Epílogo

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Los sentimientos son confusos.

Están llenos de idas y vueltas, de subidas y bajadas. Incluso uno casi es incapaz de retenerlos.

Pero eso no es lo único difícil. Las relaciones también lo son.

Son tan enredados como un nudo de hilos, incluso si intentas solucionarlo pareciera que más complicado se hace. Cuando sientes que avanzas en realidad retrocedes, y cuando se supone que debes retroceder haces lo contrario.

Es tan complicado entender a las personas. Incluso si piensas que llegas a saber todo del otro, realmente no lo estás haciendo.

Si cada persona fuera un mundo, entonces tendrías que pasar toda la vida descubriendo ese mundo, pero ese tiempo también es insuficiente. Incluso si pasas toda la vida intentando conocer a alguien, descubrirás con el tiempo que hay más y más cosas, que aparecen nuevas emociones, nuevas experiencias, nuevos placeres y dolores.

Es como hacer un largo viaje. Parece interminable.

Pero, pensando en eso, él cree que eso es lo bonito de las relaciones. Lo interminable que es. Porque cada vez que aparece algo nuevo, no lo estás experimentando solo, si no con alguien a tu lado.

Tener alguien en quien confiar es el mayor regalo que podrías tener en la vida. Especialmente si es la persona que amas.

Si. Amor. El amor.

Es una bonita y encantadora palabra. Nunca había pensado de lo emocionante y hermoso que era el romance. Incluso si puede haber algo de dolor entre medio, cuando estás junto a esa persona, sientes que por fin llegaste a casa. Que estás en ese lugar donde puedes ser tú, sin miradas extrañas, sin murmullos o pesadillas.

Ese lugar tan especial.

Solo Katsuki Bakugō lo hacía sentir así. Era como el sol, demasiado ardiente y luminoso. Un fuego indomable.

Él no entiende mucho sobre las relaciones. No es el mejor versado en temas emocionales, pero de algo estaba seguro.

No quería separarse de aquel alfa.

Quería dar cada paso a su lado, de manera constante incluso si el camino estaba lleno de clavos y oscuridad. Incluso así, no dudaría en tomar su mano y caminar recto.

Quizás a esto le llaman amor y quizás estaba perdidamente enamorado de Katsuki.

De tan solo pensar en él, su pecho se llenaba de calidez y dulzura. Era una alegría interminable.

Nunca se había sentido tan feliz en su vida como ahora. Ver un mundo así de bonito, no importa si retrocedía en el tiempo, tomaría el mismo camino. Porque este sentimiento en su pecho solo podía ser generado por Bakugō y nadie más que Bakugō.

Se pregunta ¿Estará loco?

No sabe si es normal pensar así. Quizás por su edad se está dejando llevar.

Pero no se arrepiente, no se arrepiente de nada.

-Katsuki.

Llamó con cariño su nombre. Un nombre que podía degustar con placer en sus labios. Porque sabía, sabía que ahora era de él.

-Ya vete a dormir maldita sea. Mañana tenemos que entrenar temprano.

Se quejó el rubio, mientras se acomodaba mejor en la cama. Atrayendo su cuerpo hacia un abrazo con olor a caramelo. Era el abrazo del que no se podía apartar. Simplemente satisfactorio.

"¿Está bien ser así de codicioso?" "¿Realmente puedo hacer esto?

Siempre se preguntaba estas cosas. Pero esas dudas se vieron tragadas por una sola mirada. Solo por esa mirada rebosante de amor.

Alpha y Alpha [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora