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Un nuevo día de la semana despertó a un joven rubio de su profundo sueño. Los cabellos cortos de Mikey estaban enredados entre ellos por culpa de su almohada. El chico poco a poco fue recobrando los sentidos. Miró al reloj que tenía cerca a su cama.

Aun le faltaba media hora para ir a la escuela.

Mikey quería seguir durmiendo pero sabía que si lo hacía, su molesto hermano mayor vendría a despertarlo.

Durante toda la semana, Shinichiro había estado en casa, encargándose de llevar Mikey hasta la puerta de la escuela, viendo por la comida y también vigilando del niño para que haga sus tareas, mandándolo a dormir a una hora ridícula por las noches.
Mikey se sentía agradecido que de Shinichiro no quiera asegurarse de que tome sus baños, eso ya sería exagerado.

Al menos, tal parecía que su hermano mayor se calmó con la idea de contratar una tonta señora que cuide de él.
Era un logro, por lo que soportar a su hermano mayor actuando como una mamá sobreprotectora no era tan molesto a comparación de compartir su casa con una mujer mayor de cien años o algo así.

Mikey se levantó de la cama para empezar a vestirse, colocando su ropa deportiva, tenis color blanco. Intentó arreglar su cabello, logrando desenredar de algunos mechones. Después de toda esa secuencia, fue hasta el baño para hacer todo lo referente a su higiene.

Cuando terminó, salió del baño para ahora ir hasta la cocina, encontrando a su hermano sentado en una de las sillas del comedor.

一 Oh, Mikey, buen día, aquí tienes el desayuno, come para luego ir a tu escuela. 一sonrió Shinichiro, poniéndose de pie para acomodar los platos de comida para el rubio.

El menor de los Sano, únicamente alcanza un pan que estaba en la mesa para luego mirar al hombre de cabellos negros.

一 ¿De verdad seguirás yendo conmigo hasta la escuela? ¿No tienes que ir a trabajar? 一dijo Mikey mientras llevaba el pan a su boca para comer.

Shinichiro miró al menor acomodando sus brazos en la cintura. Tratando de conseguir una imagen más fuerte ante el pequeño rubio.

一 Quisiera decir que puedo confiar en ti, Manjiro, pero prefiero asegurarme que realmente estás en la escuela.  Hace un mes recibí quejas de que habías estado faltando demasiado, y que cuando por milagro ibas a clases solamente te la pasabas durmiendo. 一el hombre de cabellos negros suspiró, pero siguió con su imagen de figura mayor.

El rubio, mordió de nuevo su pan.
一 La escuela es aburrida.

Fue lo único que dijo, ganándose un pequeño golpe en la cabeza por parte de su hermano mayor.

一 De todas formas, hoy realmente debo estar seguro que asistas a la escuela, así que vamos, ¿de acuerdo?

En ese momento, el mayor estiro de su mano para que el niño pueda tomarla, así salieran de la casa como un par de hermanos felices.
Cosa que obviamente no sucedió.

Mikey tomó de otro pan de la mesa, acomodó su maleta de la escuela en su espalda y salió de su hogar, dejando a un pobre Shinichiro con la mano extendida.

¿Los niños de doce años hoy en día son así de groseros?

El pelinegro tomó de las llaves de su motocicleta CB205T y un par de cascos.

Todo sería más sencillo si recibiera dinero por ser un hermano acargo de un niño como Manjiro.

[...]

La imponente motocicleta se detuvo frente a la primaria. Ya era la hora de salida para Mikey. Por lo que Shinichiro se adelantó unos cuantos minutos para recibir al rubio.

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