Mark ama entrar a su oficina y ver los pequeños postres con su fruta favorita, que alguien deja ahí antes de que el llegué. Donghyuck es solo su asistente que entra siempre con su café a tiempo para admirar los brillantes ojos de su jefe por los pos...
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Mark llevaba unas horas al lado de Donghyuck en un cómodo sofá que se encontraba a la par de la camilla. Todos los demás se habían ido dos horas antes, cuando él los hizo ir a almorzar y prometió avisarles a todos apenas el menor despertara.
La puerta de la habitación se abrió y entró el padre de Taeil, del cual aún no conocía el nombre. Se levantó para cederle el asiento, además de que no creía soportar un tiempo más ahí sentado.
─ No nos presentaron, soy Johnny, pero puedes llamarme John. Soy el padre del Alfa rubio que estaba conmigo cuando llegaste.
─ Taeil, sí, se presentó y habló de usted, pero no mencionó su nombre. Soy Mark.
─ Lo sé, Donghyuck me habló mucho de ti los últimos tres años.
─ Espero que cosas buenas ─ Mencionó con un sonrojo cubriendo sus mejillas.
─ Claro, como si Donghyuck pudiera mencionar algo malo sobre ti.
─ No creo que te pueda hablar mal sobre alguien, él siempre trata bien a todos.
─ Tienes razón, pero contigo es algo diferente. Como sea, debes estar hambriento así que te traje algo de almorzar. Hyuck hizo lasaña para la cena ayer y quedó un poco, así que la calenté y te la traje ─ Le tendió una pequeña bolsa de tela que contenía un recipiente con la lasaña, un tenedor, cuchillo y un refresco.
─ Muchas gracias, ni siquiera había pensado en comer.
─ Lo imaginé, pero provecho, espero que te guste, Hyuck cocina muy bien.
Mark comenzó a comer y se dio cuenta de que era verdad, Donghyuck cocinaba magnifico. Se puso a pensar en que el castaño le había llevado almuerzo hoy, y probablemente en ese momento estarían almorzando en su oficina. No pudo evitar el ligero olor a tristeza que comenzó a desprender.
─ ¿Qué sucede, Mark?
─ Lo siento, es que no puedo evitar pensar que solo estoy para ocasionarle dolores a Hyuck ─ Su voz sonaba afligida.
─ ¿De qué hablas?
─ No puedo defenderlo, no he podido cuidarlo. Por mi culpa está enfermo, por mi culpa Chanyeol lo golpeó y ahora está aquí, sin despertar.
─ Nada de esto es tu culpa. Mira, te contaré una historia. Cuando yo tenía dieciocho años, conocí a una Alfa llamada Woojin. Era mi Alfa, mi destinada, el supuesto amor de mi vida. Estuvimos juntos hasta los veinte, cuando en uno de mis celos quedé embarazado de Taeil. El todos esos años juró amarme, pero cuando se dio cuenta de mi embarazo se fue; me trató de prostituto y dijo que lo había estado engañando. No iba a aceptar eso, y aunque me doliera, la eliminé de mi vida. Estaba comenzando mi carrera como joyero, heredando el negocio de mi padre, me mudé desde Japón hasta aqui, y tiempo después supe que el se fue para América con una Omega. Seguí adelante por Taeil, mi negocio fue creciendo aquí y pude poner una joyería en el centro, donde compraste el broche de Donghyuck. Mi punto es, yo no me enfermé por el rechazo de mi Alfa y, cito las palabras exactas de que: "Tengo un Omega lo suficientemente malcriado como para no aguantar que su Alfa no le ponga un poco más de atención de la que le pone normalmente." Así que no te mortifiques, no es tu culpa, lo único que puedes hacer es estar con él y cuidarlo.
