"Ríndete, nena...
No te dejaré escapar. Esta es la telaraña de encantos y pasiones en la que por débil caíste y yo por soberbio, o quizás curioso, tejí para ti"
-Lee Taemin (Adicción a ti)
- ¡Hola! Este...
Hermoso día de verano aquí en Seúl, lástima que para mi amado un día caluroso es similar a estar ardiendo en el infierno. Y no lo culpo. Yo mismo estoy sudando terrible y solo estoy llevando la primera caja adentro de casa.
— Aún no puedo creer que te hayas casado con Taemin —escuché decir a Kibum apoyado en una vitrina.
— ¿Por qué no? ¿No es evidente que nos amamos mucho? —le respondí— Además fue tu idea proponerle ser su novio, no te quejes tanto.
— Ash ya, creí que iba a decir que no y aclarara que es heterosexual. Al parecer no lo conozco lo suficiente —sonrió— ¿Cómo planean meter esa refrigeradora del patio a la cocina? Estoy fuera, por si lo preguntan —nos miró.
— Estoy seguro que puedo solo —presumí.
— Ya, ya, mucho bla bla bla y poca acción, Choi Minho —mi amado por fin habló.
Y ahí estaba...
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— ¿Quién dejó este jarrón aquí? —(lo movió como en la foto)
— ¿A qué te refieres con acción, mi pequeño príncipe? Puedo darte mucha acción si así lo deseas... —le regalé un smirk.
— Ugh... Hagan sus cochinadas cuando yo no esté aquí —rodó los ojos.
— Tú te invitaste solo a la mudanza, Kim Kibum, solo Taemin y yo hacemos el trabajo pesado.
Taemin solo los observaba divertido, aunque se sentía terriblemente ignorado.
— Él es mi bebé y obvio lo tengo que ayudar a desempacar. Aunque esté casado y con nietos, él siempre será mi bebé, FYI.
— ¡¡Oigan!! —Taemin interrumpió— Creí que el recién casado dramático era yo -se cruzó de brazos.
— Pero claro que lo eres, mi bebé —lo besé.
Key hizo su típico gesto cuando algo le desagradaba y avisó que se iría a la cocina a preparar la comida, Taemin batallaba para salir de mi agarre y seguir con la mudanza pero yo no alejaba mis brazos de su cintura.
— Hoy, por fin me darás algo que quiero... —susurré en su oído.
Abrió los ojos entendiendo lo que decía.
— ¿Un takkbam en la frente? ¡Pues sí!
El takkbam que Taemin me pegó dolió como los mil demonios, él solo reía mientras escapaba de mí a la cocina con Key.
— ¡Maldito seas, tú Onew y tu idea de enseñarle eso a Taemin! —grité fuerte y escuché una risita desde lejos. Seguía frotándome la frente.
---------------- En la noche...
— Entonces... ¿La vajilla especial irá en la cocina?
Silencio.
— ¿O en la gran vitrina del salón? Creo que se verá bonita ahí.
