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<< Y yo no quería amarte, tú me enseñaste a odiarte
Todos los besos que me imaginé, vuelven al lugar donde los vi crecer
En Saturno viven los hijos que nunca tuvimos
En Plutón aún se oyen gritos de amor
En la Luna gritan a solas tu voz y mi voz
Pidiendo perdón, cosa que nunca pudimos hacer peor

… Gritan a solas tu voz y mi voz, pidiendo perdón
Cosa que nunca pudimos hacer

… Cosa que nunca pudimos hacer peor>>

Terminé de escuchar la canción con lágrimas en mis ojos, esa fue la última juntada de los merodeadores incluyéndome, él no había ido.

Las cosas terminaron cuando me sacó de su casa, una mañana que lo pasé a visitar.

Así que lo tuve que aceptar.

Me quedé sin amigos.

Sin hermano.

Y sin él.

Así, a secas, volví a recurrir a mi viejo amigo, un pedazo de vidrio y corté mis venas.

Los siguientes meses fueron un martirio.

Como ya conté, no tenía amigos.

Tampoco quería amigos, no si me iban a abandonar.

Tuve una relación, y también me abandonó.

¿Ese será mi destino? ¿El abandonó?

Lucharía por nuestra relación inexistente, pero no vale la pena, ya no.

Ya no.

Ya pude salir del pozo, o bueno casi.

Con esto me despido.

Quizás en Saturno vivamos junto a nuestros hijos.

Aquellos que acá nunca tuvimos.

Yo estaba dispuesto a todo, pero no iba a obligar a nadie a estar conmigo.

Mucho menos al grandioso James Potter, siendo yo tan poca cosa.

Te quiero, James.

Saturno//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora