𝟭𝟰

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- Ah... ah... oh si~

Jeongin apoyó su cabeza contra la pared cuando Hyunjin tomó su miembro en la boca, subiendo una de sus piernas a su hombro mientras dos dedos estaban penetrándolo.

- No aguanto... Hyunjin~ por favor - gimió Jeongin llevando sus dedos a los cabellos negros.

En el restaurante se les había hecho demasiado incómodo hacerlo, así que Hyunjin lo llevó a un departamento en la zona céntrica de Seúl. En cuanto llegaron, Hyunjin lo volvió a desnudar y lo dejó contra la pared.

- Por favor~ - gimoteó.

Hyunjin rio y chupó antes de soltarlo.

- Nene, eres débil... - su voz salió ronca y eso ponía a Jeongin de las formas menos inesperadas.

- ¿Débil? Hace una hora que me tienes... Ah~ - el masajista se deshizo cuando Hyunjin dobló sus dedos, tocando su punto.

- Una hora no es nada, voy al gimnasio y no pesas tanto.

- ¿A qué te...? - y Jeongin cerró los ojos cuando Hyunjin colocó la otra pierna sobre sus hombros y (sin despegarlo de la pared) lo subió... Hyunjin literalmente lo levantó sobre sus hombros - ¡Joder! - gimió cuando Hyunjin lo tomó entero.

Garganta profunda...

Los ruidos húmedos y chiclosos debido al semen, la saliva volvía loco los sentidos completos de ambos antes de que Jeongin se dejara ir completamente.

El orgasmo que estaba siendo sostenido durante una hora, salió de su cuerpo.

Hyunjin se deleitó con la semilla líquida de Jeongin. Lo bebió todo como si fuera un puto manjar, aunque, extrañamente, para Hyunjin el semen de Jeongin era un manjar.

- Dios... Dios... - susurró Jeongin como si estuviera ido.

Cuando Hyunjin lo bajó, las piernas del masajista cedieron y el arquitecto lo sostuvo.

 - Vamos a la cama, tengo muchas ideas, aunque... no mentía cuando dije que venía el paquete completo - susurró.

El arquitecto lo llevó a la cama y comenzó a acariciarlo. Hyunjin estaba duró, dolía como la mierda, pero antes estaba su amante... el placer de su amante.

Jeongin sonrió suave cuando lo sintió acariciar su cuerpo, besando, haciendo formas sobre su piel, adorándolo.

- Puedo acostumbrarme a esto... - murmuró Jeongin y Hyunjin besó corto y repetido en sus labios.

- Ese es el punto mi amor - susurró Hyunjin - quiero que te acostumbres a mis caricias, a mis besos, a mi forma de amarte.

- Chan no es así - murmuró Jeongin - es... más piel y menos sentimientos, a veces es difícil, desde el cambio, es difícil poder sentirme bien.

- ¿Y yo?

- Me haces volar Hyunjin... pero quiero que sea mi turno, ahora estoy recuperado.

Hyunjin dio una sonrisa ladina antes de llevar una de sus manos hacia su miembro para comenzar a masturbarlo, poniéndolo duro.

- ¿Me darás esto a mí? - jadeó Hyunjin, llevando la otra mano para acariciar y masajear sus testículos.

- Solo a ti... acomódate en la cama para mí - susurró Jeongin, suspirando ante las ágiles manos del arquitecto.

Hyunjin dejó un beso en la punta de la nueva erección del masajista antes de acomodarse al lado de él, poniéndose en cuatro, dejando su trasero levantado.

- Vamos, estoy ansioso Jeongin.

El masajista sonrió y le tomó el rostro para besarlo. Las lenguas se acariciaban entre ellas, profundizando sus besos, jadeando.

- Hora de devolverte el favor - susurró Jeongin.

El mismo se levantó en la cama y se acomodó de rodillas entre las piernas de Hyunjin, lamió sus dedos hasta dejarlos húmedos antes de meterlos.

- Mmh... - jadeó Hyunjin entre incomodidad y placer.

Jeongin comenzó a mover sus dedos, entrando y saliendo, girando, tijeras...

- Oh mierda~ - gimió Hyunjin, curvando sus dedos al momento de sentirlo adentro.

Jeongin lo llenó antes de tiempo y comenzó a mover sus caderas.

- Oh... Jeongin~ - Hyunjin cerró sus ojos y mordió la almohada - mmh... mmh...

- Oh Hyunjin~ estás tan apretado - gimoteó Jeongin bajando su boca para besar la espalda ancha de Hyunjin.

Las embestidas comenzaron a ser más seguidas, más duras, más certeras. La cama fue golpeada un par de veces contra la pared.

- Jeongin~ - Hyunjin cerró los ojos y se mordió los labios al sentir la mano de Jeongin masturbándolo.

- Hyunjin... dame lo que quiero.

Jeongin tocó su punto y los ojos de Hyunjin se aguaron contra la almohada.

Y, cuando se corrió, ambos terminaron agitados contra el colchón.

- Esto es increíble - susurró Hyunjin.

- Aún quedan muchos días - respondió Jeongin.

¿𝖥𝖤𝖫𝖨𝖹𝖬𝖤𝖭𝖳𝖤 𝗖𝗔𝗦𝗔𝗗𝗢𝗦? ⊹ HYUNINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora