🥀 𓄼 Flower's • Regular show GB Au

🥀 𓄼 1O❗

— T-tú dijiste que mi destino sería gentil... Q-que conseguiría al amor de mi vida finalmente — Sollozo Mordeline.

Fantasmina, solo le observo neutral, pero aún así no dudo en responderle.

— Sí... Lo dije... Pero... Tú nisiquiera me dejaste terminar. — respondió en seco, acto seguido de ponerse frente a ella y acariciar su mejilla a modo de consuelo.

Las lágrimas caían, mojando cada centímetro de su rostro y empapando su ropa en el proceso. Ella podría decirse ser fuerte, pero no estaba ni cerca de serlo, pues era un hecho que ella aún amaba a AJ. Las dudas acerca de lo que sentía, pudieron estar ahí, pero estaba consciente que el chico nube era a quien realmente amaba... Y se había dado cuenta demasiado tarde.... Pues él, ya no la amaba a ella... Y posiblemente jamás la volvería a amar, pues su corazón le pertenecía a alguien más.

Miles de recuerdos venían a su mente en ese momento, dándole tormento mientras las lágrimas caían. Ella no estaba dispuesta a soltarlo... Pero sabía que debía, pues de lo contrario no podría avanzar más.

— Mordeline...  — suspiro y luego se quejó. — Tu destino aún sigue siendo gentil... Simplemente aún no es el tiempo correcto para que conozcas al indicado... — explicó, luego de ello le abrazo fuertemente. — El amor de tu vida llegará pronto... Solo ten paciencia y no dejes que esto te vuelva a hacer creer que el amor es real... Y mucho menos te deprimas por 'babosadas' como la última vez. — Esto último lo dijo un tanto molesta y dejando sacar un pequeño acento norteño. — Si necesitas hablar... Solo dime...

No recibió respuesta por parte de la arrendeja azul, quién solo se dedicaba a sollozar en silencio mientras cubría su rostro, era un echo que no podía ni hablar en ese momento, pues cada palabra que intentaba sacar, era ahogada por sus lágrimas.

Fantasmina, no tuvo de otra y tras ser llamada por su mejor amiga, desapareció en un simple movimiento de dedos.

Estaba sola ahora y nadie más podía secar sus lágrimas. Rikki aún no regresaba y no sabía cuándo lo haría... En momentos como esos era cuando más necesitaba a de su mejor amiga.

Teresa, por su lado, solo le observaba un tanto débil, pues hace poco había vuelto a vomitar aquellos pétalos carmesí; era un hecho que su estado había empeorado. Pero eso no le importaba ahora. Le había dado cierta pena el estado de la azuleja, y estaba pensando seriamente si darle su consuelo o no.

Ella, había observado todo... Ella había visto el como su cuento de hadas, se había transformado en una historia de terror.

— Ni se te ocurra Teresa...

Estuvo a punto de dirigirse a ella; pero fue detenida por Mitchelle al tomarla de su muñeca. Teresa, le observó confundida e intentó zafarse de su agarre, pero no pudo, pues la sujetaba con fuerza.

— Déjala... ¡Que chille!, Eso le pasa por andar de tóxica con él... Así que ni se te ocurra acercarte Teresa. — dicho esto la soltó.

Teresa hizo caso omiso a sus palabras, pues ella no pensaba igual. Y a pesar de que le tenía miedo... Se acercó y se dispuso a secar sus lágrimas. Mordeline, aún no se percataba de su presencia, a pesar de que se encontraba muy cerca de su persona. Escucha su sollozo. Ella lo comprendía, pues ya había pasado por lo mismo... Y había sido por el mismo chico... Ambas sufrían por él. Al final, ninguna se había quedado con él.

No paso mucho, para que la azuleja de ojos zafiro se diera cuenta de la presencia que estaba a su lado. Se sorprendió un poco y solo le miraba entre lágrimas. No sabía que decirle y mucho menos sabía en que momento se sentó junto a ella. Intentó calmarse. Pero simplemente no pudo y en cambio se lanzó a ella y le abrazo de la cintura. La cabra, le miró con sorpresa, pero aún así no dudo en corresponder y darle pequeñas caricias sobre su cabello azul.

Hubo silencio entre ellas, pero ninguna llegaba a sentirse incómoda, era como si siguieran siendo amigas... A pesar que ni estaban cerca de volver a serlo.

— Sé lo que sientes... Yo ya pase por lo mismo, Mordeline — habló finalmente, colocando las manos en sus mejillas y haciendo que alzará su mirada hacía ella. — ... No te aferres más a un amor que no te corresponde... Hazlo ahora... Antes... Antes de que sea demasiado tarde...

Un largo suspiro salió de sus labios. Teresa no deseaba que Mordeline terminará padeciendo de la misma enfermedad... Que ella ahora estaba padeciendo.

— ¿Por qué? — fue lo único que logró salir. La cabra solo le sonrió dulcemente.

— No importa lo que me hiciste... Eso no me importa... Quizás te tenga miedo... Pero yo ya lo olvidé... Y no te guardó rencor. — su sonrisa seguía ahí. Un pequeño brillo se formó en sus resplandecientes ojos azules.

La arrendeja se quedó callada, pero luego volvió a hablar.

— ... Perdóname... — sollozo una vez mas, bajando su mirada un tanto avergonzada. — Perdóname si yo... Me tomé mal las cosas y no te dejé hablar... Pero ahora estoy dispuesta a oírte... Por mucho tiempo; yo me estuve sintiendo insegura... Pues yo amo a AJ... Y creí que él quería cambiarme por ti... Teresa... No te odio... Simplemente... Me dejé llevar y te terminé lastimando... Sé que tú también lo amabas... Pues él lo sabe... Y me lo dijo.

Aquel comentario, sin dudas la había sorprendido. Pero aún así, no dijo nada y sólo siguió escuchando.

— ... A pesar de que te gustaba... Preferirste que yo estuviera con él... Que yo tomará el lugar que quizás tú tenías que tomar... Hasta me aconsejaste que le correspondiera, cuándo tú claramente lo amabas... Quizás... Yo nunca debí corresponderle.

— ...No digas eso... Sí... Él me gustaba desde mucho antes que fueran novios... Y de echo... Decidí confesarme, por eso mismo esa carta... — confesó. — Pero... Nunca se la di y en cambio: Terminé arrojandola a la basura, pues él me dijo que tú le gustabas y yo decidí ayudarlo... A pesar de que me doliera... Lloré muchas veces por él, pero aún así estaba feliz de su fortuna...

— Ahora ambas sufrimos por él... Quizás ninguna sea su alma gemela después del todo... — continuó. — No creo que sea el momento preciso... Pero si quieres... Deberíamos volver a ser amigas y hacer como si nada hubiese pasado.

Mordeline sonrió entre lágrimas. Teresa le brindó una sonrisa honesta.

— acepto... Me alegra que todo se resolviera...