~You Are My Destiny~

26 Días Felices...

Mientras para Taemin las cosas no iban tan bien, en su desesperación había matados a dos oficiales y ahora estaba encerrado en lo que fuera el camerino del club junto a Takashima y otro de sus hombres, uno de los pocos que quedaban, en el lugar aún había cuerpos, ya que al llegar la policía la mayoría de los hombres de Taemin huyeron, dejando aquel trabajo a la mitad, más efectivos de la policía estaba afuera buscando por todos lados, incrédulos veían la cantidad de gente muerta en aquel lugar en especial muchos jóvenes vestidos de manera extraña con unas máscaras cubriendo sus rostros.

-¡Maldita sea, quien me denunció! - Taemin miraba de forma psicótica a un punto en la pared, se sentía ahogado si tan solo le hubiera hecho caso a Takashima nada de eso le había pasado.

-Te dije que ese niño no valía la pena, pero no me escuchaste - le reprocho el castaño.

-Tú fuiste verdad, tú lo dejaste ir, lo ayudaste a huir! - se abalanzó sobre el castaño y lo estampo en la pared - por qué? - el otro sujeto veía como su jefe perdía a cada segundo la cordura -responde!-

-Por qué lo odio como no imaginas y espero que jamás regrese más bien, espero que ahora está muerto en una zanja- Taemin abrió los ojos, entendió que su mano derecha sabia donde estaba su cisne,

-¿Dónde está? -pregunto al tiempo que subía el arma hasta la cabeza del castaño, quien no mostraba temor en sus ojos - dónde está mi cisne!? -

El castaño lo miró, sonrió y seguido beso los labios de quien se había convertido en su más grande amor, gesto que sorprendió y asqueó al mayor cortando el contacto y mirando con profundo asco al menor.

-Te amo Lee Taemin - dijo con calma - y porque te amo jamás sabrás donde está tirado tu preciado cisne - tomó el arma aun teniéndola Taemin en su mano - únicamente yo sé donde está así que el secreto se va conmigo, mi amor - sonrió por última vez y obligó a Taemin a apretar el gatillo.

El disparo se escuchó por todo el lugar, la cara de Taemin quedó llena de sangre y veía cómo el cuerpo inerte del castaño caía a sus pies ya sin vida, el otro tipo asustado por lo sucedido abrió la puerta y salió corriendo siento atrapado por los oficiales al doblar en el pasillo, minutos después Lee Taemin era arrestado, pero ni bien pudo soltarse tomó un arma de los oficiales y se disparó en la cabeza, si nunca más vería a su cisne para que vivir.

.:Dos meses más tarde:.

En el aeropuerto de Incheon estaba un rubio con cartel en mano esperando a que por la puerta de desembarque apareciera su hombre, sonrió en grande cuando lo vio aparecer y sin poder aguantar corrió hasta él, fue recibido en un abrazo y un beso que le quitó hasta el aire lo había extrañado tanto, pero ya estaba aquí con él.

-Nam al fin estás aquí - tenía lágrimas en sus ojos, pero estas eran de felicidad.

-Estás hermoso mi Jin, no sabes cuanto te extrañe - nuevamente se besaron importándoles poco que la gente los miraba feo.

-Los dejo solos un momento y se ponen a dar espectáculo - Nam escucho esa voz y soltó a Jin para ir a saludar a su hijo.

-Jungkook hijo como estás - el menor le sonrió.

-Bien papa extrañándote - abrazo a su padre y tomó la maleta que este tenía a un lado - bienvenido a casa viejo -

Nam miró a sus dos personas especiales y sonrió, los había extrañado, pero debía cumplir dos meses de cárcel en japón, ya que su nombre figuraba en los papeles de aquel lugar, aunque después se comprobó que él únicamente era activo en el área de entretención, no sabía de dónde venían los jóvenes ni nada, puesto que en los documentos de más peso él no figuraba así que luego de pagar una suma considerable y dos meses de cárcel al fin era libre para disfrutar junto a sus amores, su hijo y su futuro esposo.

-Vamos a casa mis amores - abrazo a ambos y camino con una sonrisa en los labios.

Tae y Hobi miraban con asombro aquel show de luces, desde que habían salido de japón no habían parado de viajar, había recorrido ya bastante y ahora estaban en una de las ciudades más hermosas de Italia viendo un show impresionante.

-Te gusta mi solecito? -

-Es hermoso Tae - dijo el menor con una radiante sonrisa en su rostro, Tae no podía dejar de admirar a su novio, no había chico más bello en la tierra que él a sus ojos - no me mires tanto, me pones nervioso -

-Cuando hacemos el amor no me dices lo mismo - dijo cerca de su oído haciendo sonrojar al menor.

-Tonto no digas eso, alguien te puede escuchar -

-Y que, aparte de envidia, ¿qué más les puede pasar? -

-Envidia? - el mayor asintió - y de que según tú? -

-De que estoy con el hombre más hermoso del planeta - nuevamente las mejillas del menor se tiñeron de rojo.

-Eres tan ... - iba a decir algo más, pero la acción del mayor lo dejó sin palabras, Tae se había arrodillado frente a él, la gente que estaba cerca noto esto y comenzó a prestar atención - Tae qué haces –

-Jung Hoseok, desde que tuve la suerte de conocerte que he sido el hombre más feliz del mundo, haces que todo brille con solo sonreír, aceleras mi corazón con solo respirar y me enamoras cada día con tu sola presencia - el menor ahogó un suspiro de emoción - sé que es poco el tiempo que nos conocemos, pero siento que no necesito más para decirte esto - de su bolsillo saco una cajita roja, todos los presentes estaban expectantes algunas ya estaban llorando de la emoción -Jung Hoseok, me harías el honor de aceptar casarte conmigo? -

Hobi no podía con la emoción, no emitía sonido alguno, pero su cabeza se movía constante en un rotundo sí.

-Quiero oírlo amor- pidió Tae mientras se levantaba y sacaba la hermosa sortija dorada con detalles en rojo.

-Si... si quiero - la gente dio un grito de alegría y algunos aplaudieron, otros les dio lo mismo, pero a esos ni para qué mencionarlos - te amo Kim Taehyung - dijo mientras abrazaba al mayor y le daba un roce a sus labios.

-No más que yo a ti mi Solecito -

Mantuvieron el abrazo y volvieron su vista a las luces que seguían explotando en el cielo, Tae lo supo desde el principio y Hobi lo entendió en el camino, pero el amor entre ellos desde siempre fue genuino y desde ahora nadie podría separarlos.