Cuando me miro en el espejo

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Cuando enciendo la luz, puedo verme en el espejo. 

Veo a una chica que llora lágrimas, sangre y decepciones por convertirse en una mujer.

Pero ser mujer tiene muchos significados.

¿Es más mujer la chica que intenta convertirse en una o la mujer que ya es adulta y llamada como tal solo por su edad?

¿La que tiene más cicatrices en su cuerpo o la que está lista para ellas?

¿La tierra fresca y preparada para la siembra o la que ha sido cosechada hace mucho tiempo?

¿Son las flores y pasto recién cortado o los árboles que han estado ahí durante ya muchos años?

¿La valentía o la experiencia?

¿La edad o la actitud?

¿El cerebro o el corazón?

¿Es más mujer la que actúa o la que actuó y ahora solo vive de sus recuerdos?

Cuando me miro en el espejo veo mi rostro que ha crecido durante los años.

No hay arrugas, no hay signos de edad, más que ojeras jóvenes que han sido marcadas por esfuerzo y trabajo sin descanso.

Cuando la noche llega, tengo que apagar la luz.

Llevar mi cuerpo hacia mi cama y dejar de pensar en por qué siendo joven se es tan juzgado por las mujeres u hombres ya más crecidos. 

Me miro al espejo y veo que puedo llegar a ser más allá que aquella mujer, por el simple hecho de que ella ya está juzgándome.

Y demostrarle a aquel hombre adulto que puedo llegar a su nivel supuesta madurez  en 3 segundos con mi actitud hacia la vida.

Cuando me miro al espejo, veo una chica en cuerpo y una mujer en espíritu, y si solo me juzgas por mi edad, comienzo a dudar sí en realidad, tienes alguna idea sobre el significado correcto de la palabra: crecer.

Cuando me miro al espejo entiendo que la edad no te convierte en mujer o en un hombre.

Los años te convierten en un adulto, y tú decides si quieres ser uno que aporte luz y esperanza a este mundo asqueroso o uno que lo haga mucho peor.

-Olympia S. Garzon

SIN PODER DORMIR / POEMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora