Capítulo 21

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Pasaron algunos meses y ambos se adaptaron a esa nueva rutina, consensuada en el calor de sus corazones.
Habían semanas en las cuales el sayayín se iba a entrenar a las montañas, y por lo mismo, Bulma había notado que eso pasaba cuando ella estaba cercana a su período, y sonrió cuando recordó una discusión...

- mujer ya estás con esos arrebatos raros del mes.

- arrebatos???!!! tu eres un desconsiderado, maniático de la pelea!!! Te odio!! Estúpido y sensual sayayin - acercándose coquetamente...

- estás loca mujer.

- solo me dices eso, no me entiendes, nadie me entiende, no saben lo difícil que es ser yo - mientras se alejaba molesta.

- me iré a las montañas hasta que se te pase.

- entonces, me dejarás, te irás de mi lado - mientras comenzaba a llorar

- adiós mujer.

- bueno por lo menos ahora te dignas a despedirte, eso significa que te importo, cierto, ay! Mi amor! -

Mientras Vegeta solo rodaba los ojos contrariado por los cambios de humor de ella.





Claro que no todo era simple, bueno nunca lo había sido...

Habían momentos en que las diferencias y las discusiones se desbordaban, de hecho ahora el sayayín había decidido castigar a la peliazul con sexo por una pelea que habían tenido en las preparaciones del cumpleaños número dos de Trunks.

- ya te dije mujer! No es necesario que vistas al mocoso con esos estúpidos trajes y tampoco que llenes la casa con las locas de tus amigas.

- sayayin, escúchame bien, mi hijo va a tener una gran fiesta porque es el heredero de la corporación y necesita presentarse en sociedad.

- en esta sociedad terrícola que no vale mucho.

- tú vas a participar en la fiesta y te comportaras como un buen padre, ya lo decidí -
mientras se acercaba en forma seductora.

- así que ya lo decidiste mujer?! Aún crees que tienes derecho a tomar decisiones por mí.

- ay! Sayayín tú sabes que te puedo recompensar muy bien-
mientras en forma seductora acariciaba su cuerpo.

- hmp! Esta vez no te resultara eso. A caso crees que lo puedes conseguir todo conmigo solo con tu cuerpo???

- bueno pues, lo puedo intentar...

- no! Me cansé que decidas todo, ahora yo te castigare a ti, sin sexo.

- creo que ese será más un castigo para ti.

- hmp! Tonterías! La voluntad de un guerrero es inquebrantable.

- bueno pero yo no puedo vivir sin tu cuerpo, así que si me dejas podemos arreglar eso ahora.

- hmp! Te dije que no! Y no insistas. Tendrás que buscar otro truco para manipularme mujer.

- como quieras! Tu te lo pierdes!
Mientras le sacaba la lengua y salía de la habitación dando un gran portazo.

Habían pasado algunas semanas y ambos se encontraban con deseo pero con su orgullo en alto, en ese tiempo casi no habían cruzado palabras y aunque compartían la misma cama no se habían buscado, al menos no en forma conciente, ya que algunas noches, sus cuerpos se encontraban para dormir abrazados.

Bulma estaba muy tensa y además se dio cuenta que ya faltaban 3 días para el cumpleaños de su hijo, y el estrés por la fiesta, los balances de final de temporada de la corporación, más la situación con el sayayín, pensó y decidió volver a realizar una práctica de autoplacer para relajarse.

Desde que había retomado su candente relación, no había necesitado sus juguetes para relajarse y complacerse pero debido a todo lo que estaba pasando, decidió volver a usarlos, fue ahí cuando una osada idea se le ocurrió, una idea que hasta para la atrevida Bulma Brief era un reto, lo que la motivó aún más.



Esa noche preparo todo, y agradeció que el sayayín fuese un hombre de rutinas claras. Así que lo espero a que saliera de la ducha para dejar sus juguetes sobre la mesa de centro.

Cuando el sayayin salió, al principio no los notó, pero si se dio cuenta que algo escondía la peliazul, la conocía demasiado bien para saber qué algo pasaba.

Sus ojos no cabían del asombro cuando vio el juguete con forma de miembro sobre el mueble. Su rostro se puso rojo y gritó como hace mucho tiempo no lo hacía...

- BULMA!!!!!! -

- Dime Vegeta que pasa? -

- ME PUEDES EXPLICAR QUE ES ESTA VULGARIDAD!!! -

El sayayin seguía con su rostro rojo, y su ki sé había incrementado tanto, que todo en la habitación comenzó a temblar.

- son cosas mías. Tengo necesidades ya lo hemos hablado antes.

- SACA ESO AHORA! MUJER VULGAR! ANTES QUE ELIMINE TODA LA MALDITA HABITACIÓN!!!

- está bien, pero si no las uso ahora lo haré en el baño, o en la otra habitación o en el cuarto de gravedad quizás.

- ERES UNA... UNA VULGAR! NI SUEÑES QUE POR AMENAZARME CON ESAS PORQUERIAS TE POSEERE! PORQUE YA TE LO DIJE! NO USARAS MAS TU CUERPO CONTRA MI.

- en eso te equivocas sayayin yo uso MI CUERPO como se me pega la maldita gana! -

Mientras se acercaba al mesón y tomaba el juguete para subirse a la cama.
El sayayín no cabía del asombro, en serio, esa mujer lograba superar sus propios límites de la tolerancia que creyó inamovibles.
Estaba tan sorprendido que siquiera habló cuando ...

Bulma al ver su reacción aprovecho el momento para desabrochar su bata y comenzó a meter el juguete en su boca, luego de eso se puso en la cama con sus rodillas flectadas y comenzó a tocar su entrepierna con el juguete.

Cuando el cuerpo del sayayín comenzó a reaccionar se dio cuenta lo que pasaba y con el rostro más sonrojado le reclamó...

- mujer! Te ordenó que te detengas ahora.

Sorprendentemente, verse observada en una situación tan íntima, excito más a la peliazul quien no dudó, después de escuchar a Vegeta, introducir el juguete en su intimidad y comenzar a dar suaves movimientos y fuertes gemidos.

- insecta!!! Deja eso ahora!!! -

La mirada de Bulma invitaba al principe a participar, no podía dejar de estimularse viéndolo a los ojos. El cuerpo del sayayín había despertado ferozmente y aunque no lo admitiese ni bajo tortura, el tiempo sin ella también le había afectado y verla así lo tenía fuera de si mismo. Fue más aún cuando la peliazul cerró sus ojos y comenzó a decir su nombre para mostrar que, al parecer se estaba imaginando que el rosado juguete era en realidad el príncipe de los sayayín.

Cuando Vegeta vió que Bulma se encontraba cerca de terminar no aguanto más y saltó sobre ella como una fiera, no sabía porque, pero el creía que solo él podía hacer que ella tuviera un orgasmo, que ni si quiera ella misma, podría reemplazarlo, él sentía que era el único dueño de todos esos momentos.

En un rápido movimiento, Vegeta tomó el juguete y al verlo, se enojó aún más, así que una descarga de energía lo fulminó convirtiéndolo en cenizas.

- oye! Aún lo necesitaba - le reclamaba una agita peliazul que segundos después estaba boca abajo levantando su pelvis para recibir toda la intimidad de Vegeta que estaba siendo aún más brusco de lo normal...

Bulma al sentirlo así gimió de placer pero no pudo evitar preguntarse si quizás no había ido demasiado lejos está vez.

El sayayín por su parte no hablaba...  esa noche sus más bajos instintos tendrían rienda suelta...

Le haría a esa mujer todo lo que su oscura lujuria pudiera imaginar y se felicitaba internamente al recordar que Trunks y sus abuelos pasarían la noche en la capital del norte porque esperarían el regalo del niño.








.... Y así empezaron sus oscuras y lujuriosas perversiones...





Bulma Y Vegeta (Entre Líneas) Tomo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora