Tipo: x Lectora ([Tn])
Narración: Tercera persona
Temática: Apuestas, RomanceApuesta
Misaki Yata—Vamos, [Tn]~chan. Has perdido; tienes que hacerlo. No te irás a echar atrás ahora, ¿no?
La joven intentó buscar alguna excusa, sin éxito. Mientras tanto, el de ojos azules aprovechó para guardar de nuevo las cartas en su funda con entusiasmo inusual en él.
—¿No puede ser otra cosa?— preguntó [Tn], aun sabiendo de antemano que no iba a cambiar de opinión. Nunca lo hacía.
Sabía con certeza que si había algo que le gustaba a Fushimi Saruhiko casi tanto como meterse en líos con Homra, era hacerle pasar vergüenza.
Cómo ya suponía, su compañero negó con la cabeza y sonrió con malicia. Estaba disfrutando cómo un niño pequeño al que le dejan comer helado de postre sin haberse terminado primero todas las verduras.
Nerviosa, [Tn] se mordió el labio. ¿Por qué nunca aprendía la lección?
Cada vez que apostaba contra Saruhiko pasaba exactamente esto. Sin importar a qué jugasen, él siempre ganaba y después se regodeaba en su victoria durante días..
¿En qué estaba pensando para suponer que hoy el resultado sería distinto?
«Creías que hoy podrías ganarle porque le dolía la cabeza», le recordó su voz interior.
Antes de empezar la partida, Fushimi se había quejado en voz alta de que estaba cansado. A continuación, se había pellizcado el puente de la nariz con dos dedos y cerrado los ojos con fuerza. Parecía un intento desesperado por aliviar un inminente dolor de cabeza.
Sin embargo, no había vuelto a mostrar ningún síntoma durante la partida.
Al darse cuenta de ello, la joven protestó:
—¡Has hecho trampas!— Estaba convencida de que todo había sido fingido.
—¿Trampas? ¿Yo?— respondió Fushimi, con falsa indignación. —No sé a qué te refieres— Aunque intentaba poner cara inocente, era incapaz de esconder la sonrisita de suficiencia que curvaba sus labios.
—Dijiste que te dolía la cabeza y te encontrabas mal...— acusó ella.
—Eso no es hacer trampas. Además, eras tú la que se quería aprovechar de que «no me encontrase bien»— se defendió él.
Sin argumento para contrarrestar esa acusación, [Tn] apretó los puños, impotente. No se le ocurría ningún argumento válido con el que defenderse.
Fushimi había vuelto a ganar.
—Algún día, Fushimi. Créeme. — Le señaló con un dedo amenazante. —Algún día, ganaré yo y vas a lamentarlo. Espero que para entonces te hayas mentalizado porque vas a pagarme todas las humillaciones de los últimos dos años.
Él se encogió de hombros, todavía con un brillo de diversión en sus ojos. No tenía miedo. Nunca apostaba a menos que estuviera seguro de que iba a ganar, y así se lo hizo saber a su acompañante.
—Lo dudo— afirmó. —Y quizá sea mejor que te mentalices tú primero. Tienes algo que hacer antes de que anochezca—urgió.
Su sonrisa ladina, parecía aumentar con cada palabra que pronunciaba. En cambio, la sonrisa de [Tn], era inexistente.
Molesta, la chica se llevó las manos a la cabeza y dejó que sus dedos se entrelazaran en su pelo.
¿Por qué demonios tuvo que unirse a Scepter 4, y hacerse amiga de este demonio de ojos azules?