🍂|| [CAPITULO I]

1.3K 161 59
                                    

Soltó un pesado suspiró, mientras masajeando los músculos de sus hombros, miro con desgano las montañas de papeles que tenía enfrenté, y una vez más miro la hora que marcaba el reloj

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soltó un pesado suspiró, mientras masajeando los músculos de sus hombros, miro con desgano las montañas de papeles que tenía enfrenté, y una vez más miro la hora que marcaba el reloj.

Ya era media noche y el seguía haciendo papeleo de mierda.

— Venga Gustabin, te voy ganando y eso que ya estoy viejo —.

Escucho la voz grave de Conway, quien estaba al lado suyo en el mismos escritorio revisando cada papel y escribiendo como toda una máquina programada para esa tarea.

— Bueno, ya te digo eh, ya vas por el cuarto vaso de café —. Señaló el vaso desechable y los otros que estaban arrumbados en el borde del escritorio.

Volvió su vista al papeleo, con solo verlo sentía como la flojera recorría su cuerpo, sus párpados exigían poder dormir un poco, tumbarse en su suave cama y poder dormir.
Estaba seguro que con el cansancio que en ese momento se cargaba, podría dormir de puta madre, sin ninguna pesadilla.

— ¿Crees que los papeles se van a hacer solo con la mirada? Espabila coño —. Regaño el mayor haciendo entrar en razón al rubio.

Quien sacudió su cabeza intentando despejar el sueño.

— No sea tan duro Conway, que sigue siendo un chaval y tiene que cumplir ciertas horas de sueño —. Hablo una tercera voz adentrándose a la sala donde ambos agentes estaban.

— Cierto, se me había olvidado que el niño necesita dormir sus 8 horitas, que lo arropen y le canten —. Se burló el ex superintendente, recibiendo una queja del más joven.

Gustabo masajeo su frente para disipar el sueño y el repentino dolor de cabeza que le provocaba tener que oír como Conway intentaba vacilarlo.

— Si quieres puedes ir a descansar Gustabo —.

El rubio alzo la mirada encontrándose con los suaves ojos del comisario puestos en su persona, sonrió levemente al verlo, en esos momentos era como un ángel que lo vino a salvar de aquel demonio gruñón.

— No se me haría justo comisario, dejar aquí al viejo con todo el trabajo, que a las malas y le da un infarto —. Sonrió, cerro sus ojos tratando darles un pequeño descanso.

Escucho la suave risa de Gordon, mientras que de fondo se escuchaba como Conway gruñía.

— ¿Cómo me dijiste anormal? —.

— Ambos pueden irse —. Dijo rápidamente el comisario, mirando a los dos con una sonrisa, paseando su mirada desde Conway hasta llegar a Gustabo.
Mirándolo fijamente atráves del cristal de sus lentes de sol —. Ambos se merecen un descansó.

Tanto padre como el hijo se quedaron mudos mirando sorprendidos al comisario, era como oído que se habían ganado la lotería, una enorme sonrisa se formó en los labios del rubio.

— ¡Muchas gracias Gordon! —. Se levantó de su asiento de un salto, de repente tenía energía.

— Tch, solo lo estás mimando —. Murmuró en desacuerdo el ex-superintendente, mirando la escena con serenidad —.

Gordon miro de reojo al mayor, había logrado escuchar aquello, de repente sus manos fueron tomadas por las del rubio. Abrió los ojos sorprendido al sentir el suave tacto, miro directamente a los ojos azules del menor.

Su rostro de ruborizo al tenerlo tan cerca.

— Nos vemos mañana, comisario —. Sonrió Gustabo, despidiéndose —. Lo espero afuera Conway —.

Miro a su padre, saliendo de la oficina para ir a la armería a dejar las armas y la reglamentaria, por fin, después de un largo día de trabajo podría descansar la mente por lo menos unas horas.

El peli-negro miro directamente la puerta, por dónde había salido su hijo casi dando saltitos de alegra, giro hacia el comisario quien miraba sus manos atontado.

— Comisario, solo le pediré algo...— habló, su tono de voz se volvio más grave y ronca, queriendo imponerse ante su superior.

— ¿Q-que pasa? —. Pregunto nervioso, ajeno a las intenciones del mayor, estaba más concentrado en la sensación suave del tacto suave de más manos del rubio.

— Alejese de mi hijo —. Dijo simple, esas palabras hicieron que Gordon saliera de su ensoñación —. Por lo visto estos años Gustabo ha perdido práctica en su trabajo, y me jode, después de tanto tiempo entrenandolo, lo menos que quiero es que se vuelva aún más blandengue. Sobretodo con usted cediendo ante sus peticiones —.

— Conway... Es solo un chaval, de hecho me sorprende el puesto que tiene con su edad —.

— Solo le aviso, buenas noches —. Corto la conversación, saliendo de la oficina en silencio dejando al comisario solo.

Gordon suspiró, no se imaginaba estar bajo tutela de Conway, había leído un poco de su expediente y de notaba que tenía experiencia de sobra, tambien que regia una malla en los santos. Gustabo debió pasar por momento difíciles para complacer las expectativas de Jack.

🍂:;"

🍂:;"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐶𝑢𝑖𝑑𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑡𝑖 「𝙶𝚘𝚛𝚍𝚒」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora