Capitulo 7

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El reloj de pie del vestíbulo marcó una hora más y _____ seguía dando vueltas por el despacho. Miraba de vez en cuando por la ventana para ver si volvía Justin. Intentaba distinguir el sonido de algún coche o las luces, pero no tenía suerte.

Ya empezaba a amanecer, pero seguía sin poder descansar.

Se había pasado así toda noche. No había podido tranquilizarse desde que él saliera de esa casa. Había dado vueltas por el pasillo. Deseaba oír de nuevo el sonido de su motor acercándose a la casa, pero también temía volver a verlo. Quería decirle que había interpretado mal sus palabras, pero no sabía cómo iba a reaccionar. Después de ver lo enfadado que se había marchado de allí unas horas antes, creía que no iba a creer sus palabras. Pero tenía que intentarlo.

No era la primera vez que había visto odio y desprecio en sus ojos. Le había pasado lo mismo aquella noche siete años antes, cuando Marty los sorprendió juntos. Su inexperiencia entonces le había impedido actuar en consecuencia. Entonces le había importado mucho que su padrastro no pensara mal de ella y también le habían dolido demasiado las palabras de desprecio que Justin le había dirigido.

Se había quedado prendada de Justin desde que lo viera por primera vez trabajando en las cuadras. Era la primera vez que conocía a un hombre como él, atractivo, peligroso y demasiado sexy como para que pudiera resistirse.

Desde ese momento, lo había seguido a todas partes como un perrillo. Le costaba hablar con él, no podía hacerlo sin tartamudear y no sabía cómo conectar con Justin.

Recordó cómo había llegado a comprar entradas para un espectáculo con la intención de invitarlo. Justin se disculpó diciéndole que tenía que trabajar esa noche, pero después lo vio salir de un bar con una de las criadas de la casa, Lucille, a la que después se llevó al estudio donde vivía en Manorfield.

Nunca se había sentido más dolida y humillada que esa noche.

Unos días después, entró con otra llave en su estudio. No llevaba puesto bajo el abrigo más que un conjunto de lencería blanco. Tuvo que esperarlo durante largo rato y con los nervios a flor de piel. Cuando oyó sus pasos en la escalera se acercó a la puerta y cuando Justin entró en su pequeño estudio, ella se quitó el abrigo.

Su reacción no fue demasiado cálida.

-Vete, _______ -le dijo él-. Déjame en paz.

Pero ella no podía. Le había costado llegar tan lejos y no estaba dispuesta a rendirse fácilmente. Así que se echó a sus brazos y lo besó para demostrarle que era una mujer de verdad, tan mujer como Lucille.

Le pareció que él respondía a sus besos, pero poco después la apartó de su lado.

-No te engañes, pequeña. No tengo ningún interés en ti, no de esa manera. No me gusta jugar con niñas -le había dicho él entonces con tono burlón.

Sabía que nunca iba a poder olvidar lo que pasó después. Cuando las luces se encendieron de repente y alguien entró en el estudio. Marty los había sorprendido así, con ella en ropa interior y entre los brazos de Justin. Le parecía oír de nuevo la conmoción en las palabras de su padrastro.

-¿Qué demonios es lo que está pasando aquí?

Se quedó en blanco unos segundos, después reaccionó apartándose de él.

-No quería... -había comenzado ella-. No pensaba... Él me obligó a...

Fue al oír esas palabras cuando Justin la empujó para apartarla de su lado. Tambaleante, se dio contra el reposabrazos de un sillón. El dolor la cegó, pero no lo suficiente como para no ver el puñetazo que su padrastro le daba al joven.

¿Pasión o venganza?Justin Bieber y tu(Adaptada)Kate WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora