— Nakahara-san...— empezó Akutagawa.
Se encontraba en un bar junto a su...¿Amigo? ¿Jefe?
Sea como sea estaba con Nakahara tomando unas cuantas copas de vino mientras escuchaba la música retumbar en sus oídos. No le molestaba, pero tampoco lo ponía tranquilo.
Ah, también estaba Tachihara. No es que el tipo le cayera mal era solo que...el tipo le caía mal. Parecía querer algo con su hermana y no, no, no, no y mil veces no.
— Ya te dije que me llamaras Chuuya...¿Que sucede?— dijo arrastrando las palabras.
Chuuya había tomado de más.
— Nada importante es sólo que— fue interrumpido.
— ¡Tonto! Tus problemas son importantes cuñado.— exclamó el imbécil de Tachihara. El tipo también había tomado de más
— ¿Cuñado? dijo con repulsión.—nada de que "parecía" obviamente quería algo con su hermana, y de nuevo. No.
— ¡Ustedes dos! ¡No griten!
¿Dos? Él no había gritado. Y además, Nakahara lo estaba haciendo. Igualmente se guardo sus comentarios.
— ¿Que pasa, Akutagawa?— preguntó cómo una madre preocupada.
— Me he estado sintiendo raro con...alguien.— dijo un poco incómodo.
Desde hace algunos días que se encontraba con una sensación rara en el pecho cuando estaba con una persona en especial.
Y no era como la sensación de adrenalina que le recorría cuando mataba a alguien hasta ahora, ni tampoco la tranquila y pacífica sensación cuando hablaba con su hermana y sabía que ella estaba bien. Era diferente.
Más intensa que la sensación de matar a alguien y tal vez más profundo que la sensación de hablar con su querida hermana. Era extraño.
La sensación no lo molestaba—es más, podría atereverse a decir que le gustaba—, era el no saber que era esa sensación lo que lo tenía de esa manera.
— ¿Raro? ¿Odio tal vez?— sugirió Tachihara que había sido olvidado.
También se lo pensó, sin embargo no le encontraba similitud, por lo que decidió descartar dicha idea.
No era odio, no se irritaba a niveles insanos por ver a esa persona ni le agradaba la idea de que saliera lástimado.
Lo cual era algo irónico, ya que él mismo lo lastimaba cuando se encontraban. Pero era diferente, él podría medirse de manera disimulada.
De igual manera la situación era todo lo contrario.
Cualquier día de mierda, por más estresante que hubiese sido mejoraría si lo veía sonreír, con esa inocencia tan particular. Si veía su mirada decidida, dando su vida si era necesario para salvar a los demás. O incluso si lo escuchaba hablar sobre porque ayudaba a todos, simpatizaba con ellos o los consolaba.
Alguien tan puro como el, tan bueno y amable y a la vez tan roto, tan traumatizado y dañando.
¿Como era posible?
— No, no es eso.— respondió viendo su copa.
— ¿Oh? ¿Qué podría ser entonces?— cuestiona Chuuya más interesado que nunca, con ojos desbordado curiosidad.
Tachihara sonríe y Akutagawa teme por lo que sea que este diga.
— Ya se~— canturreo.
— ¿Qué es? ¿Qué es?— dijo emocionado uno de los miembros más peligrosos de la Port Mafia.
— Es...— hizo una pausa dramática.— amor~
¡¿QUÉ?!
¿Amor? Imposible.
— ¡Tienes toda la razón! ¡Aku esta enamorado!— apoyó el pelirrojo.
— ¿Na-Nakahara-san...?
— ¡Chuuya! ¡Ya te lo dije!
¿Él?
Enamorado de...
¿Atsushi? ¡Que dice! ¿Jinko?
¡No!
— Ay, que lindo es el amor...¿Quien es la afortunada?— indagó Na...Chuuya.
Sintio los colores subirle desde el cuello hasta las orejas.
— ¡No me digas! ¡¿El detective?!— gritó Chuuya.
Tachihara escupió el vino que bebía en la cara de un pobre tipo.
— ¡¿Detective?! ¡Oh Dios, no me digas!— dijo.
— ¡Si, si! ¡Nakajima!
— Mierda...
— ¿Que pasa?
— Que si eso es cierto significa que le debo a Gin...
No escucho más. No podía hacerlo. Nunca se le pasó por la cabeza tal palabra.
Amor
Primero que nada ¿Él era gay? Segundo ¿Enamorado?
No...no podría catalogarlo como amor. No. Tal vez algo parecido ¿pero amor? ¿Estamos todos locos?
— Bueno...tal vez, sin embargo ¡no creo que sea eso!— aclaró.
No le molestaba, el problema era que sentía la palabra muy profunda. "Amor". Podía pasarle cosas como atracción, gustar o no sé...
Alto ¿que esta diciendo? El no siente esas clases de sentimientos por Jinko.
Ambos hombres le miraron sin una pizca de credibilidad— Claro, luego no vengas a preguntarnos como conquistarlo.— molesto Chuuya.
— ¡Chuuya-San!— podía sentir su cara arder.
Resignado, se levantó y los dejó mientras ambos gritaban: ¡Akutagawa y Atsushi están enamorados y los dos se quieren besar! Jura, por su puesto en la mafia que en toda su vida nunca sintió tanta vergüenza.
¿En serio uno de ellos era su jefe?
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¡Estás enamorado!
FanfictionA Ryuunosuke le gusta Atsuhi y a Atsuhi le gusta Ryuunosuke