Extra seis: Aiden

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Este extra es de contenido LGBT. Si no es de su agrado, les pido respetuosamente que no continúen leyendo. Respeto su opinión, pero este espacio no es adecuado para debates, ni comentarios intolerantes.

6

SIETE AÑOS ANTES DE PERFECTO CAOS.

Narrador omnisciente.

Una corbata jamás se había sentido tan asfixiante. Ese fue el primer pensamiento de Aiden en cuanto cruzó la puerta.

Quizás el karma estaba manifestándose por mentirle a su amigo, pero en su defensa e inocencia, pensó que así se lo quitaría de encima. Pero pronto se dio cuenta del gran error que había cometido.

Para empezar, no tenía idea de por qué había surgido la necesidad de mentir. Cuanto más lo meditaba, más estúpido le parecía todo. "No, nadie me gusta y nadie me ha gustado. En realidad, mentí porque odio la atención, y todos ustedes la tenían en mí." Eso debió decir, porque esa era la verdad. Pero simplemente no pudo hacerlo.

El asunto es que, a todos sus amigos les gustaba alguien. Todos presumían sus primeros besos, sus primeras veces y él simplemente no había tenido nada de eso, y es que nadie le parecía lo suficientemente interesante como para hacerlo.

Nadie le llamaba la atención, ¿eso era raro? Tampoco le interesaba que sucediera, y pensar en sexo o cualquier cosa que se le asemejará no le generaba nada, más que rechazo.

¿Por qué razón querría compartir fluidos con otra persona? La idea le parecía sumamente antihigiénica y asquerosa. ¿estaba siendo demasiado lento? Se consideraba maduro, ¿Pero lo era? Todos a su alrededor parecían avanzar en esos temas... todos, excepto él.

Para Aiden todo estaba siendo demasiado extraño. En años anteriores, algunos compañeros prematuramente comenzaron a tomar alcohol y a salir como si fueran mayores, pero ese año todo empeoró, porque no fue uno ni dos, fueron todos. Iniciaron fiestas, bebieron y salieron juntos. Como nada de eso le atraía, nunca lo consideró un problema y "encajar" nunca le había parecido una necesidad, pero por primera vez la sintió así cuando uno de sus amigos dijo: "Creo que ahora solo falta Aiden".

Ser parte de una familia cristiana siempre lo mantenía excluido y eso estaba bien para él, pero ese día, por primera vez, no se sintió así.

En realidad, ya lo hice, pero no es de tu incumbencia —Por supuesto, era mentira.

No había tocado a una chica ni por accidente. Esa mañana tuvo la oportunidad de hacerlo cuando una se abalanzó hacia él de manera precipitada. Aiden pudo meter las manos para ayudarla y evitar su vergonzosa caída, pero prefirió dar un paso atrás y dejar que el piso la atrapará.

Al escucharlo, todos sonrieron y palmearon su hombro, excepto su mejor amigo, que lo observaba con indignación entre los chicos. En lugar de decirle la verdad, en ese momento le dijo su segunda mentira: "no paso a más, pero si nos besamos"

Tragó saliva solo de imaginar la boca de otra persona sobre la suya. Respiró hondo y contó hasta tres para evitar soltar una mueca de asco.

A Aiden le gustaba que a su amigo nunca le importaban las cosas, pero para su desgracia esa vez le importó, y quería saber más. Quizás debió detener todas esas tonterías, pero justo allí dijo su tercera mentira.

"Es que no hemos tenido privacidad, ni tiempo, creo que simplemente dejaré el tema" y llegó la cuarta mentira. El nombre. Necesitaba tener una cara.

Así que le dijo a la única chica de la que su amigo no sospecharía: Hope Davis. Era hermosa y principalmente, era la hija del mayor socio del padre de Aiden.

Perfecto Caos ✔ (En librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora