Capitulo 10

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_______ dejó el último fardo de paja sucia en la carretilla y colocó encima el rastrillo. Cansada, se incorporó, se pasó las manos por la cara y suspiró.

—Bueno, tú ya estás listo, Saracen.

Acarició el cuello del gran semental de color cobrizo. Después tomó de nuevo los brazos de la carretilla para sacar la paja de allí.

—Ya estás limpio.

Cerró con cuidado la puerta de Saracen y aprovechó para estirarse despacio. Le dolía todo el cuerpo, no estaba acostumbrada a ese tipo de trabajo físico. Estaba exhausta.

Pero pensaba que así al menos podría dormir bien esa noche. Y eso era todo lo que pedía. Llevaba sólo tres días trabajando en las cuadras, pero las tres noches que había pasado en vela eran las que empezaban a hacer mella en su salud. Lo cierto era que no había conseguido descansar bien por la noche desde que Justin reapareciera en su vida. Y eso que aún podía dormir en su propia cama y en su propio dormitorio.

Frunció el ceño al recordar que esa cama era de Justin y también su habitación, igual que el resto de la casa y de las propiedades de Manorfield.

Tiró de la carretilla para sacarla del establo. Ya nada era suyo, sólo la ropa y lo que guardaba en los cajones de ese dormitorio.

Cuando Justin le había ofrecido el empleo, había esperado que le dijera también que iba a tener que vivir en el estudio que había sobre las cuadras. Sabía que eso habría sido la venganza perfecta. Así habría conseguido cambiar por completo las tornas. En ese pequeño cuarto había vivido Justin cuando estuvo trabajando allí. Se había resignado a ser la que limpiaba las cuadras mientras él se hacía cargo de Manorfield como dueño y señor de todo y, después de rechazar su indecente proposición, había tenido muy claro que la mandaría a vivir a los establos.

Le sorprendió que Justin le comunicara que podía quedarse en su dormitorio, al menos hasta que hicieran algunos cambios en las viviendas que había en el piso de arriba de las cuadras.

—Allí no podría vivir ni un perro —le había dicho Justin cuando se reunieron para hablar de las condiciones del puesto—. Hay que tirarlo todo y reformarlo.

—¿Has ido a verlo? —le había preguntado ella sin poder esconder su sorpresa.

No podía creerse que hubiera querido volver a ese estudio. Allí había ocurrido todo. Ella había intentado seducirlo con torpeza para después traicionarlo. Se preguntó qué se le habría venido a la cabeza a Justin al visitar de nuevo esas habitaciones. No sabía si recordaría lo que había pasado esa noche, cuando se presentó casi desnuda ante él. Entonces había pensado que tenía un aspecto sexy y sofisticado, pero se imaginó que le habría parecido una adolescente disfrazada y ridícula.

—Sí, me acerqué el otro día.

Justin debió de darse cuenta de que ella se había quedado pensativa y se echó a reír.

—No fue una visita nostálgica, si eso es lo que te estás imaginando. Eché un vistazo al sitio cuando estuve el otro día comprobando el estado actual de todas las propiedades. Fue entonces cuando vi que el estudio estaba en pésimas condiciones.

—Tú tuviste que vivir allí —le había recordado ella sin poder contener sus palabras—. Pensé que me harías alojarme en ese sitio.

—Eso fue decisión de Marty, no puedo hacerte a ti responsable de eso. La verdad que allí no podría vivir nadie.

—Nadie lo ha hecho desde que te fuiste —le había contado ella.

Lo que no le dijo fue que, durante mucho tiempo, no había podido dejar de pensar en las lúgubres y oscuras habitaciones en las que él se había alojado. Se acordaba de ello cada vez que visitaba las cuadras para ver a sus caballos o para salir a montar. Incluso llegó a pensar que nunca sería capaz de subir allí de nuevo. No después de haber tenido que sufrir la humillación de que Justin la rechazara.

¿Pasión o venganza?Justin Bieber y tu(Adaptada)Kate WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora