time out

te veo

"Creo que se han ido". Louis murmura, pegando su oreja a la puerta, conteniendo cuidadosamente su respiración para asegurarse de captar cada sonido.

Harry suspira.

"¿Qué diferencia hace?" él gruñe.

Louis se da vuelta, trabaja en sus músculos faciales hasta que está seguro de que transmiten la expresión correcta – su objetivo es lucir extremadamente molesto con un toque de quiero estrangularte.

Harry se encoge de hombros.

"No me gusta sentirme observado". Louis gruñe, arrugando su cara en señal de irritación.

Harry vuelve a encogerse de hombros.

"No nos están observando", señala. "Sólo escuchando a escondidas".

Louis muerde con fuerza su labio.

"¡Entonces no me gusta que me espíen!", suelta, ignorando el fuerte escozor de sus mejillas. "¿Y quieres saber qué más no me gusta?"

Los ojos de Harry se han agrandado, su mandíbula está apretada.

Pero asiente, lentamente y con aceptación, se prepara para que Louis arremeta.

"¡No me gusta estar enjaulado en esta maldita habitación!" Louis comienza, golpeando sus manos contra la puerta. "¡No me gusta que me obliguen a estar en esta mierda, no me gusta hablar contigo, no me gusta mirar tu maldita cara!". Continúa, dándose la vuelta para mirarlo, entrecerrando sus ojos con rabia, alzando su voz antes de que pueda recuperar el control sobre ella. "¡No me gusta perder el tiempo aquí porque nada va a cambiar y lo he decidido desde el día que decidiste romperme el corazón!"

Así es, lo ha dicho.

Harry merece sentirse como una mierda por ello.

Aun así, cuando sus ojos se cierran y su respiración tiembla, el corazón de Louis se aprieta en su pecho.

·˚ ༘ ꒱

"¡Harry, Dios mío, ven aquí, te lo ruego!".

Harry casi se atraganta con la pasta de dientes, pero reacciona inmediatamente, dejando caer el cepillo en el lavabo y corriendo hacia el salón mientras el agua sigue corriendo.

En su camino cogió un jarrón.

"¡¿Qué es?!", urge, mirando confusamente a su alrededor.

Louis está hiperventilando, señalando al techo, soltando pequeños chillidos aterrorizados y no, no hay ningún ladrón en el apartamento de Harry.

Tampoco hay un violador, ni un asesino psicópata, ni un monstruo de otra dimensión, ni ninguno de los horribles escenarios que se reproducen en la mente de Harry en cuanto oye los gritos de Louis.

Louis está bien.

Sigue corriendo de un lado a otro y señalando e instando a "¡Mata a esa cosa!", pero está bien.

Harry suspira y deja caer el jarrón sobre el sofá.

"No voy a matarlo" le informa, acercándose a la fuente de la ansiedad de Louis.

Louis deja escapar un grito desesperado.

"¡Harryyyy!", grita, agachando su cabeza. "¡Te lo ruego! Mátalo!"

Harry pasa junto a él y abre la ventana.

"No, Louis". Insiste, tranquilo y calmado. "Sólo voy a ayudar a que salga fuera".