ESA NOVIA ES MIA -CAP. 2

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ESA NOVIA ES MÍA
CAPÍTULO 2.
😭😭😭😭

Deslizaba su índice por el borde del vaso, con vista alterada y con garganta ya adolorida por las lágrimas y todo el alcohol que había bebido ¿Hacia cuántas semanas la había dejado ir por su propia cobardía? Ya no tenía la menor idea.
¿Era un cobarde? ¿Un pobre idiota que después de pelear por su libertad aún en contra de los deseos de su padre esta vez se había dejado atar por cadenas aún peores?

¿Qué hacía con su vida?

—Lo siento ¡Lo siento! —Grita al tiempo que tira el vaso de brandy en algún rincón del departamento. No había salido en todo ese tiempo, no quería ver a nadie, solo la quería a ella en todo el sentido de la palabra y expresión.

Ella había ido a verlo, había sido la única persona que le había dedicado sus poemas y el movimiento de sus manos en el teatro. Ese único boleto de tren era un mensaje subliminal que advertía que se quedaría con él. Que no la volvería a dejar al igual que en San Pablo... Pero esta vez, todo se había repetido, pero para peor.

Y lo que más le dolía, era que ella no había volteado para verlo, no había vuelta atrás. Ella lo estaba dejando definitivamente, sin derecho a réplicas, sin escuchar su versión de los hechos o al menos dar la oportunidad de entre ellos encontrar una solución diferente a entregarlo como un triste premio de consolación a una chica que por supuesto amor había sacrificado su carrera por él.

Pero Terry no pidió ser salvado, a esas alturas hubiera preferido él ser quien quedará lisiado si era era la forma de que Candy se quedará a su lado. Pero no fue así, era todo una triste realidad a la cual no podría asimilar jamás. Y lo peor ¿Quién en su sano juicio entregaría a su prometido a otra solo por una amenaza de suicidio? ¿Por qué Candy le hizo eso? ¿Acaso no lo amaba lo suficiente como para pelear?

—¡Terrence! —Llama alguien a la puerta de su departamento —Por favor ¡Abre la puerta!

—¡Largo! —Es lo que trata de gritar, pero no tiene las fuerzas suficientes para hacerlo. A duras penas se incorpora para arrojarse en el mueble principal para acostarse en posición fetal. Era en esos días en donde deseaba que la muerte fuera de una buena vez por él, para salvarlo del suplicio de tener que desposar a una lisiada que no amaba y para no tener que recordar a la mujer que lo había hechizado quizás desde el primer momento que se vieron en el Mauritania y lo había entregado así, sin más.

Él adoraba su buen corazón... Pero ese estúpido y buen corazón les había hecho eso a los dos.

—Terrence, abre la puerta o la tiraré —Vuelve a gritar la persona que estaba del otro lado de la puerta. No tenía la menor idea de quién podría llegar a ser, y mucho menos le interesaba. Sólo quería emborracharse hasta olvidar el nombre de Candy.

No es hasta que escucha algo ceder detrás suyo y un jadeo que se da la vuelta y la encuentra ahí ¿En serio había entrado a su departamento?

—¡Ay por todos los cielos! —Exclama una voz femenina sorprendida del desastre de ese lugar —¿Qué diablos paso aquí?

—¿Qué carajos haces aquí, entrometida? —Escupio al ver a esa ordinaria mujer que trabajaba con él en la compañía. Karen Claise fue quizás la mejor Julieta con la que pudo haber interpretado una obra. Pero solo por la cara, del resto era una mujer insolente y sin pelos en la lengua.

—Gracias por lo de entrometida. Y vengo a buscarte, supe lo que pasó en el hospital.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Lo que una escucha al asomarse detrás de las paredes —La chica se quita el chal, se arremanga el vestido y se agacha para verlo en ese terrible estado —Por Dios Santo ¿Qué fue lo que pasó? ¿En donde esta tu novia? La chiquilla con cara de muñeca rusa.

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