愚蠢的| 𝒔𝒕𝒖𝒑𝒊𝒅

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Si bien llevaban juntas desde casi finales de su adolescencia, casi cuatro años de relación y conocían la mayoría de cosas de la otra, su novia, Sana, seguía siendo la misma tipa bruta y distraída cuando se trataba de sexo.

Sí, sexo.

S-E-X-O.

Y Jihyo AMA el sexo.

Y no malinterpreten, no era que Sana fuera mala y no pudiera satisfacerla, porque, caray, sí que sabía. El problema es que... se demoraba muchísimo en captar las señales que su novia le daba cuando estaba caliente y necesitaba de su atención.

—Hyo, cariño, amo estar contigo pero bájate un momento, el capítulo aún no termina y no puedo ponerle pausa. —Explicó la japonesa con sus audífonos puestos mientras tecleaba y movía el mouse con rapidez, con su mirada pegada a la gran pantalla. Jihyo se encontraba a horcajadas de ella, mientras apoyaba su cabeza en la clavícula de su novia. La nombrada soltó un suspiro mientras fruncia el ceño.

—Vamos, Sana, Jihyonie necesita atención. —Provocó la coreana mientras acariciaba el abdomen de su novia, metiendo su mano bajo su camiseta blanca. Sana gruñó levemente al sentir el toque de su novia sobre su piel, le gustaba que la tocara de aquella forma pero no cuando estaba muy concentrada en uno de sus animes favoritos.

—Bebé, en serio, aguanta un poco, ¿sí? Luego hacemos lo que quieras.

—Minatozaki Sana, ¿estás prefiriendo ver un anime antes que a tu novia? —Habló molesta la coreana mientras se cruzaba de brazos y miraba mal a la chica bajo su cuerpo. Sana supo que era el momento de su muerte si no hacía algo al respecto.

Diosito, ¿por qué me castigas así?, pensó la japonesa.

—Jihyo, mi amor, de verdad, te amo muchísimo y sabes que siempre serás la primera pero tenme piedad cuando te digo que este anime, este capítulo, lo estuve esperando por mucho tiempo, ¿sí? —Dio una mirada rápida a su novia y vio lo sería que estaba. Jihyo por otro lado si estaba indignada pero nada podía hacer, así que se levantó del regazo de la japonesa y se fue a recostar en la cama de su chica mientras revisaba su celular.

—Termínalo rápido.

—Gracias, mi vida. —Y así siguió viendo el anime.

Por horas.

Minatozaki Sana! ¡¿Cuándo vas a dejar eso de lado?! —Dios, estaba muertísima. Revisó la hora por la pantalla de su PC y quiso auto estrangularse al ver que habían pasado 6 horas desde que Jihyo le había insistido en estar con ella.

—E-Eh, mi amor, ya la a-apago, lo juro.

—No, ¿sabes qué? No esperaré ni un segundo más, ni un segundo menos, me voy. —Y estaba dispuesta a ir pero una mano la detuvo.

—¡Jih! Perdóname, no te vayas así. —Suplicó la menor mientras hacía un puchero y hasta casi se arrodillaba. Jihyo la miró seriamente aunque por dentro tenía un debate mental de si perdonarla o hacerla sufrir un poquito. Hasta que se le vino una idea a la cabeza.

—Hace unas horas dijiste que harías lo que yo quisiera, ¿no?

—Sí, lo dije, y estoy dispuesta. —Sonrió al escuchar eso.

—¿A todo? —Esta vez preguntó con un tono coqueto mientras rodeaba el cuello de su novia. Esta estaba aún un poco triste y preocupada al nivel de siquiera captar el leve coqueteo de su mayor.

—A todo, princesa, absolutamente todo. —Hizo un puchero.

—Entonces, Minatozaki, mételo todo hoy. —Miró directamente a su novia a los ojos, mordiéndose el labio inferior levemente para provocar a la japonesa, pero esta estaba confundida.

—Eh, ¿meter qué en dónde, Jih? —Preguntó con una de sus cejas alzadas mientras acomodaba sus manos a los costados de la coreana. Esta rió levemente mientras acercaba su rostro más al de la contraria.

—Aquella exquisitez que traes, largo, ancho y me vuelve loquísima cuando está dentro mío, hasta hacerme gritar. —Habló casi en susurros comenzando a esparcir besos húmedos por el rostro de la pelinegra, quién aún pensaba y analizaba las palabras de su novia.

—Jih, bebé, habla claro, ¿qué traigo? —Jihyo quiso simplemente cachetear a su novia cuando volvió a preguntarle de qué hablaba, así que alejó su rostro del ajeno mientras la miraba con el ceño fruncido.

—No jodas, Sana, estás todo el día viendo tus monas tetonas 2D, viendo hentai y ¿no sabes de qué carajos hablo? —Y cuándo vio el rostro confundido de su novia mientras seguramente procesaba y analizaba sus palabras en su cabeza, decidió simplemente agarrar su cosas y salir de la habitación con una cara que claramente demostraba lo molesta que estaba.

Sana, en cambio, seguía ahí, parada, pensando en sus palabras.

Largo, ancho, que la volvía loquísima estando dentro suyo hasta incluso hacerla gritar, ¿qué carajo?

Lo segundos pasaban.

Pasaban.

Pero, ¿qué podía s-?

¡Ya lo tenía!

¡Era su pene!

—Oh ya- ¡Jih, mi amor, espera! ¡Ya sé de qué hablas! —Salió corriendo de su habitación para seguir o mejor dicho buscar nuevamente a su novia.

Agradezcámosle a los Dioses, Diosas, Budas, lo que mierda sea que exista ahí arriba porque a pesar de lo despistada que es Sana, Jihyo la sigue amando con locura. 

𝘴𝘵𝘧𝘶 𝘢𝘯𝘥 𝘭𝘦𝘵'𝘴 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘧𝘷𝘤𝘬 Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora