El se sentía totalmente normal, en serio. Y aún así cuando entró para hacer su trabajo y evitar que Kunikida mate a Dazai no pudo evitar sentir la mirada curiosa de Ranpo ¿había hecho algo? El no recordaba nada.
Más confundido se sintió cuando en el transcurso del día Dazai le observaba travieso, Kunikida parecía querer hecharle un vistazo a su alma por la forma en que parecía observarlo e incluso Kyoka parecía un tanto preocupada.
¿Que demonios pasaba?
— Oye, ¿pasó algo?— preguntó directamente Kunikida antes de que salga del edificio.
Ranpo trató de disimular su repentino interés.
— Por supuesto Kunikida-San ¿pasa algo malo?— contestó verdaderamente perdido.
— No exactamente...— miró para otro lado. Atsushi ladeo la cabeza.
— Entonces...— se vio interrumpido cuando Kyoka apareció de la nada.
— Pareciste completamente feliz cuando te dijeron que debías ayudar a Ranpo a tomar el tren a pesar de que él se pierde cada dos por tres— hagamos como que no se escucho la indignación del nombrado—, no te has quejado en ningún momento de las constantes peleas y gritos entre Dazai y Kunikida y sigues sonriendo como si fuera el mejor día de tu vida.— concluyó.
Media agencia volteo a ver al chico tigre el cual permanecía inmóvil. Completamente en shock porque no fue hasta ese momento que se dio cuenta de todo eso.
— Haz estado así desde meses...¿Hay alguna razón?— agregó Kunikida.
Quería acabar esto rápido, y eso haría.
— ¡En lo absoluto Kunikida-San! Solo es...¿Algo temporal?— trató de decir.
Sin darle tiempo a alguno para decir algo se despidió y salió corriendo. Dejando a todos con la palabra en la boca.
No iría a su departamento, seguro lo hostigan. Y no es como si el tuviera una respuesta a los repentinos cambios de los cuales recién se da cuenta.
Paso casualmente cerca de una tienda de frutas. El olor dulce lo hizo perderse entre sus pensamientos.
¿Que habría pasado y porque era tan despistado?
Y cómo si se tratara de un deja vü de la vez en la que casi pierde totalemtne el control la cara de cierto mafioso serio impregnó su mente.
Y como si ahora se tratara de mero instinto dirigió su cabeza a un lugar en específico de aquella tienda.
Una cajita de madera llena con lo que parecían ser higos. Esa era la razón por la cual pasó “casualmente” por aquella tienda. Lo había visto a la lejanía acercándose sigilosamente a aquella caja, como si le diera vergüenza ser descubierto.
Luego inspeccionando una por una, comprobando algo. Para terminar llevándose una bolsa entera.
La escena le hizo gracia y...ternura. Una gentil risa escapo de sus labios cuando lo vio alejándose tan sigiloso como se había acercado para después desaparecer entre la gente.
Toda una serie de cosas que el Akutagawa que el conocía no haría, pero no podía ser un gruñón los siete días de la semana a las veinticuatro horas del día.
Sonrió, tantas cosas que no conocía de aquella persona, cosas que él quería conocer. Facetas que quería ver junto con sonrisas que deseaba apreciar.
Si embargo tan pronto como apareció dicha sonrisa está decayó. Recordó aquellas veces que jugó con el y dijo cosas que pasaron la línea.
La vez que lo engaño con que “Dazai-San quería hablar con él” , cuando le dijo que “ya entendía porque Dazai-San lo había abandonado”. Se odiaba por eso.
Tal vez en una no pudo ver su cara cuando se dio cuenta del engaño pero si que sintió la enorme decepción del chico y cuando le dijo eso, Dios en serio, en serio quiere ir y pegarse a sí mismo. No debió reaccionar así, la mirada fría y apagada que le dio le estrujo el corazón a un punto doloroso.
Akutagawa era sólo un niño pequeño que creció demasiado rápido, que tuvo que cuidar a su hermanita el solo, que lucho desde tan temprana edad y que tuvo la desgracia de toparse con personas que lo llevaron por mal camino.
¿Donde quedó el niño que nunca pudo disfrutar de su infancia?
¿El pequeño que fue obligado a madurar antes de tiempo?
¿La criatura que no pudo probar la felicidad?
El no tenía un poder que lo lleve a lastimar involuntariamente a otros entonces ¿Porqué? ¿Porqué aquel chico tenía que sufrir también?
Con una desición creciendo gradualmente en su pecho decidió que quería que él fuese feliz, de la manera en que el quisiese, pero feliz.
Quería que disfrutará lo que antes nunca pudo.
Quería verlo sonreír feliz por conseguir sus higos.
Atsushi desearía la felicidad Akutagawa.
Sin saber que este mismo también velaba para que él consiguiera la suya.
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¡Estás enamorado!
FanfictionA Ryuunosuke le gusta Atsuhi y a Atsuhi le gusta Ryuunosuke