Riley
Crees haber superado ciertas cosas hasta que algo te hace reaccionar y te das cuenta de que no has avanzado nada. Sino que sigues atascado en el mismo lugar. Así es como me he sentido desde que desperté.
En la madrugada soñé con mi padre. El sueño se sintió tan real que llegué a creer que lo era, pero cuando abrí los ojos y me di cuenta de que solo fue un sueño, me sentí devastada otra vez.
Realmente pensaba que estaba adaptándome a su ausencia, pero ahora entendí que se necesita tiempo para sanar las heridas y hay algunas que llevan mucho más tiempo que otras. Como la muerte de mi padre. Y por más que quiera no puedo ir con él o traerlo de regreso así que todo lo que me queda es continuar. Mirar al frente y seguir.
Eso no significa que tratare de olvidar a papá o dejare de pensar en él. Al contrario, ver sus cosas, leer sus libros favoritos y escuchar a sus artistas preferidos son pequeñas cosas que me hacen sentir más cerca suyo y de alguna forma me ayudan a mejorar. Es por eso que no dudo en ir hasta la habitación de mis padres y buscar entre los cajones la cámara analógica de papá.
—¡Riley! —me llama mi madre desde el comedor—. ¡El desayuno está listo!
Guardo la cámara en mi mochila y luego salgo de mi habitación. Apenas pongo un pie en el comedor veo a mamá tomándose un café mientras ve las noticias.
—Buen día, mamá —la saludo dándole un beso en la mejilla—. Creí que entrabas más temprano hoy —le digo, confundida. Ella siempre sale muy temprano de casa y vuelve tarde e incluso algunas veces no regresa. Su trabajo como enfermera le quita demasiado tiempo.
—Necesitaba dormir unas horas más. Hay días en los que hacer la misma rutina siempre, te cansa —me explica—. Al igual que tú, que a veces te quejas de ir a la escuela. Son cosas que debemos hacer, pero también tenemos que permitirnos el tomar una pausa.
—Lo sé —murmuro—. A veces todo se siente demasiado.
—Linda, ¿has estado yendo a tus citas con Susan? —pregunta con temor a mi respuesta—. Ella te estaba ayudando mucho.
—No fui la última semana —confieso, avergonzada—. Creí que ya todo estaba bien y que no necesitaba ir más a terapia, pero por momentos vuelvo a sentirme triste y no tengo ganas de hacer nada, mamá. No es porqué yo no quiera, sino que no puedo —le explico—. Y me frustra, porqué antes me encantaba salir con mis amigos o ir a caminar sola. Pero ahora me cuesta un poco más.
—Oh, cariño, no te preocupes —se levanta de su asiento para abrazarme—. Debemos ir poco a poco. Créeme que tu padre me hace mucha falta y yo muchas veces también quiero dejarlo todo y quedarme en casa a solo llorar, pero luego pienso en ti y sé que no puedo hacerte eso. Tu me necesitas y yo a ti, así que por eso debemos ser fuertes.
—Sé que nunca te digo lo mucho que agradezco todo lo que haces por mí, pero quiero que sepas que en verdad lo valoro —le aseguro tomando su mano.
Después del desayuno mamá se fue al trabajo y yo comencé a buscar mis cosas de la escuela. Ayer me quede dormida haciendo mi tarea y ahora todos mis útiles están regados por toda la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Lo que esconde su silencio #1 [✓]
RomanceRiley y Sam son dos personas completamente diferentes. Sus caminos se cruzan en un momento inesperado. Hay un secreto que los une. Un secreto que finalmente podría alejarlos aún más cuando se descubra. ¿Que esconde su silencio?