Poni, la última isla

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A la mañana siguiente, me levanté, me vestí y fui a desayunar con los demás. Me sorprendió no ver a Lylia allí y, como los demás estaban comiendo tranquilamente, supuse que seguía dormida

Cuando terminé mi almuerzo, salí del edificio para que me diera un poco de aire fresco. Aún era bastante temprano —las siete de la mañana, concretamente— y soplaba un viento bastante tranquilo y un poco helado. Cerré los ojos, retuve todo el aire que mis pulmones podían aguantar y lo solté en un amplio suspiro. Abrí los párpados y comencé a caminar hacia la pequeña playa que estaba al lado de la Casa Æther y me sorprendió ver a una joven rubia con el pelo atado en una cola de caballo apreciando el amplio mar

Me acerqué a la chica y ella se giró hacia mí en cuanto escuchó mis pasos. Pasaron apenas unas décimas de segundo hasta que me reconoció y sonrió alegremente

"¡Buenos días, Zorro!" Me saludó enérgicamente mientras corría hacia mí y se paraba a unos pocos centímetros de distancia

"¿Lylia?" Pregunté a la vez que observaba detenidamente su nuevo aspecto. La rubia asintió marcadamente y rompió la cercana distancia

"¡He decidido que voy a ser una entrenadora Pokémon y ser tan fuerte cómo tú!" Dio pequeños saltos de alegría mientras pronunciaba esas palabras

"¡Me parece genial!" Opiné "¡Venga, vamos a decírselo al Profesor Kukui!" Los dos nos dirigimos rápidamente hacia la Casa Æther y entramos en el edificio. Agarré el teléfono fijo que se encontraba en la entrada y marqué el número de Kukui

"¡Profesor Kukui al habla! ¿A qué se debe tu llamada?" El hombre hizo un saludo bastante peculiar, no me cabía en la cabeza cómo podía estar así de animado desde tan temprano

"¿Quieres decírselo tú, Lylia?" Le pasé el teléfono a la ojiverde, permitiendola contarle la noticia al profesor

"¡Sí, yo me encargo!" Lylia agarró el teléfono y se lo colocó en la oreja "¡Profesor Kukui, he decidido que voy a ser una entrenadora Pokémon!"

"¿De verdad? ¡Eso es genial!" Gritó desde el otro lado del aparato "¡Voy para allá ahora mismo!" Kukui colgó la llamada y nosotros dejamos el teléfono en su sitio. Los demás, al verse sorprendidos por nuestros gritos, se asomaron a la entrada

"¿A qué viene tanto jaleo?" Preguntó Zarala, masticando una tostada de mantequilla y mermelada. Les contamos la gran noticia y en seguida entendieron nuestra alegría

"¡Eso es increíble, Lylia!" Tilo se acercó a ella y la abrazó

"Quieres demostrarle a mamá que eres mejor de lo que ella piensa, ¿verdad?" Preguntó Gladio. El silencio se hizo en la sala hasta que Lylia respondió

"Sí, quiero demostrarle que no necesito a nadie para hacerme valer" Respondió con ímpetu

"Oh, me siento tan orgulloso, tus palabras sirvieron de algo" Pikachu me dio unas palmaditas en la espalda por mi motivación de la noche anterior

Se empezaron a escuchar unos pasos provenientes de fuera de la casa. Una vez que los pasos cesaron, la puerta se abrió de golpe dejando ver al Profesor Kukui junto con una Pokeball que descansaba en su mano derecha

"¡Lylia!" Le llamó "¿Preparada para recibir a tu primer Pokémon?" Kukui comenzó a lanzar la Pokeball hacia arriba, esperando la respuesta de la joven

"¡Por supuesto que sí!" Gritó ansiosa

"¡Me alegra oír eso!" El profesor lanzó la Pokeball y de ella salió un lindo Popplio. Los ojos de la rubia brillaron de emoción y se lanzó a abrazar a la foca azulada. El Pokémon parecía contento por estar junto a su nueva entrenadora

Aventura en Alola [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora