Decidí subir las escaleras en vez del ascensor ya que era un primero. Llegué al rellano y vi una puerta abierta, fui directa sin pensarlo.
- hola ga- dijo un Iván al yo terminar de abrir la puerta a lo que yo me asusté y él lo notó.
- pelotudo no me des estos sustos- dije dándole un leve golpe en el hombro, él solo me abrazó.
- ¿cómo has pasado el día?- me soltó de su agarre y cerró la puerta.
No le contesté, entré por el pasillo y vi aquella casa tan amplia de dos pisos. Un estudio de trabajo enorme en medio del salón y muchas cajas de mudanza aún sin colocar.
- ya podrías colocar las cosas de una vez- dije graciosa, noté que andaba detrás de mi- el día ha sido raro, no ha tenido nada bueno- dije sincera.
- bueno ahora estás conmigo, eso mejora tu día ¿no? - me giré a verlo y solo levanté mis hombros en signo de indiferencia.
Era cierto que estaba nerviosa por verlo, pero eran nervios de pánico, de volver a revivir lo pasado.
Vi su cara de disgusto al ver que no le había respondido como él quería.
- podes sentarte, he preparado algo para cenar- fue directo a la zona de la cocina y yo me senté en el sofá.
Estaba empezando a temblar mientras lo veía de espaldas preparando los platos.
*flashback
- comete la maldita comida gala- se levantó indignado de la mesa- no podes seguir sin comer decentemente pelotuda- me levantaba la voz lentamente- mírate, estas hecha un esqueleto andante, no tienes gracia ninguna en tu cuerpo por dios- tiró un vaso de cristal al suelo haciéndome sobresaltar.
Lágrimas comenzaron a salir.
- no te pongas a llorar ahora estúpida, no te estoy diciendo nada que tú misma no pienses- decía apuntándome.
- Iván no tengo apetito, estoy con la regla y me duele mucho la tripa- me defendí de alguna manera.
- me da exactamente igual lo que te duela, si sigues así tú y yo no vamos a ningún lado- tomó aire- ya que no piensas comer al menos límpialo- terminó para irse a su cuarto y cerrar de un portazo.
*
En aquel momento por culpa de los nervios estaba totalmente negada a comer algo, pero me daba pánico decir que no quería después de que hubiese dedicado su tiempo a cocinar algo.
Se volteó con una sonrisa y con dos platos de comida en la manos. Le dediqué una sonrisa, se me hizo tierno. Los colocó en la mesa y me cedió unas servilletas.
- espero que te guste, lo he hecho con mucho cariño- dijo dedicándome otra de sus hermosas sonrisas.
Ya no llevaba el colgante con la inicial C, tampoco había signos en el depa de haber habido otra mujer allí lo que me alivió por completo.
Cogí el plato y lo situé entre mis piernas. Probé un poco.
- no te ha quedado tan mal como las otras veces que cocinabas esto- dije rompiendo el hielo.
- he aprendido bastante durante estos meses, me he estado informando de recetas nuevas- se recostó en el sofá para estar más cómodo.
Tras 15 minutos él había acabado con su plato pero yo no llevaba ni la mitad, notaba su mirada sobre mi, sobre mi cuerpo y mi forma de comer. No quería que me dijese nada al respecto pero no fue así.
- si no quieres comer nada más lo entiendo, no pasa nada ga- puso su mano en mi pierna dándome a entender que sabía lo que estaba pasando- no va a pasar nada gala- me retiró el plato de las piernas y lo dejó en la mesa.
Se acercó a mi, pasó un brazo por detrás de mi nuca y dejó caer su cabeza en mi hombro. En mi interior agradecía que ahora entendiese mi situación.
Dejé caer mi cabeza sobre la suya y ahora fui yo quien cogí sus dos manos y las apreté con las mias. Cerré los ojos, estaba en la paz que tanto había deseado.
- cómo vas con tus problemas alimenticios- preguntó rompiendo el hielo en la misma postura. No nos mirábamos a la cara.
Comencé a hablar mirando a un punto fijo de la habitación.
- podría estar mejor, pero también peor- cogí aire- hace cinco meses mi médica que dijo que si no subía de peso tendría que internarme para que ellos lo hicieran por mí, logré coger algunos kilos y me salvé esa vez- dije sin ningún sentimiento- intenté que vieran que estaba todo bien y que ya estaba recuperada para que así me dejaran en paz y así fue, a día de hoy no saben nada de mi salud aún que volví a caer- dije tragando saliva- como cuando tengo mucha hambre, no necesito más- terminé.
Iván apretó mis manos y depositó un beso en ellas dando a entender que estaba conmigo en esto.
- todo va a estar bien a partir de ahora- noté su voz extraña- te voy a hacer la persona más feliz que se haya cruzado en mi vida- dijo ahora levantando su cabeza y viendo como unas lagrimas corrían por sus mejillas.
- ey tú no tienes porqué llorar, no pasa nada, tú no has provocado esto- dije secándole las lágrimas.
- no habrá sido mi culpa que comenzases así pero si un motivo claro- decía- Gala estás mal de salud por mi culpa- echó su cabeza hacia tras en modo de desesperación.
No sabía qué decir, no podía negar que eso era cierto.
Tras 5 minutos en los que Iván logró calmarse volvió a hablar.
- ¿quieres ir a la pieza? Puedes descansar tranquila, yo dormiré aquí- dijo levantándose de su sitio.
- me muero de cansancio, ha sido un día duro- dije ahora yo levantándome.
Iván no se lo pensó dos veces y me levantó en el aire haciendo que enrollase mis piernas en su cintura.
- eo qué haces- dije aturdida.
- llevarte a la cama con la princesa que eres- dijo mirando con una sonrisa de oreja a oreja ¿qué le había dado ahora?
Reíamos por la dificultad que tuvo al subirme por las escaleras aupada, había que destacar que Iván no era uno de los chicos con gran fuerza.
Llegamos a la pieza y me recostó en la cama quedando él encima mío con sus codos apoyados en el colchón pera no aplastarme. Nuestras caras estaban a pocos centímetro, ninguno decía nada.
Un impulso de mi interior me obligó a hacer aquello que tanto extrañaba.Levanté mi cabeza con desesperación haciendo chocar nuestros labios. Era la primera vez en muchos meses que volvía a tocar el cielo.
El beso era lento, parecía no tener fin, estaba repleto de emociones.Iván se separó y miró todas las partes de mi rostro.
- te quiero gala y nunca he dejado de hacerlo- volvió a depositar otro beso en mis labios. Millones de sentimientos recorrieron mi cuerpo haciendo que mi piel se erizase ante aquellas palabras.
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ᵗʳᵃⁱᶜⁱóⁿ; spreen
أدب الهواةDónde Iván engaña a Gala tras 4 años de relación. Dónde Iván se arrepiente en el peor momento. --- No se aceptan adaptaciones, todos los derecho reservados.