Rey Estúpido, imbécil, y mujeriego!

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Volviendo a la actualidad.

Dejar mi grandiosa vida, para venir a vivir aqui en california es una mierda, suicidio no suena tan descabellado.

--¿ y bien cariño, que te parece?-- pregunto mi madre con tono gentil

-Horriblemente solo sin kisaki- mi madre hace una mueca que puedo comprender su tensión 

--Mi vida recuerda, que ese joven tiene pareja y ... ese no eres tu...--

Ma, yo y kisa no tenemos nada, ahora déjame que tengo que alistarme para ir a la cárcel-

Ella sonríe pensando en mi entusiasmo, que cuando ella sale de la pieza se esfuma.

-Jodida! vida...- ahora estaría solo

Eran exactamente las 6:30 tenia una hora exacta para llegar al edificio .

Solía usar ropa bastante moderna pero hoy no tenia muchas ganas de lucirse, agarro lo primero que vio, pantalones negros y una polera bastante gruesa que adoraba porque costaba más que un riñón.

Metió cuadernos viejos, de su antigua clase, partió de su casa dejando el desayuno sin probar bocado, camino lentamente porque le quedaba relativamente cerca, pasando pudo notar a un joven de unos 15 o 16 jugando con un bebe de 1 año o menos, solo sonrío por el lindo bebé notando que era lindo, al igual que el omega que tenia un peinado de media coleta y era rubio, supuso que era su vecino.

Llegando al lugar en la entrada diviso a un grupo de alfas, entre todos noto a uno que estaba encapuchado siendo la burla de su grupo o bueno el también reía, encerio le encantaría juntarse con ellos para poder sentirse a gusto otra vez.

Entre notando como todos paraban lo que estaban haciendo, pues mi olor desprendía desprecio y amargura, continúe pasando las chicas omegas se me acercaban a pedirme mi numero mientras que los omegas varones mantenían un poco más su distancia.

Los alfas me miraban como a un dios, otros me miraban con desprecio por robar a sus omegas, o presas como quieran llamarlos, camine ignorando a todos entre a uno de los baños donde claramente se escuchaban gemidos, renegué maldiciendo salí yendo a el aula.

Entre, todos me miraron expectantes, note rápidamente la presencia del alfa encapuchado rodé los ojos, la profesora amablemente me pido presentarme.

-Soy Hanma Shuji, tengo 16 años, me retrasaron un año al tener que mudarme aquí, vengo de Japón -note que la mujer me miraba fijamente- soy un Delta.

Todos me miraban fascinados menos el alfa pues no se le veían los ojos, rodee los ojos avanzando me senté al lado de un joven con cabello colorido, parecía un ramo de plátanos andante.

Mire al frente, la beta me dio una sonrisa junto con un "bienvenido" prosiguió regañando al alfa encapuchado para que se quitara la capucha.

Ni siquiera volteo a mirarlo, le valía.

En el receso fue al comedor por un vaso de café, caminando noto un grupo lejano que empezó a llamarlo, quiso zafarse pero primero estaba la popularidad no?.

Camino, me siento y sonrío mientras los otros se presentaban 

Bueno compadre, te llamamos porque necesitamos un gran favor, somo lideres o pertenecientes a una pandilla, queremos que seas el jefe pues por tu raza-- hablo uno de ellos llamado Chonbo Kureiji

Algo extrañado solo pedía que hablaran más del tema, cosa que hicieron gustosos al notar mi interés.

Entonces tenemos nuevo líder de la Valhalla Hanma Shuji --- celebro uno llamado Hamada

Mi sonrisa aumento a ver tremendo monumento enfrente, era pelinegro su cabello caía por sus mejillas mientras trataba de hacerse una trenza, sus ojos negros y su sonrisa ladina, al terminar su peinado empezó a hablar con un alfa rubio más pequeño que el con ojos azules.

Era perfecto se veía dominante, su cuerpo se veía bien pero algo no cuadraba con su linda figura y eso era su labio partido junto con su ojo morado. 

Me encanto a la vista tal vez sería bueno acercarme a el ahora, um naaa ya tendría tiempo de conocer a todos.

Junto a el aparecieron dos que se acercaron rápidamente, uno azabache y el cabeza de plátanos ellos tambien eran miembros quise preguntar por esa belleza que parecía un lindo beta pero prefirió callar.

Hablaron en los dos receso y lo acompañaron por la tarde, quien diría que ese día empezaría toda su desgracia.


¡Estúpido mujeriego!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora