Perfecto Caos ✔ (En librerías)

Capítulo trece

13 | GALA.

♪ Throw on your dress and put on your doll faces, everyone thinks that we're perfect, please, don't let them look through the curtains♪
(Ponte tu vestido, y pongan sus caras de muñecas, todos piensan que somos perfectos, por favor no dejes que vean a través de las cortinas) -Dollhouse. Melanie Martinez.

Todo está fuera de control. 

Hay personas corriendo de un lado a otro.

Cristina, la stylist, había mandado a que Nate me trajera desde temprano. Me habían trasladado a un hotel que estaba rodeado de personas y camarógrafos.

No entendía qué pasaba, hasta que entre y en recepción vi a varios artistas.

En cuanto crucé la puerta de la habitación que me dieron, todos se pusieron a trabajar en mí, desde los pies hasta la cabeza.

—¿Lista? —pregunta Cristina. A diferencia de todos los demás que parecen estar a punto de tener un colapso nervioso -incluso Isaac-, ella no muestra más que su elegancia. A pesar de que ha tenido que estar corriendo de una habitación a otra.

Yo, estoy cansada, de no hacer nada, sí.

Suelto un suspiro tembloroso mientras la mujer frente a mí me escanea por completo. Ella llegó hace una hora, dijo que era una "directora de movimiento". Al principio me reí creyendo que estaban bromeando, pero no, no bromeaba.

No sabía que existían tantas reglas para moverte, para sonreír, para caminar, para girar, para estar simplemente de pie.

—A veces, el lenguaje corporal transmite más que el lenguaje verbal —dice ella mientras toca mis manos para que las suelte—, Tus manos dicen mucho de ti, así que trata de tenerlas siempre a la vista, especialmente si hablas.

»Recuerda; pasos largos, gesticula con las manos, y evita hacerlo con el rostro, al menos que seas Emilia Clarke eso no funciona. Sonríe con sutileza y con boca cerrada, eso añade elegancia.

Suelto otro suspiro de cansancio. La mujer levanta su dedo pulgar y se aleja.

Estoy parada sobre un pequeño podio frente a un espejo gigante. Aún sigo sin acostumbrarme a ver mi propio reflejo.

—Me encanta —habla Cristina mientras toma mi mano para ver mis uñas. Ha respetado por completo mis gustos. Y aunque, le dolió, dejó de lado las ideas que ella denominaba como "dramáticas".

—¿Y el vestido rojo que el staff había elegido? —pregunta Isaac al fondo de la habitación.

—Te lo puedo encargar para ti si tanto lo quieres, ella eligió este, y es perfecto.

Aprieto los labios ligeramente para evitar reírme.

»Es elegante, clásico, y realza su belleza —Cristina sonríe orgullosa mientras toma la tela negra del vestido apartándola un poco. Uno de sus empleados está de rodillas frente a mí, esparciendo algo resbaloso por mis piernas. Así ha sido todo el día. Muchas manos encima de mí—. Y este corte queda perfecto para su cuerpo —Continúa explicando. Isaac simplemente asiente sin parecer convencido ni interesado del todo.

El chico finalmente termina y se pone de pie. Las personas comienzan a empacar sus cosas para salir del lugar. Observo en el espejo el vestido. Es hermoso.

Es un strapless, y la seda se abraza perfectamente a mi cuerpo, tiene un escote corazón que simula la estructura de un corsé con transparencias. En el lado izquierdo tiene una abertura lateral que deja a la vista mis piernas.