1.:Jimin:.

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Desde que la señora Park supo que estaba embarazada supo que su bebe seria su mas grande tesoro, aunque sentía algo de miedo ya que su marido parecía no muy convencido con la idea pero al ver la felicidad de su amada esposa no puedo evitar contagiarse de ella, los 9 meses pasaron rápido, el día 13 de diciembre quedó marcado en el corazón de aquella familia, ese seria el dia de park Jimin.

Su infancia fue normal, creció rodeado de amor en una familia estable, si bien no gozaban de muchas riquezas jamás faltó el pan en la mesa, también tenía abuelos que lo adoraban ya que siempre habían anhelado un nieto.

— Eres el niño mas hermoso del planeta mi pequeño — decía con orgullo su abuela materna.

Siempre fue un niño amoroso, él no veía maldad en las personas no, ayudaba a todos sin pensar en su seguridad a pesar de ser pequeño ofrecía su ayuda a sus vecinos que por verlo sonreír aceptaban, querido por todo aquel que lo conociera, dulce y gentil.

-Cómo te fue en la guardería hoy bebe? - su madre amaba verlo para ella era el niño mas bello del mundo y vaya que lo era, cabello rubio muy fino y sedoso, sus ojos azules siempre llaman la atención más con esas pestañas largas heredadas de su abuela paterna, su piel blanca con ligeras pecas adornando sus pómulos le daban un aire inocente, sus labios gruesos y rojos cual carmín, también herencia de sus abuelas, rasgos poco comunes por lo mismo más llamativo.

 -¿Dónde está el niño de papá!? -

-Qui!! - decía entre risas, mostrando una tierna eye smile, sus ojos se perdían en su gran sonrisa, dejando solo unas medias lunas.

El pequeño 2 años aún no habla con fluidez pero en sus balbuceos le deja en claro a su madre que todo estuvo bien, para finalizar con un beso baboso, mismo que provocó la risa de su madre.

Si, sus primeros años fueron felices, eso nadie podía negarlo, pero todo cambió al cumplir los 6 años, ese día en aquel parque donde suponía tendría la fiesta más mágica de su vida ya que sus padres habían ahorrado mucho para organizarle aquella festividad, rodeada de naturaleza, lleno de juegos y comida rica y aquel regalo que él tanto quería.

— ¡No te alejes mucho hijo! — gritó su madre al verlo correr feliz entre los juegos y la gente, con su rubio cabello ondeando con el viento, cada tres segundos volteaba la vista buscando a su pequeño niño, su bello cisne.

— Déjalo que disfrute mujer, es su día — su padre siempre defendió las travesuras de su pequeño, lo cuidaba como su más grande tesoro, lo miró por última vez antes de colgar la piñata con forma de dragón misma que su hijo le pidió ya que amaba a esas antiguas criaturas.

Todo estaba saliendo bien, pero ese simple descuido bastó para que aquel hombre de ropas elegantes, mirada curiosa y una falsa sonrisa se acercara al pequeño que buscando aquel avión de papel que sin darse cuenta  se alejó un poco del grupo, el viento lo había llevado más lejos y él en su inocencia lo siguió. 

— Muchas felicidades amigo — dijo el hombre con un todo divertido en su voz, asustando un poco al pequeño de mirada azul — ¿lo estás pasando bien? - Jimin lo veía con curiosidad - tus... tus papis me han pedido que te de tu regalo, ¿quieres saber qué es? —mojo sus labios en señal de nerviosismo, si el niño gritaba tendría que correr rápido para no ser atrapado, miró al grupo de personas que se movían de un lado a otro y después posó su vista en el bello niño frente a él- te lo digo o mejor me acompañas a buscarlo? - le tendió la mano y Jimin lo miró confuso y si bien su intención fue no decir nada alejarse de aquel extraño para ir donde su donde su madre las palabras de aquel hombre lo detuvieron — Siempre quisiste un cachorro, ¿no es así?-

El pequeño siempre había querido uno, le dio una sonrisa al hombre y ahí supo que había ganado su confianza, ya que el pequeño pensó que sus padres al fin había accedido a darle uno. Así que sin más tomó la mano de aquel hombre sin siquiera pensar, sin medir algún peligro, pero cuando llegaron donde el hombre decía tener al animal solo descubrió oscuridad, ni tiempo tuvo de gritar, en segundos su libertad fue arrebatada cuando aquella mano cubrió su boca y nariz con el aquel paño que olía raro, poco a poco su vista se nublo y dejó de ser consciente de lo que lo rodeaba.

— Querida, ¿dónde está el niño? — gritó su padre al perderlo de vista.

— ¡Estaba jugando junto a la fuente de chocolate! — le respondió con un poco de preocupación en su voz, su hijo no era de estar mucho tiempo alejado de ellos.

— ¡No lo veo! — y en cuestión de segundos todos en el lugar gritaban el nombre del pequeño pero por más fuerte que lo hicieran este jamás respondió.

Porque aquel fue el último día que aquellos amorosos padres y abuelos vieron a Park Jimin, por más que buscaron gritaron y lloraron no había rastro de él , nadie notó cuando el pequeño se apartó y menos cuando aquel hombre lo subió en su auto.

Para cuando la policía comenzó con los protocolos de búsqueda el niño ya estaba en un avión rumbo a otro país, lloraba en silencio ya que le habían advertido que si hacía escándalo matarían a toda su familia y el seria el culpable así que guardando sus gritos solo podía dejar salir sus lágrimas, mientras temblaba de pies a cabeza, quería sentir un abrazo de su madre las dulces palabras de su padre y los arrullos de sus abuelos, pero nada de eso sucedería para el, esa vida ya era parte del pasado.

— Si te portas bien, tal vez algún día te de tu cachorro — le dijo con burla el hombre sentado junto a él.

— Ya...ya no quiero uno — el hombre solo sonrió y quitó la vista del hermoso niño, se acomodó mejor en su asiento y esperó paciente a que el vuelo llegará su fin.

Serían unas largas 8 horas desde corea hasta japón.

Al llegar a Japón fue otra odisea para el pequeño, fue dejado en una casa acogida, donde a todos se les dijo que el niño había sido abandonado por sus padres, los cuales habían caído en la bebida, apenas llegó fue mirado de forma despectiva por todos, nadie jamás le abrazo, así llorara noches enteras jamás tuvo una palabra de aliento, durante un tiempo siempre estuvo solo comía solo, jugaba solo, dormía solo en aquella oscura habitación.

Incluso si algún niño lo golpeaba los tutores o maestros simplemente hacían de vista gorda, motivo por que le fue víctima de constante acoso por parte de algunos, pero un dia cambio.

-Hola - Jimin miro como aquel niño que parecía más grande que el lo saludaba - me puedo sentar contigo, me llamo Seokjin - lo miró confuso, vio como este estiraba la mano en forma de saludo.

-Ho... hola soy Jimin - agarro la mano y desde ese día se volvieron inseparables, compartían la habitación, se sentaban juntos a comer  y jugaban juntos, Jin lo defendía de los abusivos y de paso le enseñaba a defenderse por si a él lo trasladaban a otro lugar, desde ese día Jimin comenzó a vivir una vida más llevadera, siempre con la compañía de su gran amigo Kim Seokjin.

 hola soy Jimin - agarro la mano y desde ese día se volvieron inseparables, compartían la habitación, se sentaban juntos a comer  y jugaban juntos, Jin lo defendía de los abusivos y de paso le enseñaba a defenderse por si a él lo trasladaban a otr...

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~You Are My Destiny~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora