Un día de imprevistos

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Es de noche cuando Sam siente unos pasos acercarse a su cama. No tiene que preguntarse quién es, solo lo sabe. Piensa en darse vuelta para mirarlo, pero quiere ver qué es lo que el otro hombre hará, así que se queda quieto, sin hacer ruido.

Los pasos se acercan a la cama y luego siente el hundimiento en el colchón. Bucky se recuesta a su lado.

—Sé que no estás durmiendo.

Sam sonríe.

—Creí que estaba actuando bien —responde, dándose media vuelta en la cama.

Ambos quedan mirándose de frente. La oscuridad de la habitación no le deja distinguir del todo el rostro de su compañero, pero es capaz de ver el brillo de sus ojos y el movimiento de sus labios.

—Tu respiración es más pausada cuando duermes —murmura Bucky.

—Eso es espeluznante, hombre —bromea, dándole un suave empujón en el brazo.

Piensa que el otro le seguirá la broma, pero en cambio...

—Uh... ¿Has estado bien? —pregunta, sonando preocupado.

—Sí, Buck. —Frunce el ceño, confundido—. ¿Pasó algo?, ¿tú estás bien?

—Sí, yo solo, uh... —Se detiene un segundo, visiblemente acongojado—. Tuve un mal sueño. Es todo.

—¿Quieres hablar de eso? —pregunta, levantándose un poco. Se apoya en sus codos para poder mirarlo con más firmeza.

—Estabas ahí y... sentía que algo malo sucedería. Por eso vine aquí.

Quiere tocarlo.

Quiere sentirlo un poco más, hacerle saber con su piel que realmente nada malo ha sucedido. ¿Qué tan difícil es acercarse?, ¿por qué demonios de pronto se siente como un adolescente nervioso?

Se demora un poco en responder, pero lo mira con atención a los ojos y luego, de forma lenta pero segura, su mano busca la mano de su compañero, tocándola con calma para hacerle saber cómo se encuentra. Lo hace por solo unos cuantos segundos, con el corazón latiendo rápido, y vuelve a alejarse.

—Todo está bien, Buck —contesta, ahora de forma verbal—. Estoy bien.

Ve a Bucky asentir.

—Lo sé. —Suelta un suspiro—. Perdón por venir así.

—Tampoco podía dormir, así que esto es mejor.

Hay un segundo de silencio.

El corazón de Sam se sigue sintiendo agitado. Piensa que no se ha sentido así desde que estaba con Riley, cuando ellos apenas eran dos amigos e intentaba averiguar cómo relacionarse con él sin que su enamoramiento lo arruinara todo por completo. Ahora, las cosas avanzan de forma diferente, pero no deja de sentirse menos emocionante.

Hay tanto que hacer y demostrar. Pero algo dentro de él le dice que este aún es el momento, como si necesitara una señal.

Él espera. Mañana es el día correcto, no ahora que siente que podría quedarse dormido en cualquier momento.

—Ya es tarde, debería ir al sofá y-

—Hombre, solo quédate aquí — Sam le interrumpe—. La cama es lo suficiente grande para ambos.

Bucky no responde enseguida. En cambio, traga saliva y parece dudar.

—Solo si quieres —continúa, intentando que suene un poco menos imperativo—. Está bien si no te sientes cómodo.

—No, está bien. Me quedaré —responde—. Gracias.

Sam asiente, y se da media vuelta para intentar dormir, incluso cuando su pulso se encuentra acelerado.

Alfa al cuadrado | SamBuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora