Sugar Daddy

Capítulo #11

Una cena a la luz de la luna

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El día había sido espectacular jugando en el mar y enseñándole lo que sería el mejor resort de este lugar pero ahora deseaba que la noche fuera aún mejor.

Había organizado una cena a la luz de la luna y las estrellas cerca del muelle. Una cena en la que nadie podía estar cerca así que todos sin excepción alguno los había mandado temprano a sus casas. Dejando así está playa privada sola para nosotros. 

La esperaba en el lobby del hotel con tan solo una gran canasta de mimbre que le había pedido al Cheff antes de irse, una manta azul marino que había tomado de la cocina y unos cojines de que aún no habían sacado de sus respectivas cajas.

No tuve esperara mucho para que Akakamaru ladrara haciendo que notará su presencia y me tomara un segundo voltearme a donde ella se encontraba. Un vestido blanco playero la acompañaba esta vez, un vestido más recatado de lo que esperaba o eso creía porque Sakura se dio una vuelta sobre su eje y me di cuánta de un par de cosas.

Ese vestido tenía toda la espalda descubierta hasta el punto que rayaba la indecencia, además que podía decirse que era algo trasparente en ciertos lugares donde la tela se estiraba de más. ¡Oh ese vestido iba a ser el culpable que mi hermano me matará!

—¿Que te parece?

Me reí, aún después de ver mi cara de bobo, tenía que preguntar. Si ganas no me faltaban de llevarla a mi habitación para hacerle notar los puntos donde ese vestido me iba a volver loco. Tuve que esforzarme por detener mis pecaminosa pensamientos y olvidar del picor que comenzaba a sentir las puntas de mis dedos, los cuales querían tocarla.

Me acerqué a ella a pesar de la intimidante mirada de su perro y la rodie con mi brazo desocupado por la cintura para atraerla a mi. Su perfume a cerezas me invadió y las ganas de besarla se me hicieron irresistibles.

—No hay palabras que describan tu belleza, Sakura.—le dije al mismo tiempo que colocaba un casto beso en su frente.

Luego la tomé de la mano y así cruzamos las grandes  puertas del hotel. El viento fresco nos recibió al igual que el hermoso paisaje que se extendía frente a nosotros. Arena, mar y una hermosa luna que pintanba de destellos plateados las pequeñas olas.

—¡Este lugar sigue siendo impresionante!

—Ni yo pude haberlo dicho mejor.

Avanzamos por la arena hasta un muelle viejo que quedaba de la antigua playa. En donde fue el lugar adecuado para poner la manta y los cojines. Sakura se sentó en el medio y me ayudó a sacar se la canasta todas las cosas que habíamos  traído a excepción de una sorpresa.

—¿Habrá vino?—me pregunto Sakura con una sonrisa pícara.

—No, tendrás que confirmarte con jugo de uva. Eres menor de edad, lo recuerdas.

Sakura rodó los ojos

—Eso ya lo se o no estaríamos comiendo.

Me tomo unos segundos entender lo que realmente querían decir sus palabras. De nuevo no pudo haberlo dicho mejor. Aun que esto si decidí callarlo para mi.

Dicho eso saque una botella de vidrio con jugo de uva que recién había extraído el Cheff y luego lo había metido en la refrigeradora. Me recordaba mucho a los hermosos viñedos en donde nos habíamos criado con su padre. Eso hasta que mi padre perdió todo luego de la muerte de mi madre. Quizá algún día podría comprar algo como eso, un lugar para vivir con Sakura y soñar con una familia.

En la canasta también habían pasta italiana con albóndigas, pan con romero y volovanes. Al fin y al cabo el Cheff era italiano y quería replicar una escena se la dama y el vagabundo. Pues le dije que iba a ser una cena para mi novia luego que lograra mandar a dormir a mi sobrina. Creo que muy en el fondo no me lo creyó pero hizo lo que le pedí muy bien.

Servi rápidamente todo lo que traía en platos y ante la brillante mirada de Sakura levante una copa de jugo de uva.

—¡Por nosotros!

Sakura también levantó la suya.

—Y por qué celebremos muchos meses más juntos.

Sonreí y choque sus copa con la mia. Comimos despacio los espaguetis y terminamos la botella de vino de uva. Que realmente había estado muy buena. Así que procedió a sacar una pequeña sorpresa.

—¡Cierra los ojos y abre la boca!

Se le ruborecieron las mejillas a Sakura pero me obedecio. Así que saque el último plato que contenía fresas con chocolate. Tomé una y le roze con la punta de la fresa los labios hasta que la coloque entre sus dientes.

—¡Muerde!—le ordene con la voz ronca de deseo. Al final el que iba a disfrutar de esto era yo.

Lo hizo y un poco de jugo de esa fresa se derramó en su labio inferior. Sakura gimió de placer cuando supo que había mordido fresas con chocolate. ¡Me iba matar! ¡Ella era una diosa comiendo fresas!

Antes que si quiera fuera consciente de mis actos, recogí con mi boca lo que se había derramado de sus labios y me deje llevar con los sabores. Fresa, chocolate y Sakura. ¡Era una delicia! Hasta punto ni supe como logré contenerme.

Al finalizar la noche ambos subimos a nuestra respectiva habitación. Yo estaba muy cansado para variar y no tarde en apagar las luces de mi habitación para meterme a la cama. En ese momento comencé a pensar que si todo iba bien, podríamos celebrar más meses como este y podría enseñarle muchas cosas del mundo. Imaginaba llevándola a París, a las Bahamas, las cataratas del Niágara, a muchos lugares.

Solo entonces sentí que el colchón cedía y alguien se acostaba a mi lado invadiendo mis fosas nasales con su aroma a cerezas. Me di la vuelta conmocionado pero antes que pudiera hablar, ella se adelantó.

—¡Tranquilo, soy yo!

No sé cómo era posible que Sakura estuviera allí, no cuando su perro no le hacía gracia que estuviéramos juntos. Sin embargo me cortaría un huevo si me mintiera a mi mismo que no estaba feliz que ella compartiera la cama conmigo.

—¿Cómo es posible?—Le pregunte aún de espaldas. Algo que ella aprovecho colando sus manos tibias por mi espalda hasta tocar mi pecho desnudo y me cuerpo entero vibro de emoción.

—Le dije que te amaba...

...

¡Hola mariposas!

¿Que les pareció la sorpresa? Se suponía que con este capítulo terminaba está parte de su viaje pero la verdad quiero escribir algo más. No es exactamente lemon pero puede que sea una lima.

Nos vemos pronto
Besos y abrazos
Lia Diso 🌸