capítulo 2

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Cambia, cambia, cambia.

Heather Johnson salió del laboratorio de ciencias, presionó los libros contra su pecho y caminó por el pasillo lleno de estudiantes que se dirigían hacia la cafetería. Ella también iría a almorzar, pero primero tenía que reunirse con su grupo.

El nuevo grupo de Heather estaba formado por Gale Walker, April Princeton, Kevin Ward y ella misma. Los cuatro se habían unido meses atrás, cuando fueron asignados para un proyecto de literatura, en el cual se habían divertido muchísimo. Principalmente, Heather había estado sola desde que su vieja mejor amiga, Cristina Owens, se había ido a Nueva York y había dado respuestas flojas a sus mensajes de WhatsApp. Sin embargo, con el tiempo, se dio cuenta de que los sándwiches que Kevin le regalaban eran deliciosos, que April daba los mejores consejos y que Gale tenía un gusto exquisito para los libros.

Ella descubrió que reír no bastaba para ser feliz, y que, por otro lado, ser ella misma lo era todo.

Ahora Heather era diferente, estaba renovada, de pies a cabeza; utilizaba menos maquillaje, había cortado su cabello a la altura de los hombros, desechó las prendas rosa y las faldas cortas, para que los jeans oscuros y desgastados las reemplazaran. Era ella, Heather, la chica que no era un genio, pero tenía sus habilidades únicas y su estilo propio.

Giró a la izquierda y los vio a los tres, de pie junto al bebedero. Gale tenía sus audífonos puestos, April miraba su reflejo en la pantalla de su celular y Kevin sonreía a todos los que pasaban mientras les ofrecía sus sándwiches.

—¡vamos Heather, siento que mi estómago va encogerse! — Gritó April, guardando su teléfono en el bolsillo trasero de sus shorts.

—No tendrías hambre si compraras uno de mis sándwiches de pavo—comentó Kevin sin apartar la vista de sus clientes.

April giró sus ojos color aceituna y contestó: —soy vegetariana.

Kevin se encogió de hombros y siguió sonriendo.

Gale permanecía en silencio, mirando al vacío. Él tenía los ojos oscuros, el cabello oscuro, la piel pálida y llevaba siempre ropa oscura. Él era... elegante—de una muy extraña manera.

Heather dio unos pasos cortitos y rápidos hasta ellos, se acercó hasta el bebedero, dobló su espalda, presionó el botón y dejó que su boca se llenara del agua fría y fresca. Ese era el sabor de la estabilidad emocional que la rutina y su amistad le habían regalado, era simple pero era vital.

— ¡vamos! —dijo April tomándola del brazo y arrastrándola por el pasillo. Cuando pudo recuperar el ritmo, se agarró de gancho al brazo de su amiga de baja estatura y siguió su camino. Kevin y Gale iban atrás de ellas, ambos ofreciendo al público las últimas unidades de alimento envuelto en papel aluminio.

Retrocediendo meses atrás, cuando Heather no sabía que estas maravillosas personas existían, ella y Cristina Owens luchaban por recibir un lugar en la cima de la pirámide de la monarquía social de Rich High School. Lastimosamente—y afortunadamente—, Cristina tuvo que irse por alguna razón que, Heather creía, era conocer la verdad sobre la desaparición de Brittany, Jordan y el profesor Bennett ( o Corbin, como preferían decirle).

Todo ese enredo había sido completamente inútil, ya que todo lo que parecía ser una pista para resolver el misterio, resultaba ser una coincidencia o un error. Por eso, cuando Heather despertó de su accidente, la noche después de que el auto explotara y encontraran el cuerpo de Jordan Parker, supo inmediatamente que la información que Cristina creía con seguridad poseer era inútil.

Los parlantes que colgaban del techo del pasillo reproducían la melodía melancólica de un violín, ese era el gesto que tenía Rich High para representar el luto por la noticia que habían recibido la noche pasada. La muerte de Corbin Bennett, su antiguo maestro de matemáticas y el ex novio de su madre.

Kevin saltó delante de ellas, continuó avanzando de espalda y volvió a hablar:— Ese caso se está poniendo cada vez más difícil. —él se veía gracioso, sacudiendo su delgado y alto cuerpo para mantener la estabilidad. —¿no lo creen?

—¿de que hablas? —preguntó Heather, apartando disimuladamente un mechón de cabello que se le había metido en la boca.

—De la muerte de Jordan y Corbin— Kevin respondió, girando de un saltó para caminar como una persona normal. Su cabeza llena de cabello corto y sus orejas enormes hicieron que Heather sintiera cosquillas en su estómago.

—todo es una tontería— bromeó Heather.

Kevin giró su rostro. —no será una broma cuando seas la siguiente, nena. — él le devolvió la broma y los cuatro entraron a la cafetería.

El chiste había sido como un crujido seco en los oídos de Heather, durante los meses después de la muerte de su viejo mejor amigo, Jordan, Heather había encontrado estos nuevos súper mejores amigos, y, por tal razón, había decidido contarles todo lo que había pasado la noche del incendio en ese edificio abandonado (cosa que no había hecho con Claire, Victoria o Ryan).

Les había contado todo, todo. Hasta la teoría de Cristina, en la que Brittany era quien controlaba el juego.

Heather y April separaron sus brazos, Heather y los otros dos se sentaron en la mesa de la esquina, y su amiga se fue a buscar al rarito de Thomas Harrison para que le vendiera una ensalada.

—hablo en serio, Heather. ¿Y si Cristina tenía razón? ¿Y si Brittany está loca y los quiere matar? — Kevin insistió mientras sacaba tres sándwiches de su mochila y le daba uno a cada uno.

Gale, quien permanecía invisible en el grupo, desenvolvió su comida y comenzó a devorarla. Heather sonrió tímidamente.

—bueno, supongo que moriré pronto. — ella se encogió de hombros y comenzó a comer. La salsa de ajo combinaba muy bien con las rodajas de tomate y las tiras de cebolla fresca; y la carne frita hacia que las papilas gustativas de Heather se relajaran y sintieran la textura crujiente del pan tostado.

Kevin suspiró, tomó su enorme sándwich con una mano, miró fijamente a Heather y le dio un mordisco de forma agresiva.

Heather respiró profundo y resistió las ganas de reír y botar toda la comida que tenía adentro.

April llegó a la mesa, con una caja plástica con mucha lechuga adentro, entonces la abrió y comenzó a comer de a poco.

—April, dile a Heather que me escuche. — Kevin le dijo después de tragar con fuerza.

—yo...— empezó a decir, pero algo cerca del campo de juegos captó su atención, haciendo que todos miraran hacia la misma dirección.

Era Brant Evans, él estaba agarrándose a puños con Jacob Gunn. Heather frunció el ceño y respiró profundo. Ambos eran unos patanes, no sabía a quién defender.

—Creo que ambos están detrás de la misma chica— dijo April dándole unos golpecitos con su codo a Heather.

— ¿sí? ¿Quién? — Heather preguntó sin apartar la mirada del cabello rubio y los rasgos marcados del rostro de Brant.

—Claire Martin

Heather dio media vuelta para ver como su amiga asentía con emoción.

—¿Por qué alguien como Claire querría estar con alguien como eso? — preguntó Kevin, torciendo su boca, arrugando su frente.

—Te gusta...— April comenzó a molestarlo y Kevin inició su discurso de no-tengo-idea-de-que-estas-hablando.

Heather vio como el profesor de literatura, el señor Fischer, se paraba en medio de ellos y les ordenaba que se detuvieran. Entonces, algo en su campo visual captó su atención, una chica con cabello largo, brillante y oscuro salió por la puerta que daba contra el campo de juegos. La chica tenia puesta una blusa color amarillo pálido.

Los labios de Heather temblaron exageradamente. "¿Qué está sucediendo?", se preguntó. Tal vez solo era otra chica, no podía ser Brittany, ya habían pasado meses y ya todo estaba volviendo a la normalidad.

¿O no?

Heather no podía escuchar nada más que su cerebro analizando los movimientos de la chica que aún permanecían en su memoria ocular.

La chica era idéntica a la que la había atacado la noche de hace algunos meses. Sin embargo, lo más importante era que había pasado desapercibida en medio de todos, de la misma forma en la que Brittany Aniston siempre lo había hecho.

Perfect White LieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora