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- no puedo seguir así- lloraba frente al espejo por primera vez en el día. Ya era costumbre llorar varias veces al día recordando aquellos momentos que viví con Iván.

Lloraba desconsolada en el suelo de mi baño, apretandome las piernas con las uñas hasta el punto de llegar a hacerme heridas. Me levanté hacia mi habitación para tomarme un calmante de los que el médico me había recetado para la ansiedad. La ansiedad me estaba consumiendo.

Tras diez minutos de mi medicación los efectos comenzaron a aparecer. Ya no escuchaba voces acusándome de que todo fue mi culpa y que los cuernos me los puso porque me los merecía. Ahora estaba en paz tumbada en mi cama.

Tenía el último examen pendiente de la facultad para acabar mi carrera, nadie incluyéndome a mi sabía cómo había sido capaz de sacarla adelante después de la depresión que entré hacía 8 meses, cuando Iván decidió dejarme por otra.
Era desconsolado sabes que había estado con él casi cuatro años, saber que me acompañaba todos los días a la facultad y que incluso me ayudaba con trabajos cuando me veía muy agobiada. Ahora nada de eso tenía. Estaba sola con dos o tres amigos a mi lado.

No le dolió lo más mínimo de echarme de su casa nada mas decirme que no quería seguir conmigo sin darme explicaciones. Tampoco tuvo el suficiente coraje de decirme que las noches que quedaba con amigos en verdad eran para quedar con Carla, su novia. Me mintió a la cara durante meses, me tomó por boba, como una niña pequeña sin ningún motivo para escucharla, fui una marioneta para él.

Me sacó de mis pensamientos mi móvil, lo tenía al lado de la cama sonando, lo cogí y era carre en llamada. Atendí.

- eo Ga, esta noche hay joda y estoy invitado y obviamente tienes que venir conmigo- propuso.

- hola carre, no tengo hoy ánimos de salir- dije decidida, no tenía ganas de moverme de mi casa y aún menos de arreglarme.

- Ga nunca tienes ganas, hazlo por mi- puso voz de pena- la pasaremos bien de seguro y así te despejas un rato y dejas de pensar en el dichoso ivansito- hizo una pausa- en hora y media estoy en tu puerta- terminó.

- acepto pero no quiero estar hasta muy tarde- dije incorporándome de la cama yendo al armario para ver qué me ponía.

- te lo compro, chao te amo- colgó.

Tiré mi móvil a la cama y miré mi armario. Mientras que buscaba algo que ponerme pensaba en que carre no sabía mi estado sentimental actual, él pensaba que yo estaba mejor, con menos recaídas. Yo no le contaba la verdad.

Cuando me quise dar cuenta y dejar de pensar, estaba vestida con vestido negro y unos tacones no muy altos blancos. Me miré al espejo, ahora tenía las piernas bastante delgadas por el hecho de haber dejado de comer. Había días que no tenía hambre y otros días en los que tenía hambre pero me faltaban fuerzas para levantarme e ir a cocinar algo. Ese hambre lo escondía durmiendo.

Me hice un recogido en el pelo para que no me molestase y me corregí las ojeras de llevar sin dormir y llorando días seguidos. Me maquillé algo más ya que me veía con ánimos.

 Me maquillé algo más ya que me veía con ánimos

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ᵗʳᵃⁱᶜⁱóⁿ; spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora