Intento calmar el corazón que late queriendo salir bruscamente de mi pecho mientras siento el ardor en las yemas de los dedos por presionar con fuerza mi playera hasta recuperar los sentidos.
Junpei: No deja de ser doloroso... tú dolor me trae aquí cada cierto tiempo.
Me visto y bajo a la mesa encontrando un desayuno delicioso y la sonrisa de mi madre iluminando mi vida, si de algo estoy agradecido de vivir una y otra vez mi tragedia, es de verla con vida...de nuevo.
Desayuno en tranquilidad mirando la hora, seis cincuenta de la mañana.
Junpei: Madre, saldré a caminar un poco, necesito aire. -dije acomodando mi cabello.
Nagi: Bien, disfruta tu salida, cuando vuelvas ya estaré en el trabajo, así que me despido. -se acerca y me planta un beso en la frente.
Salgo a la calle, está desolada, no hay nadie rondando el lugar, a excepción de un alma libre y aferrada a mí con uñas y dientes.
Sonrío bajo mientras me dirijo a su casa, se que espera de mi presencia, derramando lágrimas y ruegos dispersos...pero para mí sorpresa, me impacté con ella, caímos al suelo sin más, como la primera vez que la conocí, hoy, después de 8 encuentros, es ella sin mí.
Cubrí el dolor punzante tan familiar en mi pómulo, pero su rostro en pánico me acobarda el corazón y sin pensarlo tiro de su mano hacia mí, buscando el causante de su dolor.
Un vidrio pequeño se encaja con fuerza y lo desprendo con cuidado.
Junpei: ¿Estás bien?. -coloqué la mano hacia su frente en un impulso imprudente, incluso sorprendiéndome a mi mismo.
Las comisuras de sus labios tienen chocolate, quiero reír ante su imagen, pero la sensación de que no me recuerda me rebaza, me preocupa.
Salió corriendo mientras se disculpa.
Quedé plantado en la acera, con el corazón haciendo vuelcos en mi pecho.
Suspiré ante el recuerdo de su tacto, no puedo creer la cantidad de problemas que le he causado.
He decidido dejarla en libertad, no recuerda nada, aún no causo estragos en ella y sus ojos brillan con naturalidad, no llora desahuciada por mí y es capas de hacer su vida con...con quién ella quiera.
Me dirijo al parque, hay un amigo que me consigue reseñas de buenas películas, pero hemos tenido conflictos y enfrentamientos con los bravucones de mi instituto, a pesar de haber suspendido mis estudios por agresiones y amenazas, me persiguen a todas partes, los detesto.
Nos reunimos bajo un árbol adentrados en el parque del lugar, él se asegura de que nadie nos siga u observe.
Compartimos algunos títulos y nos divertimos con conversaciones absurdas, si fuera un tipo valiente podría defenderlo y ser buenos amigos, pero somos dos cachorros asustados a los que sucumben con facilidad.
Las horas se esfuman cuando hago lo que disfruto, así que irremediablemente, ambos nos despedimos.
Esperé a que desapareciera de mi campo de visión, asegurándome que nadie lo vigila.
Miré en dirección a la acera dónde miré a tn está mañana.
Sonreí inconscientemente y lleve mis dedos a la frente. Indago desesperado mi mejor opción. Buscarla no soluciona nada, solo le causo problemas.
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La última vida
Romance¿Cuántas vidas estarías dispuesta a sacrificar por el amor de tú vida?