𝘴𝘵𝘧𝘶 𝘢𝘯𝘥 𝘭𝘦𝘵'𝘴 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘧𝘷𝘤𝘬 Ꞝ Sahyo

去你的| 𝒇𝒖𝒄𝒌 𝒚𝒐𝒖, 𝒃𝒂𝒆

"Quiero tocarte, Sana, por favor, haz tu trabajo."

Wow, esas palabras la encendieron por completo.
Así que simplemente hizo lo que su novia pidió.

Rápidamente juntó sus labios con los contrarios y la tomó de sus caderas, guiándola hasta el sofá, dejando caer el cuerpo de su coreana sobre este y ella encima. 

Sus manos subían y bajaban por debajo de la blusa de su novia, y decidió que ya era momento de quitársela. Lo bueno de aquella blusa es que tenía botones, eso le facilitaba el trabajo por completo. En el trayecto, Jihyo simplemente intentaba desabrochar el pantalón de la japonesa y poder por fin obtener aquel regalo que el creador del mundo le dio a su novia.

Podía sentirlo, erecto, duro, listo para entrar en ella. No había deseado nunca tanto ser follada por su novia como en este preciso momento. No se había siquiera dado cuenta de que ya estaba literalmente desnuda. Sin su blusa, su sostén literalmente todo desordenado, su pantalón desabrochado y bajado junto a sus bragas.

—Extrañaba verte así, Hyo. —Habló Sana con una voz dulce pero jodidamente seductora. Jihyo creía que podía simplemente correrse con la voz de su chica. La japonesa cumplió el deseo ajeno y por fin bajó sus pantalones con su bóxer, dejando libre su erecto miembro. La respiración de la coreana se cortó por completo. Acumuló demasiado aire que al momento de soltarlo, un gemido se escapó de su mordidos y rojos labios, que quedaron así por la desesperación del beso que Sana le había dado anteriormente.

Joder, tenía calor.

—Sana, mételo ya.

—Bebé, también quiero pero los condones. —Jihyo bufó y agarró a Sana de los bordes de su camiseta blanca, atrayéndola a ella.

—Mételo de una jodida vez y te controlas cuando te corras, hazlo ya. —La menor rió ante la desesperación de su novia, excitándola a la vez y dejó un pequeño beso en la punta de su nariz.

—Como mi bella dama me pida. —Agarró toda su erección y la acomodó en la ya lista entrada de su novia, estaba lista para hacerlo.

Pero una buena fiesta, siempre tiene un aguafiestas de por medio.

El timbre sonó y Jihyo quiso simplemente tomar un viaje hasta Paris y tirarse desde la punta de la Torre Eiffel. Sana suspiró y se bajó de encima de su novia, sin entender por qué las habían interrumpido otra vez. La coreana de mala gana se arregló lo que podía y le pidió a la chica menor lo mismo.

—Deben de estar putamente jodiendo, sea quien sea, le voy a cortar la maldita cabeza. —Al abrir la puerta, amenazó con su mirada a quién se había atrevido de interrumpir su momento más preciado con su novia.

—Hola Ji- ¿interrumpo algo? —Preguntó Joohyun mientras la miraba dudosa sin siquiera darse cuenta de las pintas que su mejor amiga llevaba.

—Qué dices, claro que no, date cuenta, ¿Qué ocurre? —Joohyun había captado el sarcasmo en sus palabras pero no había entendido el porqué, hasta que vio a Sana asomarse y la ropa desarreglada de ambas. Ahora sabía lo mucho que la había cagado. Interrumpió el momento que su mejor amiga tanto había deseado y del cual tanto se había quejado.

—Oh, lo siento. —Tragó y volvió a hablar. —Te mandé un mensaje diciendo que vendría porque debía hablar contigo de algo. —Jihyo la miró confundida.

—No vi ningún mensaje, pero ¿de qué quieres hablar? —Joohyun volvió a tragar nerviosa.

—Bueno, Seulgi me lo pidió en realidad, es que...

—Habla, Bae, o juro que te corto las tetas con las que Seulgi tanto ama fantasear y tocar como dos pelotas anti-estrés. —Amenazó mirándola aún más furiosa que antes. Sana desde lejos sintió algo de lástima. Jihyo era una bestia tanto en la cama como cuándo estaba enojada. Daba miedo.

—B-Bien, es que Seulgi me pidió que hablara contigo sobre Daniel, luego del rechazo. —Cerró sus ojos. —É-Él quedó muy mal y Seulgi dice que quiere que h-hables de nuevo con él o le d-des al menos u-una cita. —Sana que había ido a buscar agua para calmarse un poco, escupió todo ante las palabras de Joohyun, mientras Jihyo quería estrangular a su amiga.

—¡VETE A LA MIERDA, BAE, POR ESA JODIDA ESTUPIDEZ ME INTERRUMPES! —Y Joohyun simplemente salió corriendo antes de que su amiga literalmente le cortara todas su extremidades.

Jihyo, con un tic en su ojo, cerró la puerta con toda la fuerza que había acumulado desde que interrumpieron su momento con Sana. La última nombrada, se acercó con su camiseta mojada hasta su novia y por un momento sintió temor.

—Jih-h...

—Ni una palabra, Minatozaki. —Estaba furiosa, tanto que hasta la vena de su cuello parecía que iba a explotar en cualquier momento. —Ni una sola jodida palabra. —La japonesa sólo vio como su chica se alejaba, yendo a su habitación.

Soltó un suspiro y supo que debía ir a hablar con ella.