4: Pero entonces, pasé muchas noches

20 5 4
                                    

Abrió los ojos con lentitud, sintiendo el vacío en su cama. Se estiro y miro a su alrededor, todo estaba tal y como lo había dejado la noche anterior, sonrió feliz, ahora que se había acostumbrado a la rutina se le hacia muy fácil cada día. Aun recordaba las amargas noches después de la ruptura, aunque ya no tanto como antes, ya ni siquiera notaba que ese tipo de pensamientos no estaban en su mente: era como si simplemente aquello nunca hubiese ocurrido. 

Se levanto con algo de pesadez, no deseaba ir al trabajo ese día, después de la extracción de pieza de la tarde anterior sentía que se había quedado sin espalda. 

—¡Demonios! —se quejo, lanzándose agua al rostro—. Maldito sistema que nos vuelve esclavos. 

Se miró en el espejo y notó que su cabello era un desastre, aunque no lo dio tanta importancia, luego de darse un baño iba a peinarse bien, por ahora solo le interesaba alejar el sueño con un buen café. 

—Demonios, mi habitación necesita una buena limpieza —dijo, pareciendo que le hablaba a las paredes. 

Se dio una ducha rápida, lavándose bien el cabello, aquello lo ayudaba a mantenerse despierto. Cuando terminó bajó a la cocina y se preparó una taza de café amargo, se sentó en una de las sillas mientras se dedicaba a mirar las redes sociales, se dio un pequeño golpe en la pantorrilla para quitarse un zancudo que se había posado a beber su sangre, tal vez beber café usando solamente una bata de baño no era una muy buena idea. Dejó la taza en el fregadero y salió de la cocina, caminando a paso lento hacia las escleras y subiendo estas mismas como si tuviera todo el tiempo del mundo. 

Tarareaba despacio una canción que escucho sin darse cuenta y se había colado a su cerebro. Abrió las puertas de su armario de par en par, analizando toda la ropa que tenia, ninguna le parecía para esa ocasión y aquello lo frustraba un poco. 

—No queda mas opción que conformarse —dijo, mirando hacia atrás, a su pequeño caniche—. Usaré el uniforme ¿No crees, Vicchan? —el can solo movió la cola mientras dormitaba, últimamente parecía mas cansado de lo normal. 

Yuri tomó la camisa de color azul con cuello en V y se la colocó, luego un pantalón en un tono mas pálido. Estaba listo para irse. Entró  al baño y se cepilló los dientes, cuando sintió que estaba listo llenó el cuenco de comida y agua de su querida mascota y luego comenzó a buscar sus llaves. 

—Nos vemos por la noche —se despidió, cerrando la puerta a sus espaldas. 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El despacho del ruso estaba vacío a excepción de su mejor amigo que leía un periódico e la silla frente a su escritorio. No es que Viktor fuera un virgen en el amor, pero le parecí que en ese momento Chris era el mas adecuado para ayudarle en su situación. 

—Chris —le llamó, dándose cuenta que el rubio soltaba el periódico y lo miraba directamente a los ojos—. Ayer llevé a Yuri al dentista. 

—Que bueno ¿Está todo bien con sus dientes? Si no te gusta como lo atendieron puedo decirle a mi novio que... 

—Ese no es el problema —le cortó el de ojos azules—. De echo fui a la clínica donde trabaja tu novio, la cosa es que lo atendió un chico muy lindo, tenía rasgos extranjeros y usaba gafas. 

—Creo que me suena —respondió el de ojos verdes, acomodándose en su sitio—. De casualidad no es el Dr Katsuki. 

El rostro de Viktor casi pareció llenarse de brillo. 

—Si, era él. Fue tan amable con Yura y era tan lindo físicamente. 

—Pues tengo dos buenas noticias para ti —dijo el rubio—, el Dr Katsuki está soltero y también gusta de los hombres, lo sé porque es el mejor amigo de novio. A veces suele dejarlo en casa, si quieres entre Phichit y yo podemos organizar un encuentro entre los dos, para él sería como una cita a ciegas. 

I Will SurviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora