๑◌ૢ ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏.
Mes de narraciones +18 Volkaboway
One-shots; las historias no siguen una cronología, cada capítulo es uno diferente del anterior
๑◌ૢ ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Cómo terminó así? ¿Quien coño lo mando a ser un curioso de mierda? ¿Estaba por morir?
Esas y más preguntas rondaban su miedosa mente que buscaba desesperadamente una salida de esa elegante sala.
Cuando oyó voces acercarse a su posición no tuvo mejor idea que esconderse detrás del sofá que estaba a un lado de la habitación.
Su cuerpo se heló al sentir la puerta siendo abierta, dando paso a quien sabe quien.
[...]
Los dos hombres trajeados se miraron entre sí y alzaron una ceja ante el comportamiento del intruso que hizo presencia en su mansión.
V.- ¿Sabe que hay cámaras en todas las habitaciones, no?-. Interrogó al aire
J.- Capullo, sabemos que estas detrás del sofá, sal ahora mismo o te meto cinco tiros-. Pronunció fastidiado.
No lo decía enserió, o quizás si, hoy estaba con los cojones católicos y no le apetecía del todo manchar ese terciopelo con la sucia sangre de un idiota.
Un, ¿adolescente?, rubio y tembloroso salió de su escondite visiblemente aterrado y con los ojos cerrados a más no poder.
G.- ¡Les juro que no vi nada! ¡Por favor no me maten!-. Suplico entre gritos.
Jack soltó una risa nasal y Viktor simplemente se quedó analizando al joven.
V.- Si dices que no viste nada... ¿Por qué asumes que te podemos matar?-. Interrogó y al ver que la preocupación en el contrario aumentaba le causó cierta gracia.
J.- ¿Mocoso sabes que de aquí no sales caminando, verdad? ¿Quién mierda te mando a investigarnos?-. Pregunto de forma dura mientras sacaba un arma y la recargaba.
El ojiazul por primera vez abrió los ojos, dejando a la vista esas perlas brillantes empapadas de terror y cristalizadas a más no poder.
G.- ¡Nadie! Y-yo solo quería agarrar el pato inflable de la piscina cuando dos hombres enormes me trajeron aquí a rastras-. Explico con la voz temblorosa.
V.- ¿Así que te metes a la casa de dos mafiosos simplemente para robar algo como un pato de hule? Deja de mentir-. Ordenó y se acerco peligrosamente a Gustabo.
G.- Esa es la verdad, por favor no me hagan nada, y-yo tengo que cuidar a mi hermano-. Mentía a medias, sabía que en esa casa habitaban hombres de visible posición económica elevada. Solo quería llevarse un jarrón o algo que pueda proporcionarle algo de dinero.