Eras mi ancla. Aquella flecha que cupido lanzó hacia mi rescate.
Eras esa tabla en la cual me apoyaba cuando el barco estaba a punto de ahogarse. Eras mi pilar, mi sol y mi respirar.
Eras todo, mi todo. Tu sonrisa iluminaba la niebla de mi mente. Me hacías sentir diferente. Me sentía bien contigo, victoriosa de haberte conocido.
Pensaba que ser yo misma para ti era suficiente, que equivocada estaba ahora que lo pienso desde el presente.
Te llamé miles de veces. Bromeé en cada momento, pues tu risa aún se siguen escuchando como trofeos. Te perdoné tres veces, pues me era imposible alejarte. Te amé una vez, pues todo lo di, para que ese fuese nuestro para siempre.
-Maite
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Aprendiendo a olvidarte
PoesiaTe amé más que a mi misma. Lloré por las dos. Cambié por ti. ¿Qué hiciste tú? ¿Me quisiste de la forma en la que yo lo sigo haciendo? Supongo que eso seguirá paseando entre mis pensamientos, pues decidiste rendirte por ambas. Y aún así, lo más herm...