Saturno//Jegulus

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Había pasado por el grupo de los merodeadores, siendo parte de ellos.

No fue la mejor idea. ¿Por qué? Porque conocí a James Potter.

No solo lo conocí, sino que me enamoré de él.

El problema fue que nunca le gusté, ni nada de eso.

El proceso de intentar olvidar lo fue muy complicado.

Por fin se egresó de la escuela, y lo dejé de ver. Mi hermano se fue de la casa, así que tampoco lo veía por él.

Creí haberlo olvidado.

<<Vuelves, en cada sueño que tengo caigo de nuevo en tu red...>>

Desperté conmocionado. ¿Esa era la palabra? Había vuelto a soñar con <él> simplemente volvía siempre a mi cabeza.

Recordé sus lindos ojos detrás de los lentes.

El gryffindor solía hacer quidditch y todo tipo de deporte que se le cruzara, también tocaba el piano.

Estaba tocando el piano, un viejo piano de cola que había en Hogwarts, me senté a su lado, disfrutando de la melodía. Sonreí. Él estaba muy concentrado en sus manos y en las partituras.
Él estaba con su típica ropa deportiva de gryffindor, llegando de alguno de sus entrenamientos.
Su música fue interrumpida por una de sus historias, contandome que había hecho en el día, no lo puedo recordar, pero recuerdo que estaba fascinado escuchándolo.

Cualquier cosa que saliera de su boca me parecía interesante. Cualquier momento que pasaba con él era el mejor momento de mi día, olvidaba mi depresión, ansiedad, trastornos alimenticios, y cualquier otro problema que tuviera, donde claramente mis padres estaban involucrados.

Sonrió moviendo las manos, contando una de las estrategias de quidditch, mi pecho se sentía calentito, ya no sentía el frío que involucraban los Black. Me volvía a enamorar.

Cuando desperté terminé llorando, ¿por qué no podía olvidarlo? Si él simplemente se había alejado de mí.

Caí nuevamente en la red de sus ojos marrones. Que ya no me miraban ni como un amigo.

Me ahogue en mi propio llanto, y encontré la daga que me habían regalado mis padres por mi cumpleaños.

Ya lo había hecho antes.

Pero esta vez era diferente.

Ya no tenía ganas de existir.

Ya no lo tenía a él.