibo adjunto y le entregó la cantidad correspondiente, que a decir verdad, SeungCheol creía fielmente que era mucho menos de lo que su gran trabajo costaba.

El omega observó al alfa antes de sugerirle algo importante.

—Deberías buscar que significan, SeungCheol.

—Ohh, claro, son claveles, ¿cierto? Y... ¿Sabes qué significan todas las flores acá? –Preguntó el alfa curioso y observando alrededor del local, creyéndolo imposible, eran demasiadas plantas.

—Sí, lo son. ¡Yah! Por supuesto, algo así debe saberse.

SeungCheol iba a replicar y no logró hacerlo debido a su teléfono sonando y mostrando un "Soonie" en la pantalla.

—Lo siento, ya debo irme. Gracias, JeongHan.

El omega sin más, asintió y le brindó una última sonrisa, antes de observarlo salir de la floristería. 

Cute florist | Jeongcheol #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora