𝘴𝘵𝘧𝘶 𝘢𝘯𝘥 𝘭𝘦𝘵'𝘴 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘧𝘷𝘤𝘬 Ꞝ Sahyo

我想摸你| 𝒊 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉 𝒚𝒐𝒖, 𝑺𝒂𝒏𝒂

Estaba en clases cuando un mensaje iluminó la pantalla de su celular.

Jih<3: hoy, en mi apartamento a las 6pm, quiero verte puntual, Minatozaki Sana, o juro que te la corto.

Dios, que agresiva.

Oh oh.

Red flag.

Sana pensó de manera nerviosa en qué responderle y ya satisfecha con el resultado final, lo envió.

Tú: claro, amor<3

El problema es que no tenía idea del porqué la agresividad de su novia y por qué la estaba citando en su apartamento. Pensó por un momento si hizo algo mal en el día, o si olvidó algo, alguna fecha. Estaba cagadísima del miedo.

Normalmente, el lado agresivo de su novia salía a la luz cuando olvidaba algo o si la cagaba, así que sí, estaba recontra cagadísima del miedo pensando duramente en qué hizo.

Sentía el sudor bajar por su frente y sus manitas temblar, y cómo el chiquitín se le encogía por los escalofríos.

Espero que no haya visto mi historial de Mikasa, por favor,  unDiosito, ten piedad, pensó.

—Algo pasa con Jihyo. —Alarmó Sana nuevamente apenas llegó a dónde estaban sus amigas. Las tres chicas la miraron.

—Sí, Sana, lo sabemos, lo dijiste. —Habló Sana quitando su vista de la japonesa menor para quitar la pequeña migaja de pan que se había quedado en la comisura del labio de su novia, la cuál sonrió mientras seguía masticando su alimento.

—Y te dije que es por falta de sexo. —Repitió Momo. Minatozaki tragó y negó.

—No, me mandó un mensaje y fue muy... agresiva, dijo que me la iba a cortar si no iba a su departamento hoy. —Las tres chicas hicieron una mueca entendiendo el nerviosismo de su amiga. Todas sabían lo que significaba una Jihyo agresiva. Susto, terror, pesadilla. Eso era.

—B-Bueno, sólo ve y descubre que onda con ella, no seas cobarde. —Alentó la taiwanesa y comió el último trozo de pan que tenía, Sana chilló por lo "adorable" que se veía comiendo.

—Muy gay de tu parte, Sana-chan. —Molestó la nipona de Kyoto. La nombrada frunció su ceño y saco la lengua. Sana rodó los ojos y prosiguió a hablar.

—Es que, intento pensar que hice mal desde la última vez que la vi que fue exactamente... en la colación, dos horas atrás.

—Tranquila Sanita, ya verás que cagada te mandaste esta vez. —Momo dijo mientras palmeaba su hombro, sintiendo un poco de lástima por su querida camarada de verga larga.

Estaba muertísima.

Faltaban 5 minutos para las 6 pm. Había pasado a comprar unas flores en caso de que tuviera que pedir perdón. Unos tulipanes color amarillo, los favoritos de su novia. Aún sentía sus manos sudar y cómo el plástico que protegía las flores se le resbalaba, poniéndola aún más nerviosa.

—Si te he fallado, te pido perdón de la única forma qué sé... ay, así no, no seas imbécil. —En todo el camino a el departamento de Jihyo, se la pasó pensando en las palabras perfectas para pedirle aquel supuesto perdón de algo que siquiera sabía que había hecho. Miles y miles de frases llegaban y bombardeaban su mente, dejándola totalmente indecisa de lo que podía decirle cuando la tuviera de frente.

Tanta era su distracción que no se había dado cuenta que ya estaba frente a la puerta del departamento de su chica. Tragó e intentó relajarse por última vez para simplemente tocar el timbre.

Actúa normal.

Escuchó unos pasos del otro lado y cerró los ojos cuando la puerta fue abierta.

—Jih, yo- —Pero su cuerpo fue agresivamente arrastrado al interior del departamento y sintió como chocaba contra una pared. Confundida, abrió los ojos y aumentó su confusión aún más cuando sintió unos labios succionando su cuello y unas manos traviesas adentrarse a su camisa y pantalón. —J-Jih, bebé, ¿qué ocu-?

—Quiero tocarte, Sana, por favor, haz tu trabajo.

Oh.⠀⠀