05 - ♡

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Sonidos obscenos se hacían escuchar durante el período de las horas. Jadeos y gemidos llenos de placer llenaban el caliente ambiente del lugar.
El calor era ardiente a medida que los empujes y embestidas se volvían a arremeter con suma fuerza.
La cama era víctima de las intensas acciones de la pareja sobre ella.

Besos envueltos de pasión y sentimientos bien conocidos. No era la primera vez que hacían de esto, pero cada que unían sus cuerpos era como si un mar de éxtasis les hundiera, ahogándose el uno con el otro.

一 Me encantas... ah, Waka me toma tan bien. 一el pelinegro penetraba con gozo, tocando los puntos más sensibles.

Wakasa, arqueaba de su delgada figura, sus cabellos ahora largos y teñidos en dos colores se revolvían junto a las sábanas de su cama.
Las largas pestañas cubrían los mareados ojos violetas. Cuando Shinichiro se movía en su interior, era una sensación tan majestuosa. Buscó los labios del hombre pelinegro, besándolo con tanta necesidad.

Recuerdos de como habían llegado a ser lo que ahora eran invadieron la mente de ambos como si la telepatía realmente existiera, como si fuera una película vieja que habían repetido varias veces, como si sus mentes estuvieran fusionadas, como si solo ellos existieran.

Los dos sujetos llegaron aún espléndido orgasmo, Shinichiro terminando dentro del condon con el que atacada a Wakasa y el otro manchando el abdomen del primero.

Cansados y llenos de sudor, no pudieron soportar más. Shinichiro se dejó caer a un lado de la cama mientras que con su mano derecha peinaba sus azabaches cabellos hacia atrás.
Por otra parte, Wakasa intentaba recuperar el control de su agitada respiración, pasando mechones de su bicolor melena por detrás de su oreja.

一 Shin-chan me sigue sorprendido, ¿Cuándo aprendiste a hacer eso con tus dedos? 一Wakasa habló, acomodándose en el colchón de su recamara, colocando su barbilla sobre su propia mano utilizándola como soporte.

Shinichiro se deshizo del condon que había utilizado, atandolo y luego tirando en el contenedor de basura que tenía su pareja dentro de la habitación junto a la cama.

一 He estado investigando algunas cosas. 一el pelinegro respondió sonriendole al chico. 一 Y he querido ponerlas a prueba contigo.

Wakasa levantó una de sus delgadas cejas.

一 De acuerdo, mientras no ocurra de nuevo lo de querer probar conmigo que tan heterosexual puedes ser y terminar enamorado de mi.

El rostro del pelinegro se pintó en un fuerte rojizo al escucharle.

一 Waka-chan, esa es otra historia.

El de largos cabellos morados y rubios soltó una pequeña risa para acercarse más al otro hombre, atrapando sus labios y volver a besarle, esta vez siendo suave y gentil.
Ambos hombres estuvieron hablando un poco mientras que sus cuerpos recobraban energías.

一 Por cierto, ¿Qué decidiste al final con lo de Mikey? 一el de ojos violetas preguntó a la vez que acariciaba de los cabellos negros de Shinichiro.

Por la pregunta, un pesado suspiro se obtuvo antes de que dijera alguna palabra como respuesta.

一 Bueno, he pensado que ya es momento de que Manjiro deje de tener una niñera.

一 Hombre pues claro que ya es momento. Mikey ahora tiene quince años. El que siga con niñera es algo vergonzoso para un adolescente. 一Wakasa habló con un poco de ironía por la situación del hermano menor de su amante de veinticuatro años.

El hombre de largas pestañas tenía razón, claro que había una edad para todo, y que ahora, su hermano menor, Manjiro, tuviera quince años de edad siendo también comandante de una de las pandillas más reconocidas de Tokio, era bastante obvio que ya no necesitaba de que alguien más cuide él.
Shinichiro incluso lo pensó cuando Manjiro llegó a su edad de catorce años.
Con el tiempo el rubio creció con el paso de los años, dejando de ser un pequeño niño a convertirse en un adolescente. Los cambios que pasó el menor fueron un poco drásticos.

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