Capítulo 11

6.3K 696 358
                                    

Su cuerpo se estremeció al sentir el movimiento a sus espaldas.

Frunció el ceño ante los molestos latidos de su corazón, que cambiaron lentamente su estado de animo.

No podía creer que aun estaría dispuesto a tal acercamiento de parte del mitad-mitad con lo ocurrido en el día. Que mierda, esto era demasiado basura.

Con el ceño fruncido junto a una mirada hostil se dio la vuelta rápidamente preparado para discutir, pero se quedó estupefacto al ver los ojos del bastardo. Eran unos ojos oscuros, afilados, con una sensación nebulosa y ambigua, mostraban un encanto etéreo pero peligroso. Como un demonio a punto de desgarrar su garganta.

No mentiría que se vio extrañamente emocionado por este acercamiento. Los latidos de su corazón eran imparables, su sangre comenzó a hervir y su mente se quedaba en blanco, casi haciendo imposible que pudiera pensar con claridad. Su nariz se vio rápidamente saturada por la feromona de invierno y verano, aturdiéndolo.

Aquel hermoso rostro tan anhelado estaba cerca de él, mostrando un encanto devastador. Una dulce tentación. Lo hizo incapaz de apartarlo, podía ver aquellas profundas pupilas dilatadas, lo hechizaban, no pudo quitar su mirada.

Se volvió un desastre en segundos.
Su expresión seguía siendo hostil, pero solo él sabia que se estaba volviendo loco por dentro.

Carajo ¿Qué le pasaba? ¿No se supone que esta enojado? Entonces ¿por que se esta emocionando por algo tan estúpidamente pequeño? Antes ya han estado cerca, esto no es diferente. Pero aunque intentó convencerse una y otra vez su sangre estaba hirviendo. Los nervios afloraron sobre su piel, pero lo peor de todo era que el bastardo no se detuvo. Se acercó tanto a él que podía ver claramente sus pestañas densas y negras, como las alas de una mariposa.

-¡¿Qué mierda estas haciendo bastardo?!

Pregunto de forma amenazante, mientras la respiración de ambos se empezaba a entrelazar. Estaban demasiado cerca. Se alejó unos pasos de forma inconsciente, solo que termino chocando contra su escritorio.

Fue acorralado.

No es que no fuera capaz de apartarlo. Tenia la fuerza y la destreza, el podía hacerlo, pero aquellos ojos con heterocromía lo observaban con un fuego arrasador. Como si quisiera devorarlo de un solo bocado.

No quiso alejarlo. Pero sabia que estaba mal, esto no debería de pasar. Su instinto le dijo que lo que pasaba era peligroso, que no podía quedarse bajo el mismo techo que el mitad-mitad.

Su cuerpo se tenso notablemente, parecía preparado para luchar en cualquier momento. Esperando solo una acción amenazante para saltar al ataque.

El bastardo se detuvo por un segundo.
Se miraron a los ojos, casi desnudando los pensamientos mas internos del otro. Queriendo excavar en la mente del contrario.

-Bakugō.

Murmuro casi encima de sus labios, podía sentir el aire caliente golpeando contra su boca, junto a un ligero olor a pasta dental. Trago fuerte mientras sus pupilas se dilataban. Con tal acercamiento era imposible ocultar la irresistible atracción hacia el bastardo.

Frunció aun mas el ceño mientras apretaba los dientes. Sujeto el borde del mueble a sus espaldas, apretando su agarre casi a punto de romper la madera.

Tiene que resistir.

Esto era demasiado peligroso. Si no puede aguantar caerá en la tentación, y tenia el presentimiento de que si eso sucedía no habría vuelta atrás.

Pero sin siquiera dejarle un segundo para reaccionar todo se derrumbo.

Todas las posibilidades que podrían haber sucedido, quedaron enterradas bajo escombros de una ilusoria relación de amistad.

Alpha y Alpha [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora