Chapter II: "I'm ordinary"

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La hora de acomodarse con sus parejas había llegado, y con un “Suerte” se despidieron entre sí la pelinegra mayor y la pequeña castaña.

Ninguna de las dos conocía bien a la persona con la que trabajaría, pero Dahyun tenía la esperanza de que Hirai Momo fuera amable e igual de responsable que ella. Si bien no tenía altas expectativas, puesto que no la conocía... Pero si las hubiera tenido, las habría superado de inmediato.

Dahyun realmente sentía curiosidad por aquella pelinegra que había caído frente a ella al intentar llegar a tiempo a su clase. La pequeña pensaba que esa intriga se debía a que la chica era alguien que no conocía, y que simplemente se estaba preocupando por si estaba bien, ya que tenía varias heridas.

Dahyun se acercó lentamente al lugar de Momo al darse cuenta de que ella no se había levantado, y supuso que tenía que ir ella misma. La del flequillo simplemente la seguía con la mirada, esperándola.

Hirai Momo era una chica muy perceptiva, y obviamente había reconocido a esa chica que la había ayudado aquella mañana antes de entrar a clases, pero en ese momento no pudo analizarla a causa de su evidente prisa.

Dahyun era bajita por lo que había visto, y vestía exactamente igual que ella. Tenía el cabello castaño, un cuerpo delgado y una piel muy blanca, mientras que en su rostro resaltaba sus pequeños ojos color café, también tenía una nariz pequeña, pero no supo cómo sus labios en forma de corazón llamaron más su atención que cualquier otra cosa.

Dahyun ni siquiera pudo notarlo gracias a su nerviosismo, el cuál no sabía de dónde venía. Sus pequeñas manos sudaban, así que optó por esconderlas dentro de las mangas de su saco, que le quedaba un poco grande.

No sabía qué decir, la verdad es que siempre se ponía nerviosa cuando conocía gente, pero jamás se había sentido tanto cómo ahora. Junto a Momo, había un asiento vacío, y cuando llegó a él, su mente se puso en blanco.

Momo la miraba hacia arriba, ya que no se había sentado.

“Rayos, Dahyun, ¡di algo!”

—Yo-...

Pero simplemente la coreana no pudo pensar en algo qué decir, sentía la intensa mirada de la pelinegra y eso la ponía aún más nerviosa, no le dejaba pensar en cómo iniciar una conversación con ella.

Y de repente escuchó una risita, la cuál provenía de la misma chica que tenía enfrente, y sin saber cómo, se tranquilizó. Parecía que “Momo” había notado que no sabía qué decir.

—Hola... —dijo ella con ambas comisuras de sus labios levantadas, formando una preciosa sonrisa—. Kim Dahyun, ¿no es cierto?

La pequeña asintió, y Momo también lo hizo sin dejar de mirarla.

Ninguna de las dos sabía qué estaba pasando, pero desde dónde yo lo veo, sus mentes se estaban conectando por primera vez, aún sin decir alguna palabra. Simplemente se miraban, y aunque les extrañaba a ambas la situación, por alguna razón no querían hacer algo para que parara.

—Muy bien, chicos, ahora que están todos con sus parejas voy a proceder a dar instrucciones... —dijo en alto la señorita Bae, lo cuál hizo que las chicas rompieran el contacto visual, aún extrañadas. Dahyun sólo pudo preguntar:

—¿Este asiento está ocupado? —dijo y al recibir una negativa, rápidamente se sentó.

—Ahora, muchachos, les daré exactamente —Miró su reloj la señorita Bae—, veinte minutos, para que se conozcan. Les recomiendo que procuren llevarse bien, puesto que su pareja será su equipo todo el semestre. Su tiempo comienza ahora...

Blurry Eyes | DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora